Trabajos DE MIERDA

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Esa es la vida de la estrella de rock, un día estas en la cima y al siguiente nadie te recuerda.
 
Al hilo de lo dicho por GINT, los trabajos de hostelería asociados a eventos festivos y/o nocturnos son una gran mierda.
En aquellos años de penar que comentaba era común buscarse un curro para trabajar de "camarero" en un antro de mierda toda la Nochevieja, cobrando un buen dinero. Entiéndase por camarero una barra libre/abrevadero y una masa continua de Benitos/Cocretas toda la puta noche "bonme guatro guay label gon reh bul y trehs larioj cola".
Y digo que era una mierda porque todo dios acababa amargado. Muchos años después ves que todo eso de la nochevieja es una chorrada, pero ya es tarde.
No recuerdo nadie feliz tras hacer eso, regalar una nochevieja era como vender tu alma por unos billetes. Extiéndase eso a los sitios de copas en general. Sólo he visto un tipo feliz sirviendo copas, el dueño del Akelarre (zona Argüelles, Madrid). Pero los bares heavies son otro rollo.
 
Hola, yo he tenido muchos trabajos de mierda pero hoy quiero hablaros de cuando fui acompañante de una stripper rusa.

Fue, como casi todos mis primero trabajos, algo no buscado. Estaba en la universidad intentando terminar unos estudios que tenía que costearme yo porque mi familia ya estaba pasando penurias y la beca la entregaba íntegra conforme me la ingresaban. Era portero de pub, camarero eventual y monitor de sala de un gimnasio infame al que, no sé bien por qué, se apuntó una madame que mandaba a todas sus putas a las clases de spinning porque decía que las rumanas eran muy vagas y comilonas y que, cuando no tenían una polla en la boca, se llevaban un bollo de chocolate y que así se estaban poniendo, gordas como para tener que bajar la tarifa que cobraban.

Su hijo también venía al gimnasio y era majo aunque con 20 años ya tuviese un crío. Él era stripper y, a veces, se dedicaba a acompañar a sus amigas stripper a alguna fiesta para evitar que alguien se propasase más de la cuenta [y para terminar follándoselas, claro]. No recuerdo bien cómo pero el hecho es que me vino a decir que una chica nueva, rusa, le había pedido que le acompañase pero que él estaba ocupado porque tenía una despedida de soltero y que no iba a ir, que le hacía falta alguien que hablase algo de inglés para ir a Marbella con ella en coche y hacerle de traductor. Ah, y para en cargarse del cubo.

Yo me dije que sí, me daban 100 pavos más la gasolina por un día, así que ni me lo pensé, me cogí un coche que tuve que pedir prestado [yo no tenía] y puse rumbo a Marbella con mi L puesta en la luna trasera.

La rusa, de la que no recuerdo el nombre, era decepcionante. Si yo esperaba encontrar a una teen angelical a la que arrimar cebolla al terminar el show, me topé con la que podía ser su madre o su abuela joven, alta como un caballo y con un aspecto algo demacrado. La cara demasiado pintada, como si fuera un graffiti hecho por un principiante, y un cuerpo [al menos lo que se veía de él] que dejaba bien claro que no pasaba por sus mejores tiempos. Era difícil hablar con ella, porque ninguno teníamos un inglés especialmente bueno y porque, además, ella parecía estar como borracha o ida y no paraba de fumar, así que cada vez que me gritaba algo en inglés tenía que hacer de tripas corazón por no apartarle la mirada ante el asco que me provocaba su aliento.

Pasamos por su casa, a recoger sus útiles y entonces me habló del cubo. Hija de puta, el cubo. El cubo era una especie de arcón enorme, que pesaba como su puta madre y en cuyo interior iba una serpiente enorme. La cabrona me lo dijo a mitad de camino, cuando yo, bajando como podía por las escaleras, le di dos hostias al arcón contra la barandilla. Careful... the snake... angry, decía ella mientras parecía que se iba a quedar dormida apoyada en una esquina. Metí el pedazo de baúl en el coche como pude, eché sus mierdas detrás y me puse en marcha rezando porque la tía, al menos, fuera buena o se supera mover bien. Qué inocente era entonces.

Salió vestida que parecía Norma Duval en un congreso del PP y, oye, así en plan traje de chaqueta no estaba mal. Empezó a desnudarse y la cosa comenzó a torcerse. Al quitarse la chaqueta, ante los vítores de una masa enfervorecida de paletos que estaba pisando Marbella por primera vez, dejó a la vista una enorme cicatriz vertical en el vientre [de una cesárea muy mal hecha] que parecía el coño de un habitante del infierno. Además, todo el rato seguía como ida, como borracha, y con esos taconazos daba tropezones cada dos por tres.

Ya en ropa interior, se tira al suelo y se pone abierta de patas como si esperase que alguien se la frungiera. Me grita algo, algo que no entiendo, y me hace gestos señalando un bolso que yo, como puedo, le llevo con la máxima dignidad posible mientras los tipos me gritan pensando que yo voy a ser partícipe de ese horror. Saca una vela, una vela enorme, y la enciende. Aparta un poco el sujetador y se echa un poco de cera en ambos pezones. Lo mismo hace por el vientre y, cuando parece que está saciada, se quita toda ropa y aparece con los pezones recubiertos por una costra de cera y el coño tapado por un tapón de la misma sustancia. Es lo más parecido a una barbie geriátrica. Se acerca a los asistentes que, borrachos como cubas, les da todo igual y le arrancan las costras de cera seca dejando a la vista unos pezones chiclosos y un coño muy dado de sí. Se vuelve a tumbar panza arriba y coge la vela y empieza a masturbarse con ella metiéndose todo el puto cirio dentro. Dejando sólo una mínima llama fuera. No necesita preámbulos ni lubricar, no, todo para dentro del tirón.

