Pues a ver si averiguo qué negocio es ese que tenemos a medias mi socio y yo que hace seis años que me volví de Inglaterra pero aún nos escribimos y llamamos sin otro afán que el de saber el uno del otro
Lo otro sí que es cierto, es una amistad que se concibe de manera diferente. Borges en su maravilloso relato "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" tiene esta fantástica descripción:
“Algún recuerdo limitado y menguante de Herbert Ashe, ingeniero de los ferrocarriles del Sur, persiste en el hotel de Adrogué, entre las efusivas madreselvas y en el fondo ilusorio de los espejos. En vida padeció de irrealidad, como tantos ingleses; muerto, no es siquiera el fantasma que ya era entonces. Era alto y desganado y su cansada barba rectangular había sido roja. Entiendo que era viudo, sin hijos. Cada tantos años iba a Inglaterra: a visitar (juzgo por unas fotografías que nos mostró) un reloj de sol y unos robles. Mi padre había estrechado con él (el verbo es excesivo) una de esas amistades inglesas que empiezan por excluir la confidencia y que muy pronto omiten el diálogo. Solían ejercer un intercambio de libros y de periódicos; solían batirse al ajedrez, taciturnamente... Lo recuerdo en el corredor del hotel, con un libro de matemáticas en la mano, mirando a veces los colores irrecuperables del cielo.”
Siento haber puesto un texto de Borges delante de los ojos del habitual de este subforo, más acostumbrado al Marca, al Sport o al As. Intentaré no hacer estas cosas muy a menudo, que sé que no tenéis costumbre y el contacto con la alta cultura os produce urticaria, pero igual venía a cuento para responder a RogueTrade27.