La gente que mantiene este tipo de postura siempre me ha parecido poco de fiar. Viendo que tú eres uno de ellos, mi teoría gana enteros.
Cuando el amor se acaba, algo muere dentro de ti. Las auténticas relaciones terminan con gritos, llantos, mobiliario destrozado e intervención del vecindario. Una relación que termina "a las buenas" no es una relación ni es nada, es una farsa. Si una mujer no ha sido capaz de ser buena para ti, es que no merece ningún respeto. Creer lo contrario no es más que una reminiscencia de la moral del esclavo que el judeocristianismo se encargó muy bien de inculcar a martillazos en la ética occidental. Esto hay mucha hija de puta suelta que lo sabe, y se aprovecha de los beneficios de una "separación bien llevada". Cuando se toca fondo, cuando se es motivo de escarnio público, cuando se pierde el flow y la única manera de levantar cabeza es empezar de nuevo, lo mejor es dinamitar el edificio podrido desde sus mismos cimientos.
NO a las separaciones amistosas. Ya basta de subnormalidades y del quedar "como amigos", lo cual siempre me ha parecido una falta de respeto acojonante. No os dejéis engañar por esos seres de cabello largo, son más débiles que nosotros e intentan manipularnos para salir bien paradas siempre. Si el amor es una guerra, la separación es la MUERTE. Es la vergüenza. Todo el mundo sabe que cuando algo termina ha llegado la hora del despecho, del rencor, de los escupitajos, las peleas por los libros. El resentimiento, los odios sofocados, es la hora de RAJAR. De toda la vida de Dios.