Se gira y me hace gestos, me señala un bote de aceite que yo le lanzo. Sin sacarse del coño la vela, se embadurna en un líquido denso y tan anaranjado que hace que parezca que se ha bañado en Risketos. Yo me planteo si eso no será inflamable pero paso de pensar más de la cuenta. Me hace más gestos, me señala el cubo mientras deja el bote a su lado.

Y una mierda voy a abrir yo el cubo, pienso, yo lo acerco y que se las apañe. Y eso hago, pero ella grita mucho, demasiado, y yo en mis trece que no y que no. Un valiente, un pobre valiente, se acerca y abre el arcón sin saber lo que hay dentro no sin antes decirme que soy un cobardica. En cuanto levanta la tapa y aparece la cabeza amarillenta del reptil da un salto para atrás tirando el bote de aceite y poniéndose sobrio de momento. Los amigos se ríen y la serpiente sale por completo. Los amigos ya se ríen menos. Se levantan todos acojonados. La rusa parece que se medio duerme otra vez pero, aún con la vela en el coño, se intenta incorporar y resbala por el aceite y porque es torpe. Al final lo consigue, pero todo el mundo está tan acojonado que nadie quiere saber qué puede hacer la vieja esa con una serpiente. Una cosa es que se meta velas en el coño y otra que estando drogada o lo que sea suelte un bicho así ahí en medio.

Uno se acerca a mí, que ya han visto suficiente, que se van. Le hago gestos a la rusa, que se ha enroscado a la serpiente por las piernas y parece que vaya a simular una felación con su cabeza. Ella no entiende qué le digo, así que le doy una patada al cubo para que quede cerca de donde está y meta al puto bicho. Eso que hace.

Recogemos y nos vamos.

Me dice de tomar una copa, le digo que paso. La dejo en su casa y me vuelvo a Granada.

Escribo al que me consiguió el curro:

- Hijo de puta, eso se avisa.
- ¿Alguna vez antes habías visto a una tía meterse una serpiente a la vez en el coño y en la boca? Eso no se puede avisar, eso hay que verlo.
- No, gracias a dios, no.
 
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Cosas veredes.
Yo por ejemplo hace dos semanas di un bolo por el cual 45 minutos se transformaron en 1000 pavos,teniendo todo montado,un escenario del puto copon,jaimas individuales con minubar y catering al gusto(me senti como homer con el avion privado)
Y la pasada toque hora y cuarto por 600 montando yo todo y casi negociando las copas.
No busque logica.en la musica nada lo tiene.
Te salió un poco caro tocar no?



Yo el verano de 2003, el que fue el verano más caluroso de la historia (Ola de calor en Europa en 2003 - Wikipedia, la enciclopedia libre) me lo pasé montando barracones para institutos, colegios etc...

La genial idea fue de mi popó, que me colocó ahí antes de empezar la universidad para que supiera lo que había si no estudiara y empezará la carrera con más ganas.

Fueron casi 3 meses donde me pasaban a buscar a las 06:30 y no había hora de salida, quizás algún día a las 17:00 como otro a las 22:00, según el curro. Como estábamos constantemente con placas de metal, teníamos que ir bien tapados para evitar cortes y quemaduras y pasábamos más calor que en la comunión de Charmander.

Algunas veces nos pasábamos la semana fuera, durmiendo en hoteles y con compañeros que se metían sus rayitas y a quemar la noche, eso sí, el día siguiente como clavos, mientras yo me iba arrastrando a desayunar.

La verdad es que más que un trabajo de mierda fue un trabajo duro, había bastantes momentos de LOL y me soltaron 6000€ por menos de 3 meses, porque en esa época las horas extras se pagaban y bien.
 
No chaval, infórmate bien , que según @ensaladadeestacas vendo "magdalenas"

Pero artesanales. Las cosas como son.

Pero el camarada casi acierta. Hace dos veranos, de Julio a Septiembre (telita) trabajé para Santa Lucía. Lo de falso autónomo no lo he tragado en mi vida. Pero como no había ofertas laborales de otro tipo y había un mínimo fijo antes de hacerte autónomo, pues probé a ver que tal la cosa.

De primeras me tocó la primera ola de calor bestia (ya llevamos 3 temporadas así). Y ahí estaba el menda a las cuatro de la tarde empezando a currar con 40 grados. Una risa.

De segundas me asignaron la glamurosa zona del Zaidín para vender productos de ahorro e inversión principalmente (PIAs, Planes de pensiones, planes de inversión) en la zona con mayor índice de jubilados, inmigrantes y parados de Granada.

La mecánica de trabajo era como la que ha dicho @Torquemada2.0 : Llamar por tlf con la excusa de una mejora de las condiciones del seguro. De defunción. Que es lo que tiene Santa Lucía en su cartera, junto a seguros de vivienda. Y ahí que te ibas a hablar con viejos para colocar un plan de ahorro.

Una vez que llegabas al piso tenías que tocar al resto para ver que sacabas. Una introducción de un tema de Decibelios describe perfectamente esta escena.

Lo mejor del caso es que los abuelos no se fiaban y conforme terminaban dr hablar conmigo llamaban a la oficina para ver si era verdad que trabaja allí. No fue el primer caso que llegué y no me abrían. O querían que se lo explicara todo en la puerta. O por el telefonillo del portero.

