Cheshire´s Katua
Prima Donna del Cocoguá
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- 4 Mar 2007
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Hace poco me contó una amiga una historia un tanto curiosa.
El caso es que una conocida suya pilló una caja de preservativos a su marido cuando ellos hace años ya que no los usan. El fulano fue sometido a interrogatorio, y al final balbuceó algo de que eran para un compañero de trabajo, que no podía comprarlos y se los había encargado. Ella se hizo la tonta y lo dejó estar.
Al cabo de unas semanas, todavía mosqueada por el tema, la chica le echó de su casa (de ella) alegando que últimamente estaba muy esquivo y frío, y que eso del compañero de trabajo no se tragaba ni con tomate. Él insistía en que la historia era cierta y consiguió que ella le dejase volver.
Como la cosa seguía bastante tensa, la conocida de mi amiga decidió contratar a un detective privado tras pedir un préstamo a sus padres. Le llevó fotos de cara, cuerpo, ropa, coche y le dió todos los datos que éste necesitaba. A la semana, el detective le dió una cinta de vídeo en la que aparecía su marido dándose el lote en un coche con una señorita. No había conseguido pillarles fornicando, claro, pero la cinta ya era una prueba contundente.
Cuando el marido llegó a casa, ella volvió a sacar el tema y él seguía negándolo, así que le puso la película. Él reconoció que se había besado con otra, pero que nada más y blablabla. Volvió a echarle de casa, se montó un buen follón entre ambas familias, etc... y a los meses la tía decidió que la dignidad no es lo más importante del mundo y volvió a perdonarle. Pero eso es ya otra historia.
Es el tercer caso de alguien, más o menos de mi entorno, que ha recurrido a un detective privado por este motivo. Y yo me pregunto si se puede confiar tan ciegamente en otra persona como para negar la evidencia y tener que llevar las cosas a tal extremo. Creo que cada uno tiene que tener bastante claro hasta qué punto puede confiar en su pareja, por no hablar de lo triste que tiene que ser, si eres fiel, enterarte de que la persona con la que convives ha pagado un pastón a un señor para que te vigile porque no confía en tí.
Tuvimos un pequeño debate entre los que oímos la historia, y hubo opiniones para todos los gustos. Si queréis dar la vuestra, o contar algún otro caso espeluznante como este, ya sabéis, aunque imagino que esto degenerará en lo putas que somos y lo tontas por perdonarlo todo.
El caso es que una conocida suya pilló una caja de preservativos a su marido cuando ellos hace años ya que no los usan. El fulano fue sometido a interrogatorio, y al final balbuceó algo de que eran para un compañero de trabajo, que no podía comprarlos y se los había encargado. Ella se hizo la tonta y lo dejó estar.
Al cabo de unas semanas, todavía mosqueada por el tema, la chica le echó de su casa (de ella) alegando que últimamente estaba muy esquivo y frío, y que eso del compañero de trabajo no se tragaba ni con tomate. Él insistía en que la historia era cierta y consiguió que ella le dejase volver.
Como la cosa seguía bastante tensa, la conocida de mi amiga decidió contratar a un detective privado tras pedir un préstamo a sus padres. Le llevó fotos de cara, cuerpo, ropa, coche y le dió todos los datos que éste necesitaba. A la semana, el detective le dió una cinta de vídeo en la que aparecía su marido dándose el lote en un coche con una señorita. No había conseguido pillarles fornicando, claro, pero la cinta ya era una prueba contundente.
Cuando el marido llegó a casa, ella volvió a sacar el tema y él seguía negándolo, así que le puso la película. Él reconoció que se había besado con otra, pero que nada más y blablabla. Volvió a echarle de casa, se montó un buen follón entre ambas familias, etc... y a los meses la tía decidió que la dignidad no es lo más importante del mundo y volvió a perdonarle. Pero eso es ya otra historia.
Es el tercer caso de alguien, más o menos de mi entorno, que ha recurrido a un detective privado por este motivo. Y yo me pregunto si se puede confiar tan ciegamente en otra persona como para negar la evidencia y tener que llevar las cosas a tal extremo. Creo que cada uno tiene que tener bastante claro hasta qué punto puede confiar en su pareja, por no hablar de lo triste que tiene que ser, si eres fiel, enterarte de que la persona con la que convives ha pagado un pastón a un señor para que te vigile porque no confía en tí.
Tuvimos un pequeño debate entre los que oímos la historia, y hubo opiniones para todos los gustos. Si queréis dar la vuestra, o contar algún otro caso espeluznante como este, ya sabéis, aunque imagino que esto degenerará en lo putas que somos y lo tontas por perdonarlo todo.