PROTESTA | Rebelión en la SGAE
'¡Quiero ser comunista como Teddy Bautista!"
La resistencia tiene una visibilidad minúscula, pero algo es algo. Allí estaba en la puerta del auditorio de la ONCE, donde se celebraba la asamblea general anual de la SGAE.
Otra forma de recaudar los derechos de autor es posible.
"
La opinión de los autores es irrelevante para los órganos de gobierno de la SGAE", denuncia José Antonio Prieto, pianista y antiguo inspector de la casa, que fue sancionado con 3.000 euros por la entidad por preguntar por los ingresos de Bautista en la asamblea de 2007.
"Los ciudadanos deben saber que la SGAE no representa a los autores, sólo gestiona el dinero de los derechos de propiedad intelectual, y lo hace de una forma poco clara".
Sólo 2.000 de los 94.000 artistas socios de la SGAE lo son de pleno derecho, denuncian los agraviados.
El 1,73% de los socios se reparte el 75% de los pagos.
A cuenta de los dineros se queja Luis Cobo 'Manglis' (guitarrista que ha tocado al lado de Raimundo Amador o de Ketama), quien percibe en torno a 70 u 80 euros al mes por toda su obra: más de 200 canciones sonando por ahí. Bautista ha arrasado con la imagen de esta casa y nosotros no tenemos la culpa".
Apuntala la teoría un miembro del comité de empresa:
"Teddy Bautista ha metido a la SGAE en una gestión suicida. Se han gastado unos 150 millones en obras faraónicas en Buenos Aires, en México, en España... A costa de liquidar puestos de trabajo.
"La SGAE tiene un cáncer", dice un cartel en la calle. "Cambio en la SGAE ya", dice otro.
Se canta: "Yo quiero ser comunista/ como Teddy Bautista".
En la web el video...
https://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/19/espana/1242754676.html
En misa evitar los escotes
En misa, evitar los escotes
El nuevo cura de Zas cuelga en el tablón de la iglesia las normas de asistencia al templo: nada de vestidos provocativos, el móvil apagado y sin mascar chicle
Bajo el título
Urbanidad de la piedad. Modos de tratar a Dios y de estar en una iglesia «Hay una distancia infinita entre Dios y el hombre: el amor y la confianza que proceden de la filiación divina no conllevan una falta de respeto o igualdad de situación delante de nuestro Creador. Es por esto que debemos cuidar las posturas y los gestos. Todo pretende ser expresión de respeto y amor a Dios. Por eso hemos de cuidar una serie de detalles».
Evitar los escotes y los vestidos provocativos». El segundo, que el agua bendita que «nos recuerda nuestro bautismo y borra los pecados veniales, se suele usar al entrar en la iglesia». El tercero es un recado a quienes entran con móvil: «Dios nos habla, pero no por celular. Apágalo». Siguiente norma, estar callado: «Guardar silencio en el recinto sagrado para facilitar el recogimiento y ayudar a que los demás puedan hablar con Dios».
Más preceptos: hay que respetar la hora del ayuno si se va a comulgar. «La fila para comulgar no es una cola, es una procesión hacia Jesús. Supone recogimiento interior (concentrados, sin la curiosidad de mirar para todos lados, darse la vuelta...)». Nada de llevar las manos en los bolsillos.
Ni bromas ni distracciones
No se pueden cruzar las piernas, «no es elegante dentro del recinto sagrado. En las ceremonias litúrgicas es necesario saber cuándo sentarse, pararse, arrodillarse». No se puede comer ni mascar chicle. Ni jugar, hacer muecas o bromas, «o molestar a otros». Y hay que evitar distracciones, «como la curiosidad de mirar quién entra o sale, o quién estornudó».
También hay que «persignarse con devoción, sabiendo que se hace la señal de la cruz», y que la genuflexión ante el sagrario sea un acto de fe: «La rodilla derecha toca el suelo, con el cuerpo erguido, mirando hacia el sagrario».
El sacerdote, de 34 años, explica que tomó la decisión no como reacción a nada en concreto, sino simplemente para recordarle a los fieles cómo deben comportarse y «corregir ciertos vicios» que se producen, más que en las misas semanales o diarias, en los actos de celebraciones.