Servidor aunque es cortito vio pronto que ahí había poco que rascar. Así que me dediqué a tocar negocios. Y la cosa cambió radicalmente.

Pues bueno, a pesar de cubrir lo que me pedían, la responsable (con A) no estaba contenta con el método de trabajo. Que eso de tocar negocios como que no. Que había que centrarse en la "cartera" (jubilados y parados mayormente).

La jornada de trabajo se podía ir perfectamente a las 10 de la noche en la casa de un paisano hablando de veinte cosas antes de llegar al meollo del asunto y el motivo real de la visita.

Todo eso por 200€ Julio y 400€ Agosto. Gracias a que cubrí objetivos "no me costó la pasta". Sino es que encima pierdo dinero.

La recuperación laboral del Pepé y tal.
 
Visto lo visto, no me puedo quejar mucho pero un par de malas experiencias.

La primera, cuando quise comprar mi primera guitarra, no sé si fue el verano de 1º o 2º de BUP, por ahí, mi padre me dijo que no, pero que si la quería, mi tío me daba trabajo. Y allá que me fui el puto mes de agosto a ordenarle la ferretería. Una ferretería de dos plantas, la de arriba era el almacén. Y mi trabajo, limpiar la planta entera, estanterías incluidas, y después ordenar e inventariar todo. La mitad del material estaba abajo pero sobreamontonado y entre pasillos que casi no te dejaban pasar.

Los primeros días, los que yo creía que iban a ser los peores me los pasé entre cucarachas, arañas y demás insectos, tragando polvo y a 50 grados sudando como un cabrón. De 8 a 3, pero recuerdo que las siestas eran de pijama y orinal, caía muerto, por horas.

Después de dejar aquello que daba gusto, tanto él como los empleados fliparon y no sabian ni que aquello fuera tan grande, allí que me soltó, venga, ahora como te dé la gana pero ordenado. Herramientas grandes a un lado y así hasta las más pequeñas, lo de jardín junto, tornillos con tuercas y con sentido ascendente o descendente, como quieras pero que no se parezca a la mierda de abajo.

Y claro, en una ferretería si vendes 100 tornillos, los pillas de una caja de 1000 que hay que reponer, por lo que tienes varias de 2 o 3 o 5000 esperando. Y a eso me dediqué las otras tres semanas, a subir caja por caja de no se cuántos kilos, que no hay nada que no pese en una puta ferretería coño. Hasta las juntas de goma, cuando se juntan por miles en cajas. Por no hablar de herramientas, como sierras eléctricas, cortafríos y cosas así a quintales, o sacos de abono, yeso, etc... Pues eso, escalera p'arriba, escalera p'abajo me dejón en 68 kilos. Día a día apretaba el cinturón un agujero más. Puedo decir que sé lo que se siente en Auschwitz. Y eso que comía como un cabrón y desayunábamos dos o tres tortas de chocolate.

Los últimos días, me sobraron y como "premio" me puso a atender a la gente. Otro lol porque la mitad de las veces no tenía ni puta idea de qué quería la gente y tenía que estar preguntando qué coño era aquello, pero con aire acondicionado aquello fue gustazo. 100.000 pelas de la época me llevé.

Y otro hace menos pero también hace años, con la moda del wifi y de aquel estafador que lo "regalaba", ganamos a concurso el de un pueblo de Sevilla. No recuerdo si Coria, Alcalá o su puta madre del río, pero algo del río. En el mes de julio, no había otro puto mes para montarlo. Una puta semana estuvimos subiéndonos por todo el puto pueblo a montar y enfrentar antenas, a orientarlas y comprobar decibelios y cobertura. A pleno sol a la rivera del Guadalquivir en julio, la saluc. Y cuando te ibas a bar, Cruzcampo, de propina. Su puta madre. Lo peor, la torreta del campo de futbol, el sitio más alto de todo el pueblo y perfecto para triangular casi todas a la vista. Viendo la película, fuimos listos como roboces, pedimos las llaves y nos plantamos antes del amanecer. Cada uno con una antena para arriba, las montamos echando hostias, tiramos el cableado y lo crimpamos abajo rapidito. Que esto está listo antes de que pegue fuerte.

Los cojones, todos, y eso que revisamos bien porque nos iba más la vida en la velocidad que en pegarnos la hostia subiendo y bajando la escala, todos, nos olvidamos algo y tuvimos que ir bajando y subiendo por mierdas. Ya a media mañana, cada uno a su antena y allí el gilipollas en la torreta con el walkie.

- Tira pa la derecha.
- Ya.
- No coño, a tu derecha, gilipollas.
- Ya?
- No. Masssss.
- Ya?
- No coño, menos, más despacio que esto en ángulo se va a tomar por culo con sólo un centímetro.

Así uno detrás de otro mientras se nos freía el cerebro. Madre de dios, espero que los putos catetos se mataran a pajas gratis y se sigan matando porque aquello no está pagado.

