En 1910, el Athletic le encargó a su directivo Juan Elorduy, que aprovechando su paso por Inglaterra, comprara 50 camisetas azul y blancas, como las que ya usaban, para repartirlas entre el equipo bilbaíno y su filial de Madrid. La tarea a príori parecía sencilla, ya que el Athletic solía comprar asiduamente sus camisetas al Blackburn Rovers Football Club, que vestían de la misma forma. Sin embargo, en aquella ocasión resultó que las camisetas estaban agotadas o no disponían del número de ejemplares suficiente. Por lo que el directivo se volvía con las manos vacías. Ya en la ciudad de Southampton, a punto de embarcar en su regreso a Bilbao, Juan Elorduy como última alternativa adquirió las camisetas al equipo local, el Southampton Football Club, que casualmente vestían con una camiseta a franjas rojas y blancas, los colores de la bandera de Bilbao, además de unos calzones y medias negros. Así pues, se presentó en Bilbao con las 50 camisetas rojiblancas, 25 de ellas se las quedó el Athletic y el resto fueron cedidas al equipo filial, el Athletic de Madrid, que años después se independizaría del club bilbaíno. Para diferenciarse del Athletic, el club madrileño continúo jugando con los calzones y medias azules de la anterior equipación