Sábado por la mañana, con previsión de lluvia, así que no sé si salir con la bici o no. Me voy a hacer la compra y ya veré cuando vuelva. Coloco las cosas en la nevera y me vibra el móvil. Una compañera árbitro de boxeo de Valencia. Hemos coincidido poco, la verdad, la última vez en Murcia, en Semana Santa, en los Campeonatos de España de Clubes. Es maja, atractiva, pero no es que intercambiásemos muchas palabras. En ese momento mi ex se estaba yendo de cas y yo intenteba organizar mi cabeza de nuevo, así que el viaje fue más instrospección que otra cosa. Madrugaba, me iba a correr por la playa, nadar y deporte en una estación de calistenia y vuelta al hotel y para el pabellón. Poca interacción con casi nadie.
Desde el campeonato, sin embargo, de cuando en cuando me escribe por Instagram. Para preguntarme dudas. Está opositando a Guardia Civil y lo mismo prepregunta algo de Física, que de Ortografía o Mates. He de decir que el nivel es bajísimo. No entiendo yo a qué tanto revuelo. De hecho, no descarto preparármelas viendo lo visto.
El jueves me escribe, que si me han convocado para el campeonato de España en Palencia. "Sí, pero no voy a ir, no me puedo pedir una semana de trabajo en mitad de Julio". Lo encaja regular. "Te vamos a echar de menos. Y yo que me iba a llevar mis apuntes para preguntarte cosas". No dio más de sí la conversación.
El sábado, mientras coloco cebolletas, espinacas y huevos, me llega un mensaje. "Hola, Spawner, qué plan tienes hoy", dice. "Ninguno, irme en bici y arreglar la cosa, pero poco más", contesto yo. Me dice que está de bajón, que tiene mal de amores. Yo le digo que eso le pasa por enamorarse, que lo mejor es no hacerlo. Que se dedique a las oposiones que están a la vuelta de la esquina. Que no tiene cuerpo de estudiar, contesta, que tiene la cabeza en otro lado. Yo paso de seguir dándole bola y sigo a lo mío.
Al rato llega una nota de voz. Que si me puede preguntar dudas. Yo, que me estoy poniendo el culotte para coger la bici, le digo que sí, que ya le contestaré cuando pueda.
Llega otra nota de voz.
Que por qué no se viene a Granada, desde Valencia, y se lo explico todo en persona, que le vendrá bien.
A mí se me hiela la sangre. No me cabe en la cabeza que alguien se vaya a meter 3hs. de coche para resolver dudas de la oposición a GC; me imagino que es su manera de decir que quiere pasar una noche conmigo. Pero como yo estoy desentrenado y no quiero dar nada por sentado, consulto con mi Consejo Jedi particular. Y todos me confirman la intuición. Muchos olés y bravos y ya nos contarás cómo ha ido.
A mí me da un poco de ansiedad. Mi vida últimamente se ha desmoronado de golpe, así que intento tener todo supercontrolado. Sentir que soy yo el que decide lo que ocurre a mi alrededor. Así que lo de que surjan cosas como ésta, por más que puedan ser buenas noticias o presagios de ellas, me pone muy inquieto.
Cojo el móvil y le contesto. Que vale, que se venga si quiere. Le digo que sobre las 7pm estaré libre ya y le pregunto, por confirmar, si pasará la noche en casa. Me dice que sí.
Me voy con la bici y después a comer por ahí. Estoy nervioso. Como un chiquillo. Tiene huevos la cosa.
Pues nada, me voy a nadar.
Salgo del gimnasio y me cae un chaparrón mientras voy en moto. Llego a casa y me dice que está por allí ya.
La saludo, está muy buena, sí señor y metemos el coche en mi plaza de garaje. Yo ya no tengo coche, sólo moto, es otra de las cosas que he perdido en esta separación.
Subimos a mi casa. "Ay, qué bonita, qué patio más lindo". Yo le digo que sí, que es un carmen reformado y le explico lo que puedo sobre la tipología y demás. Sale mi gata, se le sube al regazo y todo parece ir genial.
Me da la botella de vino, un blanco dulce, no es le que más me gusta pero, oye, las mujeres eso se lo beben como si fuera agua. Así que lo meto en la cava de vinos no sin antes reparar en que en la etiqueta recomiendan servirlo tan frío como el corazón de tu ex. Me hace gracia el chiste y me pongo a hacer café. Ella saca los apuntes y empieza a bombardearme a preguntas. La verdad es que el nivel es ínfimo. Teorema de Pitágoras, reglas de tres y poco más. Yo no veo la dificultad por ningún lado y alucino con que haya gente que pague academias para preparar algo así. Las pregundas de Literatura me dejan picuato. Quién escribió las Coplas a la Muerte de su Padre o además del Conceptismo, cuál era la otra corriente artística imperante en el momento. Flipo mucho.
Llegan las 10pm y me pongo con la cena. Hago un tartar de arroz, mango y aguacate. Y unas tostas de cahmpiñones en conserva y alcachofa. Me cuenta su vida, sus novios y hasta que tiene un satisfayer que ya no le gusta y que se va a comprar un Lucas. Que no sé qué coño es, pero me lo cuenta. Nos sentamos en el sofá. Yo no hago el más mínimo gesto que dé pie a nada porque no sé darlo.
Hablamos, hablamos, hablamos y hablamos.
Y dan las 2am y a mí ya se me cierran los ojos. No recuerdo bien cómo me dice que va a cambiarse, y vuelve con un pijama de pantalón corto. Que ella duerme en el sofá, dice. Me niego en rotundo y le cedo la cama. Yo me estiro en el sofá y me quedo frito hasta las 6am, que es cuando amanezco siempre. No ha habido ataque nocturno ni asalto a mi intimidad. Así que me despierto con sabor agridulce. Aliviado y desespeeranzado, porque, por un lado, no sé si me apetece pero, por otro, un polvo habría estado bien.
Me hago el desayuno. Y me pongo a leer, anoche tenía que haber avanzado un artículo y no hice nada. Ella despierta a las 9. Le hago el desayuno y me vuelve a preguntar dudas que resuelvo rápido porque ya he perdido demasiado tiempo con esta tontería. Dejo caer que en breve he quedado conlos amigos de la bici, cosa que no es verdad, y ella entiende que de pasar el domingo aquí, nanai.
A las 10 se está montando en el coche y yo atravesando la puerta de mi casa con la certeza de que yo puedo ser bastante responsable de que no haya pasado nada, que otro, en mi lugar, habría sabido actuar, pero teniendo muy claro, también, que indicios había pocos y que no estoy yo para desencriptar mensajes cifrados.