- Registro
- 10 Nov 2006
- Mensajes
- 81.291
- Reacciones
- 32.384
Werther rebuznó:No.
No te das cuenta de que el mundo eres tú. Rendirse ante lo más despreciable, convertirte en parte de ello es eliminar el sentido de la vida, es moverse por inercia.
Si te rindes pierdes. Y perder es hacer de tu mundo basura, es ser un cobarde.
Werther, creo que o no me he expresado bien o no me has entendido bien. Coincido contigo en que el mundo soy yo, y mi mundo es lo que yo haga de él. Pero yo no hablo de mí. Yo no hablo de cómo me conduzco yo al respecto de estos temas. Yo hablo de lo que veo, de cómo se conduce el mundo. Yo me conduzco por el en la dirección que creo que es la adecuada, intentando hacer de mi mundo el mejor de los posibles dentro de lo que está en mi mano. He estado con chicas maravillosas con defectos físicos, con kilos de más, y también he estado con chicas maravillosas sin kilos de más y sin defecto físico alguno. Y a ambas las he tratado por igual, y a ambas las he querido; he tenido novias guapísimas y novias normalitas. Y no me fijaba ni en lo uno ni en lo otro, sino en otras cosas mucho menos mundanas y mucho más importantes.
Pero lo que es cierto es que como todo hijo de vecino, me condicionan, en mayor o menor medida, taras graves físicas en los demás. Como todo hijo de vecino, tengo mis límites entre lo que tolero de buen grado y lo que ya me cuesta más digerir. Y estos límites varían en función del tipo de relación que tenga que tener con esa persona. No quiero ligar con taradas físicas, no me importa tener amistades con taradas físicas. Tampoco voy señalando con el dedo a las que tienen taras físicas, es más, siento algo de compasión por ellas, y me inspiran cierta ternura, pero no ganas de ligar con ellas. No importarte absolutamente nada de todo esto no es propio de seres humanos, es propio de semidioses por lo menos, y que yo sepa, no veo a ninguno por aquí.
Ahora, eso sí, no me intentes engañar diciendo que entre la guapa y la tuerta tú no te decantas por la guapa. Que ya tengo una edad y no me creo según qué cosas por más bonito que me las pintes.