Y acabo de recordar. Que el verano siguiente, y este sí recuerdo que fue en pleno agosto, porque los putos jefes no cerraban ni aunque no hubiera trabajo, en pleno agosto nos tocó algo parecido en medio del campo, esto en Granada. Una puta planta de placas solares a las que habia que poner alarmas de presencia. Es decir, unos postes negros de 1,75 de alto y si pasa algo entre uno y otro salta la alarma. Conejos la mayoría, por cierto, pero para eso estaban las cámaras que también instalamos. Pero los postes había que anclarlos sobre tierra y enterrar el cableado. Fácil si es un cuadrado o un rectángulo, pones uno en cada esquina y a tomar por culo, pero no. Aquello era de forma irregular, ni poligonal y con subidas y bajadas de terreno, de puta madre. Al final ni sé cuántos pusimos ni cuántos kms de cable se llevó, pero horrible, y encima dos porque el resto estaba de vacaciones. Todo por culpa de los putos rumanos, que saltaban cada noche a llevarse todo el cobre que podían.
 
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Mi primer trabajo fue enseñando mecanografía.Año 93. Tenía 16 años y era por la tardes. Tres horas. Sacaba unas 50000 pesetas al mes. A veces unas 75000 pesetas, si había muchos alumnos. El dueño, un treintañero ingeniero que trabaja a 100 km y que se había costeado los estudios con la academia en su casa, teniendo siempre de profesor al alumno más aventajado y "apañado" después de obtener el título .

En realidad era una delegación de otra Academia de formación. Seguían el típico método de libro. Los alumnos hacían los textos, yo los corregía, y si estaban bien, el dueño los enviaba a la Academia y cuando lo terminaban enviaban el título.

El truco era pedir menos fallos que los que en realidad pedían. Así tardaban más. Como había mucho gandul e inútil, se podía pasar perfectamente un año hasta que sacaban el título. Eran de cuota 3000 pelas al mes, 1500 pa mi, 1500 pal dueño. Not bad.

Cuando dejé en el 2008 mi puesto de trabajo fijo (también de mierda) para montarme por mi cuenta, negocié el despido para cobrar el paro. Un año entero tenía.

Al poco me apunté a un Master en Mercagranada del INEM. En vez de buscarme piso, Iba y venía todos los días de mi pueblo (100 kms) en un 205 con 15 años. Me costeaba la gasolina trabajando por la tarde para un procurador haciendo fotocopias y colocando papeles. Unos 300€ al mes, que con los 900 del paro y los 400€ que Zapatero se saco de la manga en el 2009 por la crisis y que cobré también un año, me hicieron ahorrar pasta para montar mi empresa. Por supuesto, la monté tras recibir una subvención de autoempleo. 12000€

Mientras salían los números, dedicaba muchas horas a trabajos y tareas en freelancer.com , compitiendo con indios, chinos o malayos. Así, he traducido Google mediente libros enteros de leyes o científico técnicos, del italiano, francés o el alemán al inglés, (Google traducía al español y yo al inglés) y viceversa, he hecho copywriting para blogs, y también alguna que otra tarea de Photoshop.

Para una china de Singapur le buscaba películas en YouTube en español. Le enviaba los enlaces y ella los subía a su app. 20$ la película. Not bad.

También traduje muchos textos legales de un Abogado de Texas.

Trabajos de mierda, sí. Pero sin doblar el lomo. Existen.
 
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El mio descarga en el puerto.
Elegian a dedazo,pero el capataz era el padre de una amiga.
Resultado:4 dias a la semana 4 horas al dia,cada dia pagaban 70 u 80 pavos,por descargar pez espada y ademas siempre te caia algun wiston/marboro/chester de batea y muy muy de cuando en cuando, por descargar algo mas q pescado,nos daban posturas de 12,5 de costo,del apaleao,pero peor es nada lol,los 20 pavos q valian ,se lo dejaba por 12 o 15 a algun colega y lo transforrmaba en pasta
 
El mio descarga en el puerto.
Elegian a dedazo,pero el capataz era el padre de una amiga.
Resultado:4 dias a la semana 4 horas al dia,cada dia pagaban 70 u 80 pavos,por descargar pez espada y ademas siempre te caia algun wiston/marboro/chester de batea y muy muy de cuando en cuando, por descargar algo mas q pescado,nos daban posturas de 12,5 de costo,del apaleao,pero peor es nada lol,los 20 pavos q valian ,se lo dejaba por 12 o 15 a algun colega y lo transforrmaba en pasta
The.Wire temporada 2. Trabsjando duro.en. la ría
 
Hola, yo he tenido muchos trabajos de mierda pero hoy quiero hablaros de cuando fui acompañante de una stripper rusa.

Fue, como casi todos mis primero trabajos, algo no buscado. Estaba en la universidad intentando terminar unos estudios que tenía que costearme yo porque mi familia ya estaba pasando penurias y la beca la entregaba íntegra conforme me la ingresaban. Era portero de pub, camarero eventual y monitor de sala de un gimnasio infame al que, no sé bien por qué, se apuntó una madame que mandaba a todas sus putas a las clases de spinning porque decía que las rumanas eran muy vagas y comilonas y que, cuando no tenían una polla en la boca, se llevaban un bollo de chocolate y que así se estaban poniendo, gordas como para tener que bajar la tarifa que cobraban.

Su hijo también venía al gimnasio y era majo aunque con 20 años ya tuviese un crío. Él era stripper y, a veces, se dedicaba a acompañar a sus amigas stripper a alguna fiesta para evitar que alguien se propasase más de la cuenta [y para terminar follándoselas, claro]. No recuerdo bien cómo pero el hecho es que me vino a decir que una chica nueva, rusa, le había pedido que le acompañase pero que él estaba ocupado porque tenía una despedida de soltero y que no iba a ir, que le hacía falta alguien que hablase algo de inglés para ir a Marbella con ella en coche y hacerle de traductor. Ah, y para en cargarse del cubo.

