Un 20 de diciembre más o menos, nos daban las vacaciones de Navidad ese día y aprovecharon para hacer la Fiesta del Colegio, hubo muchas actividades y tal, pues mis colegas y yo pillamos unos botes de spray (pero de nieve, de esos pa decorar las ventanas) y atacamos un mural que había hecho uno de los profesores del Colegio hacía mas de 15 años, era toda una reliquia, mis colegas y yo lo pintarrajeamos con nuestros apodos, pero pensando que la cosa no iba a ir lejos al tratarse de sprays de nieve y que se borrarian facilmente.
Terminó la fiesta y nosotros nos fuimos todos a comer juntos, y cuando llegamos cada uno a nuestras casas, descubrimos que habían llamado a nuestros padres y que al día siguiente (sabado, ya de vacaciones y a las 8 de la mañana) debíamos presentarnos en el colegio para hablar con el Director y el Jefe de Estudios. Nosotros acojonadísimos y puteados fuimos, y alli nos empezaron a decir cosas como que nos iban a abrir expediente, nos iban a expulsar y tal, y para colmo tuvimos que ir a limpiar el jodido mural el cual se resisiía a quedar como antes.
Al terminar las vacaciones y volver al colegio, ni nos expulsaron ni nos abrieron expediente, pero durante dos semanas iban a tomar unas medidas con nosotros, eramos 8 personas. Las medidas eran estas; el jefe de estudios nos acompañaría a todos juntos a cada una de nuestras clases (los 8 ibamos a clases diferentes) tanto por la mañana como por la tarde, a todo esto el resto del instituto nos miraba flipaos porque parecíamos delincuentes ahí acompañaos, y dejando a uno por uno en cada una de las clases, además eramos el tema de conversación de todo el Instituto; otra de las medidas era la marginación en clase, empezaba por ponernos al final de la clase, separados del resto de compañeros (pero no me refiero a la última fila, si no al final de la clase), en esa marginación tampoco se nos permitía intervenir en clase (ni hablar, ni dar opiniones, corregir ejercicios...) era como si no existiesemos, y el último castigo y humillación fue la de pasarnos los recreos haciendo de basureros en la zona donde se juntaban los mayores (recogiendo colillas, papeles, almuerzos...) con tal de humillarnos más si cabe.
Durante ese tiempo parecíamos auténticos delincuentes, no lo pasé mal ya que al estar los 8 juntos pues nos entreteníamos y nos reíamos de lo que nos pasába, además de darnos a conocer a todo el instituto el cual nos daba muestras de apoyo. Todo esto pasó en un colegio de Jesuitas......q cabrones q son los jodíos!!