Doctor, tengo un TOC

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Otro toc de mi adolescencia, era que si iba con alguien andando y algo ( columna papelera..) o alguien pasaba entre ambos "rompia" un hilo imaginario que nos unía, asique debia retroceder y pasar el obscaculo por el mismo lado que la otra persona. Mas de una vez he tenido que retroceder mas de 30 metros en un intento fallido por vencer a mi mania.
 
A mí nunca se me olvida nada, no salgo de casa sin contar que tengo X cosas, si voy al trabajo es tal número, si voy a dar una vuelta es tal número, ect...

Mínimo siempre es 4:

Móvil, llaves, cartera y que el DNI va en la cartera.
 
Hulk Hoygan rebuznó:
Yo antes de irme a dormir me tengo que hacer un pajote :115:115:115:115:115:115, de lo contrario no pego ojo:oops:

¿Es grave?:2


En tu caso, .
 
Mi toc, es que al cerrar una puerta debo de estar al menos 4 minutos comprobando que se ha cerrado bien. A habido veces que he tenido que volver del curro para comprobarlo.
 
Ya que estamos de confesiones, cuando se me ha acabado el alcohol (como hoy), inhalo un algodón empapado de colonia.

Y cuando salgo al ligar, utilizo el semen de mis pajas a modo de colonia, (diluido en alcohol, porque si no se te queda la cara reseca...). Lo recomiendo encarecidamente.:1 (Yo no miento en foros.)
 
Yo tambien soy cocinero, bueno, al menos eso dice mi titulo...
 
Besitran=Paroxetina=alcohol+inteligenciamigos=Todos locos=todasputas=alamierda
 
Ufff, yo sí que estoy acabado. Es ver un tren y querer pararlo con mi mente... de momento no lo he conseguido, pero ya veréis, cabrones.
 
Robert Enke rebuznó:
Ufff, yo sí que estoy acabado. Es ver un tren y querer pararlo con mi mente... de momento no lo he conseguido, pero ya veréis, cabrones.

¿Has probado a pararlo con las orejas? Un colega mío lo hizo y funcionó.
 
Robert Enke rebuznó:
Ufff, yo sí que estoy acabado. Es ver un tren y querer pararlo con mi mente... de momento no lo he conseguido, pero ya veréis, cabrones.


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- Holaaa!! Amigo -
 
Yo no tengo casi manías gracias a dios, pero viendo éste hilo me acordé de otro parecido,y pongo algunas cosas con mucho Lol

Cuando estoy en casa de mis padres y me quiero hacer una paja en el salón cuando no estén, reviso minuciosamente todas las habitaciones y rincones de la casa, no vaya a ser que esté mi madre por ahí escondida para sorprenderme en plena faena gritando "owned!!". Esto lo hago desde los trece años, y lo sigo haciendo aunque me parece ridículo.


.- Sólo puedo caminar en horas alternas, esto es: de diez a once de la mañana puedo andar lo que sea menester, pero de once a doce no me muevo por nada del mundo y así todo el rato. Si el cambio horario me pilla cruzando una calle o haciendo una cola no es mi problema. Los gritos me resbalan.
.- Unicamente puedo mostrarme amable por teléfono tres de cada cuatro llamadas recibidas. La cuarta siempre debo mandarla a la mierda y colgar rápidamente, aunque sea mi santa madre, pues de lo contrario estallará por los aires la totalidad de las líneas de autobuses mundiales que tengan cifras pares. La quinta llamada es la muerte, jamás descuelgo el teléfono y dejo que se le pase la tontuna.
.- Cada vez que me pongo un calcetín con las costuras para afuera tengo que voltearlo siete veces siete por cada lado. Si cae mal otra vez, lo tiro a la basura y me castigo poniendome bolsitas de farmacia en lugar de calcetines.


Por ejemplo, si voy andando y me apetece mirarme en el reflejo de un escaparate, una voz interior me dice que si me miro moriré y entonces empiezo a negociar con mis adentros para que me deje mirarme en el espejo sin que luego tenga que morir.
 
Una vez, este mismo año, desperté a mitad de la noche, sin que me pudiera mover, y atisbé por el rabillo del ojo una sombra bajita a los pies de mi cama. Ya sabéis, como esas cosas que cuentan de los visitantes de dormitorio, aunque fue fugaz. Me aterró pero me volví a dormir inmediatamente, así que, al dia siguiente, al reflexionar sobre lo ocurrido y buscar un poco de información me enteré de que podía darse el caso de personas que no llegan a despertarse del todo y tienen el cuerpo paralizado, pudiendo experimentar visiones, como si un sueño se superpusiera a la realidad. Me bastó para convencerme a mí mismo de que eso fue lo que pasó sí o sí.

Por otra parte, casi siempre que estoy de noche con el ordenador escucho crujir la silla que está detrás mía, y otras veces la cama, como si alguien invisible se sentara a observarme, porque es el mismo tipo de sonido. Esto lo oigo de verdad pero no lo temo, lo percibo más como algo amistoso, aunque no siento ninguna presencia ni nada de eso.
 