Yo me dije que sí, me daban 100 pavos más la gasolina por un día, así que ni me lo pensé, me cogí un coche que tuve que pedir prestado [yo no tenía] y puse rumbo a Marbella con mi L puesta en la luna trasera.

La rusa, de la que no recuerdo el nombre, era decepcionante. Si yo esperaba encontrar a una teen angelical a la que arrimar cebolla al terminar el show, me topé con la que podía ser su madre o su abuela joven, alta como un caballo y con un aspecto algo demacrado. La cara demasiado pintada, como si fuera un graffiti hecho por un principiante, y un cuerpo [al menos lo que se veía de él] que dejaba bien claro que no pasaba por sus mejores tiempos. Era difícil hablar con ella, porque ninguno teníamos un inglés especialmente bueno y porque, además, ella parecía estar como borracha o ida y no paraba de fumar, así que cada vez que me gritaba algo en inglés tenía que hacer de tripas corazón por no apartarle la mirada ante el asco que me provocaba su aliento.

Pasamos por su casa, a recoger sus útiles y entonces me habló del cubo. Hija de puta, el cubo. El cubo era una especie de arcón enorme, que pesaba como su puta madre y en cuyo interior iba una serpiente enorme. La cabrona me lo dijo a mitad de camino, cuando yo, bajando como podía por las escaleras, le di dos hostias al arcón contra la barandilla. Carefull... the snake... angry, decía ella mientras parecía que se iba a quedar dormida apoyada en una esquina. Metí el pedazo de baúl en el coche como pude, eché sus mierdas detrás y me puse en marcha rezando porque la tía, al menos, fuera buena o se supera mover bien. Qué inocente era entonces.

Salió vestida que parecía Norma Duval en un congreso del PP y, oye, así en plan traje de chaqueta no estaba mal. Empezó a desnudarse y la cosa comenzó a torcerse. Al quitarse la chaqueta, ante los vítores de una masa enfervorecida de paletos que estaba pisando Marbella por primera vez, dejó a la vista una enorme cicatriz vertical en el vientre [de una cesárea muy mal hecha] que parecía el coño de un habitante del infierno. Además, todo el rato seguía como ida, como borracha, y con esos taconazos daba tropezones cada dos por tres.

Ya en ropa interior, se tira al suelo y se pone abierta de patas como si esperase que alguien se la frungiera. Me grita algo, algo que no entiendo, y me hace gestos señalando un bolso que yo, como puedo, le llevo con la máxima dignidad posible mientras los tipos me gritan pensando que yo voy a ser partícipe de ese horror. Saca una vela, una vela enorme, y la enciende. Aparta un poco el sujetador y se echa un poco de cera en ambos pezones. Lo mismo hace por el vientre y, cuando parece que está saciada, se quita toda ropa y aparece con los pezones recubiertos por una costra de cera y el coño tapado por un tapón de la misma sustancia. Es lo más parecido a una barbie geriátrica. Se acerca a los asistentes que, borrachos como cubas, les da todo igual y le arrancan las costras de cera seca dejando a la vista unos pezones chiclosos y un coño muy dado de sí. Se vuelve a tumbar panza arriba y coge la vela y empieza a masturbarse con ella metiéndose todo el puto cirio dentro. Dejando sólo una mínima llama fuera. No necesita preámbulos ni lubricar, no, todo para dentro del tirón.

Se gira y me hace gestos, me señala un bote de aceite que yo le lanzo. Sin sacarse del coño la vela, se embadurna en un líquido denso y tan anaranjado que hace que parezca que se ha bañado en Risketos. Yo me planteo si eso no será inflamable pero paso de pensar más de la cuenta. Me hace más gestos, me señala el cubo mientras deja el bote a su lado.

Y una mierda voy a abrir yo el cubo, pienso, yo lo acerco y que se las apañe. Y eso hago, pero ella grita mucho, demasiado, y yo en mis trece que no y que no. Un valiente, un pobre valiente, se acerca y abre el arcón sin saber lo que hay dentro no sin antes decirme que soy un cobardica. En cuanto levanta la tapa y aparece la cabeza amarillenta del reptil da un salto para atrás tirando el bote de aceite y poniéndose sobrio de momento. Los amigos se ríen y la serpiente sale por completo. Los amigos ya se ríen menos. Se levantan todos acojonados. La rusa parece que se medio duerme otra vez pero, aún con la vela en el coño, se intenta incorporar y resbala por el aceite y porque es torpe. Al final lo consigue, pero todo el mundo está tan acojonado que nadie quiere saber qué puede hacer la vieja esa con una serpiente. Una cosa es que se meta velas en el coño y otra que estando drogada o lo que sea suelte un bicho así ahí en medio.

Uno se acerca a mí, que ya han visto suficiente, que se van. Le hago gestos a la rusa, que se ha enroscado a la serpiente por las piernas y parece que vaya a simular una felación con su cabeza. Ella no entiende qué le digo, así que le doy una patada al cubo para que quede cerca de donde está y meta al puto bicho. Eso que hace.

Recogemos y nos vamos.

Me dice de tomar una copa, le digo que paso. La dejo en su casa y me vuelvo a Granada.

Escribo al que me consiguió el curro:

- Hijo de puta, eso se avisa.
- ¿Alguna vez antes habías visto a una tía meterse una serpiente a la vez en el coño y en la boca? Eso no se puede avisar, eso hay que verlo.
- No, gracias a dios, no.

Última edición: Hoy a las 18:26

J O D E R :121

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Hola, yo he tenido muchos trabajos de mierda pero hoy quiero hablaros de cuando fui acompañante de una stripper rusa.

