Perrino Chico rebuznó:
Me pasa lo mismo que al autor del hilo con mi cuñada, no está más buena que mi mujer ni mucho menos, pero tiene un morbo acojonante. Le he visto las tetas y el culo y realmente son horrendos (pequeñas las primeras y celulítico el segundo), pero aún asi me sigue poniendo palot cada vez que la veo. Yo pa mi que es por la melena rubia de putón verbenero que lleva siempre.
Es el morbo que acumula algo vedado, lo que verdaderamente empuja mi obsesión. Unido al hecho de que mi cuñada (uffff...), sin ser especialmente guapa, sí que es una puretona con un portentoso pandero y unos pechos que sin ser grandes son turgentes y se encuentran coronados por una areola estilo galleta marbú dorada, que ya quisieran para sí más de una.
Éstos, creo, son los que me tienen cautivado, a la par que su sonrisa lasciva, lo que me hace imaginar que en la cama se convierte en una auténtica guarra de cojones. Y ya, en este momento, mi obsesión se está convirtiendo en absoluta compulsión, haciendo que mi polla se parezca cada vez más al mango de mi antigua bicicleta GAC. Y la cosa, es que la muy cabrona lo sabe y no para de hacer gestos, que yo tomo como insinuaciones.
Sin ir más lejos, el otro día estuvo por casa y entró al servicio. Al salir, me crucé con ella y me dijo "no se te ocurra entrar ahora". Y, claro, ni puto caso le hice y entré. Madre mía, que asco de peste. Encima, a pesar de haber tirado de cisterna, cuarto y mitad del mojón aún asomaba.
Así que tiré nuevamente de la cisterna, y con la escobilla lo tuve que remeter como pude para que finalmente el wc se lo tragara, para posteriormente mear y acabar con cuantas gotas de mierda aún quedaban de haber salpicado.
Después, me acerqué a ella y le pregunté que cómo una mierda tan grande y gorda podía salir de una cosa como ella, a lo que me respondió (sonriendo, siempre sonriendo): "trago mucho y mi culo hace esas cosas".
Hijadeputa, por no cojerla del cuello y follarla contra la pared, me callé y me largué - una vez más - con el rabo entre las piernas, notando como la sangre llegaba a éste a borbotones.
Asco de vida y de no tener los cojones suficientes para darle su merecido.
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