¿Ha invadido vuestro TOC el ámbito foril? ¿Efecinquear un número determinado de veces? ¿Corregir un post hasta la saciedad antes de enviar? ¿Editarlo cuarenta mil veces en busca de la excelencia? ¿Rememorar vuestros momentos estelares en el foro? ¿Repasar una y otra vez los posts donde os quotean y decir: "yeah, yeah, I'm the mastah and commandah!!!!"?

Confesad.
 
Desde que descubrí iSpy (un poco antes de descubrir el océano Atlántico) me siento como si tuviera una secretaria.
 
Me gusta este hilo. Puede ser una gran catarsis Como bien es sabido, "mal de muchos, consuelo de tontos", por eso me divierte leer las manías de los demás.

Hasta que descubrí qué era el TOC, siempre supe que algo no andaba bien en mi cabeza. En mi tierna infancia, si algún compañero durante los juegos infantiles me daba su sudorosa mano, me pasaba un rato largo en el lavabo restregándome con jabón y pensaba que la razón de esa rareza era que al nacer sietemesina, mi cerebro no se había desarrollado completamente.

A los once años, y tras una perturbadora charla que me dio mi madre, evitaba sentarme en el lugar donde antes habían estado mis hermanos, no fuera que algún espermatozoide danzante provocara un embarazo no deseado.:lol:

Diferentes, numerosas manías se han sucedido a lo largo de mi juventud haciéndome la vida imposible: tocar las cosas un determinado número de veces, ir pisando las rayas de las baldosas en la calle (y tener que regresar si alguna se había quedado sin pisar), rituales apagando luces...

Cuando comprendí que las manías se alimentaban de la ansiedad que ellas mismas provocaban, decidí empezar a reirme de ellas y a hacer todo lo contrario que mis compulsiones mandaban. Puedo decir con orgullo que tengo prácticamente a raya el TOC a día de hoy. Aunque en determinadas épocas de estrés, aún aparece algún coletazo aislado.
 
Lebrom rebuznó:
Por ejemplo, si voy andando y me apetece mirarme en el reflejo de un escaparate, una voz interior me dice que si me miro moriré y entonces empiezo a negociar con mis adentros para que me deje mirarme en el espejo sin que luego tenga que morir.

Acabas de dar con una de las jodidas claves del asunto.

Mi TOC me sobrevino cuando tenía 9 años. Entonces, en mi cabeza se alojó una figura con la apariencia del maestro de Cisne, de los Caballeros del Zodiaco (suena a coña, pero es la puta verdad) y era el que me ponía restricciones y me daba órdenes a cumplir, bajo amenaza de explosión mundial, muerte de familiares o desgracias físicas propias.

Cuando pisaba la raya roja y tocaba la blanca, aparecía en mis pensamientos y me abroncaba; cuando bajaba el bordillo con la derecha en lugar de con la izquierda, descendía desde lo más profundo de mi mente para advertirme del riesgo al que me enfrentaba hasta que corrigiera eso; si no hacía un ruido estridente y ridículo con la boca, venía para decirme que si sabía lo que estaba haciendo y lo que les podía pasar a mis padres; si no pestañeaba con fuerza a lo mongo, se presentaba para advertirme de que estaba jodido.

Lo pasé realmente mal durante dos años por culpa del hombrecillo con pinta de hijo de puta que aparecía en mi mente y me decía lo que tenía que hacer. Amenazaba con que mis padres morirían, que suspendería mis exámenes o que el matón del colegio me pegaría si no hacía lo que él quería.

Un buen día, se presentó con una maleta y me dijo que se iba, que ya estaba educado. Nunca más volví a verle. Pero el TOC no ha desaparecido de mi cuerpo. Llevo haciendo algunas de esas gilipolleces a las que me obliga un pensamiento furtivo e ilógico desde hace muchos años. Ello crea estrés y ansiedad pero bueno, uno aprende a vivir con ello y con la sensación de que es un paranoico.

¿La última? De vez en cuando me viene el impulso de tocar madera y tengo que rozar cualquier superficie que esté al lado mío, aunque no sea de madera. De lo contrario, algún familiar morirá, estoy seguro.
 
Escribá de Balaguer rebuznó:
Acabas de dar con una de las jodidas claves del asunto.

Mi TOC me sobrevino cuando tenía 9 años. Entonces, en mi cabeza se alojó una figura con la apariencia del maestro de Cisne, de los Caballeros del Zodiaco (suena a coña, pero es la puta verdad) y era el que me ponía restricciones y me daba órdenes a cumplir, bajo amenaza de explosión mundial, muerte de familiares o desgracias físicas propias.

Cuando pisaba la raya roja y tocaba la blanca, aparecía en mis pensamientos y me abroncaba; cuando bajaba el bordillo con la derecha en lugar de con la izquierda, descendía desde lo más profundo de mi mente para advertirme del riesgo al que me enfrentaba hasta que corrigiera eso; si no hacía un ruido estridente y ridículo con la boca, venía para decirme que si sabía lo que estaba haciendo y lo que les podía pasar a mis padres; si no pestañeaba con fuerza a lo mongo, se presentaba para advertirme de que estaba jodido.