Fue, como casi todos mis primero trabajos, algo no buscado. Estaba en la universidad intentando terminar unos estudios que tenía que costearme yo porque mi familia ya estaba pasando penurias y la beca la entregaba íntegra conforme me la ingresaban. Era portero de pub, camarero eventual y monitor de sala de un gimnasio infame al que, no sé bien por qué, se apuntó una madame que mandaba a todas sus putas a las clases de spinning porque decía que las rumanas eran muy vagas y comilonas y que, cuando no tenían una polla en la boca, se llevaban un bollo de chocolate y que así se estaban poniendo, gordas como para tener que bajar la tarifa que cobraban.

Su hijo también venía al gimnasio y era majo aunque con 20 años ya tuviese un crío. Él era stripper y, a veces, se dedicaba a acompañar a sus amigas stripper a alguna fiesta para evitar que alguien se propasase más de la cuenta [y para terminar follándoselas, claro]. No recuerdo bien cómo pero el hecho es que me vino a decir que una chica nueva, rusa, le había pedido que le acompañase pero que él estaba ocupado porque tenía una despedida de soltero y que no iba a ir, que le hacía falta alguien que hablase algo de inglés para ir a Marbella con ella en coche y hacerle de traductor. Ah, y para en cargarse del cubo.

Yo me dije que sí, me daban 100 pavos más la gasolina por un día, así que ni me lo pensé, me cogí un coche que tuve que pedir prestado [yo no tenía] y puse rumbo a Marbella con mi L puesta en la luna trasera.

La rusa, de la que no recuerdo el nombre, era decepcionante. Si yo esperaba encontrar a una teen angelical a la que arrimar cebolla al terminar el show, me topé con la que podía ser su madre o su abuela joven, alta como un caballo y con un aspecto algo demacrado. La cara demasiado pintada, como si fuera un graffiti hecho por un principiante, y un cuerpo [al menos lo que se veía de él] que dejaba bien claro que no pasaba por sus mejores tiempos. Era difícil hablar con ella, porque ninguno teníamos un inglés especialmente bueno y porque, además, ella parecía estar como borracha o ida y no paraba de fumar, así que cada vez que me gritaba algo en inglés tenía que hacer de tripas corazón por no apartarle la mirada ante el asco que me provocaba su aliento.

Pasamos por su casa, a recoger sus útiles y entonces me habló del cubo. Hija de puta, el cubo. El cubo era una especie de arcón enorme, que pesaba como su puta madre y en cuyo interior iba una serpiente enorme. La cabrona me lo dijo a mitad de camino, cuando yo, bajando como podía por las escaleras, le di dos hostias al arcón contra la barandilla. Careful... the snake... angry, decía ella mientras parecía que se iba a quedar dormida apoyada en una esquina. Metí el pedazo de baúl en el coche como pude, eché sus mierdas detrás y me puse en marcha rezando porque la tía, al menos, fuera buena o se supera mover bien. Qué inocente era entonces.

Salió vestida que parecía Norma Duval en un congreso del PP y, oye, así en plan traje de chaqueta no estaba mal. Empezó a desnudarse y la cosa comenzó a torcerse. Al quitarse la chaqueta, ante los vítores de una masa enfervorecida de paletos que estaba pisando Marbella por primera vez, dejó a la vista una enorme cicatriz vertical en el vientre [de una cesárea muy mal hecha] que parecía el coño de un habitante del infierno. Además, todo el rato seguía como ida, como borracha, y con esos taconazos daba tropezones cada dos por tres.

Ya en ropa interior, se tira al suelo y se pone abierta de patas como si esperase que alguien se la frungiera. Me grita algo, algo que no entiendo, y me hace gestos señalando un bolso que yo, como puedo, le llevo con la máxima dignidad posible mientras los tipos me gritan pensando que yo voy a ser partícipe de ese horror. Saca una vela, una vela enorme, y la enciende. Aparta un poco el sujetador y se echa un poco de cera en ambos pezones. Lo mismo hace por el vientre y, cuando parece que está saciada, se quita toda ropa y aparece con los pezones recubiertos por una costra de cera y el coño tapado por un tapón de la misma sustancia. Es lo más parecido a una barbie geriátrica. Se acerca a los asistentes que, borrachos como cubas, les da todo igual y le arrancan las costras de cera seca dejando a la vista unos pezones chiclosos y un coño muy dado de sí. Se vuelve a tumbar panza arriba y coge la vela y empieza a masturbarse con ella metiéndose todo el puto cirio dentro. Dejando sólo una mínima llama fuera. No necesita preámbulos ni lubricar, no, todo para dentro del tirón.

Se gira y me hace gestos, me señala un bote de aceite que yo le lanzo. Sin sacarse del coño la vela, se embadurna en un líquido denso y tan anaranjado que hace que parezca que se ha bañado en Risketos. Yo me planteo si eso no será inflamable pero paso de pensar más de la cuenta. Me hace más gestos, me señala el cubo mientras deja el bote a su lado.

