Retoques en el modelo deportivo
La reciente Junta directiva del Barça ha tomado la decisión de cerrar la  escuela FC Barcelona Juniors Luján. Las causas de dicho cierre, que  será efectivo a 31 de diciembre próximo, residen en el elevado coste, la  dudosa eficacia de la escuela (el extremo Maxi Rolón del Cadete A es el  único fruto hasta la fecha) y la escasa relación con el modelo  deportivo de cantera que aplica el club desde hace décadas. Se trataba,  en realidad, de un proyecto más relacionado con el marketing que con la  propia actividad de formación deportiva y que nació en circunstancias  especiales para la presidencia del Barça (julio de 2007). En estos tres  años y medio de existencia, Luján ha costado 7 millones de euros a los  que deberá sumarse una cantidad similar ya comprometida para 2011.
La  medida posee un indudable componente de ahorro económico,  imprescindible a la vista de la grave situación que vive el club en este  sentido, pero también otro de índole deportivo que se inscribe en un  proceso meditado de modificaciones emprendido por Andoni Zubizarreta.  Podríamos decir que el proceso pretende limpiar y depurar algunas  carencias del modelo. Una de ellas hace referencia a las cesiones de  jugadores. Hasta el momento, eran consideradas prácticamente un  aparcamiento de chicos sin porvenir, lo que ha cambiado radicalmente.  Zubizarreta considera que en las categorías inferiores se está  acumulando mucho talento y es imprescindible reconducirlo. Sabe que muy  pocos podrán acceder de inmediato al primer equipo (donde también se  adoptará alguna medida similar) y, por tanto, uno de los inmediatos  trabajos consistirá en convencer a algunos chicos del Barça B para  permanecer un año más en Segunda, haciendo caso omiso a las numerosas  propuestas de equipos de Primera o extranjeros que están llegando. En  contrapartida habrá que proceder a numerosas bajas y, finalmente, elegir  a unos cuantos para formar parte de lo que se denomina “cesiones  estratégicas”. Jugadores que por edad o posición conviene cederlos como  parte de su desarrollo formativo. Esta medida obliga a elegir muy bien  el club de destino, tanto por estilo de juego como por perfil del  entrenador, lo que no será sencillo, pues hablamos de perfeccionamiento  técnico a compaginar con intereses económicos y competitivos.
Así  es como deben entenderse la reciente cesión de Martí Riverola al  Vitesse de Chapi Ferrer y Albert Capellas y los inminentes traspasos de  Rubén Rochina (Blackburn) y Mauro Icardi (Sampdoria). A ellos seguirán  varios más, que ya están decididos, la mayoría en junio próximo. Veremos  salir a chicos muy prometedores, que hace apenas seis meses llamaban a  la puerta del primer equipo, camino de una cesión que será decisiva en  su porvenir.