Lo pasé realmente mal durante dos años por culpa del hombrecillo con pinta de hijo de puta que aparecía en mi mente y me decía lo que tenía que hacer. Amenazaba con que mis padres morirían, que suspendería mis exámenes o que el matón del colegio me pegaría si no hacía lo que él quería.

Un buen día, se presentó con una maleta y me dijo que se iba, que ya estaba educado. Nunca más volví a verle. Pero el TOC no ha desaparecido de mi cuerpo. Llevo haciendo algunas de esas gilipolleces a las que me obliga un pensamiento furtivo e ilógico desde hace muchos años. Ello crea estrés y ansiedad pero bueno, uno aprende a vivir con ello y con la sensación de que es un paranoico.

¿La última? De vez en cuando me viene el impulso de tocar madera y tengo que rozar cualquier superficie que esté al lado mío, aunque no sea de madera. De lo contrario, algún familiar morirá, estoy seguro.

Se te ha olvidado incluir lo tuyo con lo mío. Eso si es un TOC
 
Os equivocáis cuando decís que el TOC produce ansiedad. Es más bien al contrario: la ansiedad produce el TOC. Luego el TOC alimenta más la ansiedad, y ésta alimenta más el TOC, y así sucesivamente. Pero la ansiedad va primero, y el TOC es la manera errónea de canalizarla.

Mi TOC por suerte no tiene que ver con el miedo a las catástrofes. Es más bien un perfeccionismo lingüístico, que por suerte ya tengo más o menos a raya, pero que consistía en una serie de rituales mentales, de repetición de frases en busca de la excelencia, de búsqueda de sinónimos, de perfeccionamiento de la dicción. Era como si quisiera mejorar mi vida a través de la excelencia en el pensamiento y la verbalización del mismo, como si creyera que cuanto mejor piense y mejor lo explique, más solucionaré los problemas de mi vida. Si por ejemplo estaba haciendo los deberes del instituto y de repente me invadía un pensamiento angustioso sobre "cómo mejorar mi vida", tenía que interrumpir lo que estaba haciendo, ponerme de pie y empezar a autoexplicarme ese pensamiento como si yo fuera otra persona, poniéndome en antecedentes, autojustificándome, dándome todos los detalles, etc. Según el nivel de ansiedad, el pensamiento era verbalizado en silencio, murmurado, o directamente hablado en un volumen normal. La verbalización del pensamiento podía ser de dos tipos: soliloquio o diálogo. Cuando era diálogo, el interlocutor podía ser yo mismo o cualquier persona de mi entorno. Para referirme a mí mismo, era frecuente la primera persona del plural, como si el ego estuviera escindido, como si "yo" fuera "nosotros". Otras veces me refería a mí mismo con la segunda persona del singular y me trataba de tú. En fin, era una puta locura.

Me dio bastante por culo, la verdad. Ahora lo tengo a raya más que nada porque la ansiedad disminuye con la edad. Los que decís que lo tenéis a raya, no es porque ahora seáis más cuerdos o más listos, es porque os hacéis viejos y ya no tenéis la energía mental de entonces.
 
Ultimamente tengo conversaciones conmigo mismo por la calle y solo me doy cuenta de que estoy haciendo el loco cuando algun sucnormal me mira con cara rara, a lo que yo le respondo siempre con algun insulto. Son momentos que parezco un vagabundo borracho, que ni ha bebido y va bien vestido.

Lavarme los dientes, esta es bestial ... estoy dejando de fumar dejo solo unos dias otros fumo, pero si fumo o me enciendo un cigarro me lavo los dientes, las veces que hagan falta y siempre llevo en mi bolsa pasta y un cepillos, los cepillos los cambio todos los meses y tengo 5 marcas de pastas de dientes para distintas franjas horarias del dia. Esta llegando a un punto que aunque no este blancos menos cero (como todas las falsas dentaduras de la tele) me brillan de una puta sobre manera que no es normal
 
Ahora por cuatro duros te vas a la india y limpias un poco esos pensamientos impuros

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¿Ha pensado usted en atajar el problema por estas vias?
 
Neutral Malvado rebuznó:
¿Corregir un post hasta la saciedad antes de enviar? ¿Editarlo cuarenta mil veces en busca de la excelencia? ¿Rememorar vuestros momentos estelares en el foro? ¿Repasar una y otra vez los posts donde os quotean y decir: "yeah, yeah, I'm the mastah and commandah!!!!"?

Confesad.

Frank_raising_hand.JPG


También me busco compulsivamente a ver si me han quoteado desde la última vez que me conecté.



Y otra: desde que descubrí el tineye me paso las horas muertas chequeando fotos que tienen puestas las guarrillas del meetic (hijasdeputa mentirosas).

Y una más: periódicamente voy mirando en jujel el rastro que he dejado en forma de nombre, apellidos, vehículos o lo que sea (putas multas). Pero más que un TOC esto sería un síntoma de paranoia.
 
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