Y una mierda voy a abrir yo el cubo, pienso, yo lo acerco y que se las apañe. Y eso hago, pero ella grita mucho, demasiado, y yo en mis trece que no y que no. Un valiente, un pobre valiente, se acerca y abre el arcón sin saber lo que hay dentro no sin antes decirme que soy un cobardica. En cuanto levanta la tapa y aparece la cabeza amarillenta del reptil da un salto para atrás tirando el bote de aceite y poniéndose sobrio de momento. Los amigos se ríen y la serpiente sale por completo. Los amigos ya se ríen menos. Se levantan todos acojonados. La rusa parece que se medio duerme otra vez pero, aún con la vela en el coño, se intenta incorporar y resbala por el aceite y porque es torpe. Al final lo consigue, pero todo el mundo está tan acojonado que nadie quiere saber qué puede hacer la vieja esa con una serpiente. Una cosa es que se meta velas en el coño y otra que estando drogada o lo que sea suelte un bicho así ahí en medio.

Uno se acerca a mí, que ya han visto suficiente, que se van. Le hago gestos a la rusa, que se ha enroscado a la serpiente por las piernas y parece que vaya a simular una felación con su cabeza. Ella no entiende qué le digo, así que le doy una patada al cubo para que quede cerca de donde está y meta al puto bicho. Eso que hace.

Recogemos y nos vamos.

Me dice de tomar una copa, le digo que paso. La dejo en su casa y me vuelvo a Granada.

Escribo al que me consiguió el curro:

- Hijo de puta, eso se avisa.
- ¿Alguna vez antes habías visto a una tía meterse una serpiente a la vez en el coño y en la boca? Eso no se puede avisar, eso hay que verlo.
- No, gracias a dios, no.

Parece una pelicula de los 80´:lol::lol::lol:
 
En los 80 era cuando se quoteaban ladrillos enteros para escribir una sola frase y emoticonos. Ídem para @Fisico2013

Hijosdeputa

Esque el "clic para expandir" tiene su aquel, saeh?!

Bueno, pues trabajos de mierda:

Hace muchos años mi primer trabajo fué en la cocina de una pizzeria, donde los compañeros si unos no eran unos subnormales, otros eran unos lameculos que obrando de tal manera creerian llegar a ser encargados. Capaces de dejarte tirado solo sin echarte una mano dejandote el tinglado.

Recuerdo con especial inquina a un cuerpoescombro que decidió hacerme una novatada mandandome a por nosequé cosa y claro, tal cosa no existia, hubo lol y tal. Entonces el cuerposcombro me dijo algo tal que así:

Cuerposcombro: "Vaya, como te la hemos colao eh?!"

Monstroid: "Nada, no me lo he tomado mal"

Cuerposcombro: "Esque si te lo tomas mal te fastidias"

Como me arrepiento casi veinte años después de no haberle aplastado la cara contra las bandejas de ingredientes. Hubiera perdido el trabajo, sí por supuesto. Pero no me merecia la pena. Años después lo encontré más viejo y esmirriado, se quedó mirandome unos instantes y por acto reflejo por la cara que le puse bajó rápidamente el jeto.

Unos encargados falsos y negreros como Judas, recuerdo uno especialmente desagradable que siempre hizo de poli malo con el mocoso que entonces fui.

Luego tuve trabajo como camarero poniendo copas y comidas durante un breve tiempo, con mala experiencia en el anterior curro, iba con la guardia en alto. No obstante los dueños fueron muy agradables conmigo y fue todo bien.

El único capullo (bastante toreable) era el hijo de los dueños, que iba de eso "de fucker" hablandole como si fueran cosas a las cocineras si este queria cenar mientras las pobres iban al galope preparando platos. Recuerdo a la sudamericana murmurar "jodio cabrrron!..." mientras le preparaba la cena al notas aquel.


Y tambien estuve un par de años como profesor particular de un chaval que se pasaba por el forro lo que le explicaba y lo que le mandaba como deber para que lo pusiera en práctica. Un desastre.

Ahora sólo soy un mercenario, una prostituta que aplico lo poco que aprendí a lo que me manden y/o encuentre.
 
Última edición:
Cosas veredes.
Yo por ejemplo hace dos semanas di un bolo por el cual 45 minutos se transformaron en 1000 pavos,teniendo todo montado,un escenario del puto copon,jaimas individuales con minubar y catering al gusto(me senti como homer con el avion privado)
Y la pasada toque hora y cuarto por 600 montando yo todo y casi negociando las copas.
No busque logica.en la musica nada lo tiene.

Nadie te cree.
 
