Sólo vengo a decir que soy un imbécil social. Hay una camarera de un bar al que suelo ir que me gusta, me hace tilín. Y creo que yo a ella lo mismo, también. Canaria. Uno de sus compañeros es alumno de boxeo y, por las indirectas que me lanza, parece que más o menos es obvio que algo hay. Y todo sería sencillo porque, además, como es estudiante, se larga a mitad de julio. Pero, nada, soy un patoso irracional que en su puta vida ha tenido que dar el primer paso y que no sabe darlo. En fin, soy imbécil.
Por otro lado, el otro día tiré las pocas cosas que quedaban por casa de la Vegui.