Gregory_Peck
Frikazo
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En realidad en nuestro trabajo es casi imposible hablar. Solo hablamos un día porque se estropeó la herramienta de transcripción y coincidimos ella y yo solos en la sala de transcripción mientras todo el mundo estaba fuera en el comedor. En un día normal, nos ponemos los auriculares nada más llegar y ya. Ella solo se los quita para hablar con el que tiene al lado, que es este que os digo. De resto nunca se levanta para hablar con nadie más. Durante su descanso desaparece y siempre llega la primera y se va la primera. Nunca he podido ni ver ni por donde sale del edificio, ni nada.
Eso de que dices de que parezca que no es algo importante da igual, incluso aunque yo consiga que parezca casual, no va a colar en absoluto porque además yo no hablo con casi nadie. Porque básicamente no me interesa hablar con nadie. Me aburre la cháchara insustancial. Pero es que además paso. Si yo no consigo despertar su interés hasta el punto de que sea ella la que se acerque, paso. Es que no, joder. Siempre arrastrándonos, siempre los putos mismos betazos mendigando.
Edito: es que además qué cojones. Si fuera fea no me hubiera fijado en ella. Todo esto no es más que el puto imperativo biológico de siempre, los genes ahí jodiendo y empujando como pequeños dictadores "replícanos, replícanos, hijo de puta". Pues no.
¿Tenéis máquina del café en tu curro? Cuando vayas a por uno pasas a su lado y le haces el gesto de "te invito". Si ves que al primer café va a ser muy brusco espera al segundo o tercer día. El caso es que crear esa rutina de tomaros un café de máquina al día te puede servir de plataforma para construir.