Dos cositas: Una, que con este hilo queda constatado lo que yo ya sabía hace tiempo. Que sois todos una panda de mierdecillas venidos a más por unos estudios de mierda en un país donde hasta el más tonto tiene un título de mierda que no le vale ni para limpiarse el culo. Muertos de hambre que han tragado mierda a espuertas para subir un puto peldaño social mientras que lo anhelado está tres o cuatro más arriba. Ya inalcanzable, pero gracias a Dios está el foro para sentirse alguien.
Y la otra, a los trece años aprendía a apretar los dientes, a tragar bilis, a reprimir mi furia, a aceptar mi suerte, a aguantar con carros y carretas, a sufrir para sobrevivir, a maldecir mi sino, a transformar el sufrimiento en energía útil para tirar para delante. Deslomamientos, hernias, ciáticas, deformación de la columna por sobresfuerzo a edades tempranas, broncas, malas caras, desprecio, insultos y todo un mundo de vejación en la Extremadura profunda donde además tenías que dar las gracias al señorito por el jornal. Todo por la sopa boba, una sopa calentita de pan duro mojado en agua con pringue y de condimento un ajo y un huevo, en los fríos inviernos, y un gazpacho fresquito en verano.
Cuerpo fino, un gordo no se puede agachar a quitar hierba, ni es ágil, ni rápido, ni tiene nervio para seguir el ritmo agropecuario de la dehesa. ¿Calor?, ¿habéis pasado calor, decís? Hijos de puta, yo no es que haya pasado calor, es que mi cuerpo se ha adaptado hasta tal punto que mis gigantes orejas son una adaptación al medio para refrigerar el calor estival de los llanos de secano, donde canta la chicharra al mediodía y el horizonte se difumina por el calor, como una metáfora del porvenir. ¿Habéis estado alguna vez agachado cogiendo pimientos de sol a sol? Un día y otro día, y otro día, y otro día. Que la primera semana piensas que lo mejor es morirse y acabar con todo el sufrimiento innecesario. Pero que a las siguientes semanas llega un punto donde estás mejor agachado que erguido. Con los dedos llenos de padrastros y llagas que cada vez que rozabas con algo te subía un dolor, como un pinchazo nervioso que corría por todo el brazo hasta desembocar furioso en las muelas en sobretensión de apretarlas. El lomo frío, del aire, porque todo el día agachado es lo que tiene, que el lomo se enfría de aguantar las corrientes de aire. El calor, el frío, la lluvia; el agro no se detiene por pamplinas de ciudad. O cosechando espárragos, escarbando con las manos en la tierra, para extraer del terruño el preciado turión que había que tratar como oro en paño para que los alemanes disfrutasen del fruto de la tierra del país sureño en vías de desarrollo llamado España. Acarreando una puta caja que pesaba más que la puta foca de vuestras novias, con los pies hundidos en la tierra ardiente y polvorienta.
Pero por aquel entonces a nadie le importaba una puta mierda el trabajo infantil en las Hurdes y demás comarcas de las miseria. Queda mejor preocuparse por los niños que cosen balones Nike en el quinto coño, ¿verdad?
O vareando olivos en diciembre, en pendiente, entre canchales tuercetobillos. Con una niebla de esas que se te meten en los huesos y que ya nunca sale, porque también te cala el alma. Ves a los señoritos pegar tiros a 100 metros en las mismas fincas de 1.000 hectáreas, con su ropa de cazadores de El Corte Inglés, sus 4x4, su secretario que les carga la escopeta, su porte altanero, sus rostros satisfechos, con sus mostachos para hacer cosquillas en el chumino a las rubias con fulares de pashmina y chaleco a cuadro escocés y botas de amazona a juego. Que maldices mil veces tu mísera vida y rezas para que te peguen un tiro y allí mismo te entierren para siempre.

Mi chepa, no es genética, no. Es fruto de reventarme a trabajar cuando aún no me hacía pajas todos los días. Que ni estaba formado aún, que así no te puedes criar recto si te empiezan a castigar el cuerpo con los huesos aún blandos. Mi cara como un guante de cuero viejo, no es por genética, no. Es la huella indeleble que deja el aire del páramo, que curte el rostro dejando la marca de los desheredados, los olvidados. Mi carácter taciturno y huidizo, un rasgo propio del perro apaleado.
Normal que no pueda ahora mirar a las mujeres, si de niño me enseñaron a no levantar la vista del surco cuando pasase la hija de la señora, si me enseñaron a humillar la mirada ante la señorita, a no mirar con lujuria, a no incomodar con mi soberbia, a estar calladito y en mi sitio, un escalón por debajo siempre. Me inculcaron la creencia que eso no era para mí, que eran cosas inalcanzables, intocables, indeseables. Claro, ahora recojo el fruto de lo sembrado; complejos de inferioridad y traumas que me ayudan a no olvidarme de quién soy y cual es mi sitio. No sea que un día me dé por querer trepar y abandonar mi casta.

Un trabajo de mierda no puede ser de tres días, ni para pagarse los estudios, o una puta guitarra, o para salir de marchuqui. No, hijos de puta de barrio con ínfulas. Para que sea un trabajo de mierda no tienes que ver la luz al final del túnel, no puedes dejarlo porque es lo que te da de comer a ti y a tu puta familia de desgraciados, no puedes renunciar a él ni tampoco lo has elegido, es algo impuesto. Impuesto por el destino y aceptado con resignación. Dormir por agotamiento es una bendición, porque aún se le puede dar una vuelta de tuerca que vosotros jamás habéis atisbado ni de lejos; el no dormir de cansancio. Sí, panda de maricas, cuando llegas y te tumbas en el jergón y de puto cansancio y entre calambres de piernas, pesadez de hombros, dolor de cabeza del golpe de calor, el run run del tractor y de fondo los ecos de las voces del patrón; no descansar ni dormir esperando a la madrugada para seguir sufriendo en directo lo que tu mente recrea en la oscuridad. Porque los traumas se sufren de día, a plena luz, pero no es hasta la noche que se graban a fuego en lo más profundo de la memoria. Es la noche la que marca, la que afianza los recuerdos, la que consume el alma y lo oscurece. El cuerpo sufre el día y el espíritu la noche.

No quiero enrollarme más, seguid contando vosotros vuestra moviditas de cuando os rompisteis una uña al colocar la tapa de la bola del ratón, o bueno, esa otra putada de que no te abran la puerta del portal cuando llevas las manos cargadas con un puñado super pesado de folletos del lidl.
 
Que sí, que tu vida es la más sufrida y tú el forero más maldito de todos. Pero esto no es tu blog personal.
 
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Pues si juntas estudios con oposiciones ya es la hostia.
No me alegro de tus penurias pero tampoco me apena. Lo mío me lo he ganado por ser más listo que los que tenía a mi lado. Y mi padre no pisó una universidad ni era rico.
 
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