A mí me parece bastante de pobre ir a un sitio a tapear mierda como la que posteáis si no eres adolescente o universitario. Y he estado en Granada y me he ido de tapas como cualquier otro, a "los mejores sitios". Prefiero pagar por una buena ración en cualquier otro lugar de Andalucía, siendo Huelva creo que mi favorita. Porque es de ser mejor persona, básicamente. Y coño, hasta en Cuenca hay mejores tapas.
Y ahora que ya he llamado vuestra atención, quiero hablaros de algo inaudito: en Valencia no somos pobres. Quiero decir, que pocos sitios hay que te pongan una tapa decente con un tercio, más allá de los cacaos o las papas de turno, pero es que uno va al bar a beber cerveza y no la mierda esa de agua con gas que os dan por ahí abajo acompañada de sobras. Por eso, cuando vengáis a Valencia, no seáis paletos y digáis "Eg que a vosotros no os ponen na de tapa con la cerveza, menua mierda"; sólo interesaros por disfrutar de la comida si es que tanto os gusta, que para eso estoy yo, para indicaros.
Comer en Valencia si no eres pobre, andaluz o vegano
Episodio uno: entre patatas
Por proximidad voy a comenzar hablando del
Bar Alhambra, en la calle Calixto III de mi preciosa ciudad. Proximidad en dos sentidos, ya que estaba cerca de mi anterior piso y porque, por desgracia, sus dueños no deben estar muy alejados de la jubilación. El bar tiene nombre de ilustre parque temático granadino y la verdad es que es bastante gracioso todo si lo piensas un poco, porque la tortilla en Granada es una puta mierda y en este bar sirven una de las mejores tortillas de patata de España. Lo regentan la magnífica Placen y su marido, uno cocinando y la otra pobre sirviendo en barra, haciendo más kilómetros en un día que cualquiera de nosotros. Como no es un sitio de pobre ni andaluces, aquí se pide la cerveza aparte y hay que pagarla. De hecho de un tiempo a esta parte está bastante de moda y no es raro ver el bar lleno de modernetes de mierda y tías bastante buenas. Antes, vecinos y currantes de traje de chaqueta éramos su público general.
Yendo a lo práctico, aquí se viene a comer tortilla de patatas. Que sí, que hacen unos higaditos deliciosos, igual que las albóndigas o la ensaladilla; pero es que la tortilla es de otro planeta.
En la foto Benito con su tortilla, recién parida:
Desde las seis y media sirven tortillas sin parar hasta eso de las cinco de la tarde. Lo habitual es pedir un pincho, aunque el bocata no se debe rechazar como idea porque gastan un pan de puta madre de la panadería Raimundo, a sólo dos calles de allí. La tortilla es como debe ser: poco cuajada y recién hecha, ya que el sitio siempre tiene gente y la cocina no para en ningún momento.
Puntos a favor: es la mejor tortilla que vais a comer en la ciudad y, algunos, en vuestra vida. Los precios son normales y se puede comer picando un par de cosas, aunque lo más normal es que repitas pincho. Todos los días tienen un plato del día por si te apetece comer vasto, siendo los jueves el día reservado para la paella que, por cierto, Benito hace muy buena. Su mujer es un encanto y curra como una japuta. El ambiente es muy agradable, muy de barrio. Los hígados o corazones y las albóndigas vale la pena pedirlas.
Puntos en contra: si eres un marica que no sabe comer en barra, vete a la mierda. El local es minúsculo y la gente va allí a comer, así que en veinte minutos estás despachado y ya sobras en el local. Si eres mujer y crees que vas a poder estar una hora y media en la terraza con un café ni te molestes en venir. El local es un bar de origen, vamos, que no lo han reformado en su puta vida ni falta que le hace. No abren en fin de semana.
La tortilla:
El bar
Placen, puta ama:
Y por cerrar el capítulo de patatas, estando en en el barrio de Abastos es imprescindible acercarse a
Rausell, en calle Ángel Guimerá, justo enfrente del horno del que os hablaba antes. Es un clásico en Valencia y tiene una de las mejores barras de la ciudad, con el mejor género que se pueda pedir. Y eso es decir mucho porque, ilustres capullos, Valencia tiene a su disposición algunos de los mejores mariscos que podáis pedir en un bar. Tiene también comedor y una zona de comidas para llevar anexa. Cualquier cosa que pidáis va a estar buena y no es un sitio barato, pero hoy estamos aquí para hablar de tapas de pobres, y de aquí no te puedes ir sin probar las patatas bravas.
El local, con el comedor al fondo:
No entro en discusiones acerca de qué son las patatas bravas porque cualquier persona sabe que se sirven de mil y un modos a lo largo de la geografía española, pero las de aquí son especiales, sin más. Es el punto de la patata, es la salsa de tomate que hacen, es el all i oli... No sé qué coño es, pero son una de las mejores bravas de la ciudad y si estás por la zona hay que probarlas.
A su favor: amplio horario y zona céntrica, así que es fácil buscar una excusa para acercarse. Local muy cuidado y con trabajadores veteranos, si no tienes limitado el presupuesto aquí puedes gozar como un subnormal. Si no te apetece quedarte, te las puedes pedir para llevar. Las patatas las puede pedir un granadino sin perder la paguita, pero...
En contra: la barra normalmente está llena y, sobre todo, si te emocionas pidiendo puedes quedarte sin subsidio. Las gambas tendrán la culpa.
Y aquí, las patatas:
Seguiremos otro día.
Frikazo
Muerto por dentro
Leyenda
Asiduo
Freak
Veterano
