Que tonito de voz, esta es de las que te dan el café, de esas que se pone a hablar y no coge ni aire, ni deja meter baza, ni que tu cerebro tenga un respiro. Pin pan, pin pan, molinera. Es irritante, da dentera. Se ve a la legua que ese día estaba con la regla, porque va medio arreglada y viste colores apagados y poco llamativos. Y el tonito, ese tonito de histeria contenida. Más la valdría ponerse un jersey de cuello vuelto y no ese escote, so puta. Y luego no tendrá ni tetas, pero el derecho a calentar pollas a adolescentes que no se le quite nadie.
A mí lo de especular con el trigo me lo contaron con una fábula de una hormiga y una cigarra. Pero claro, por aquellos tiempos no existía Podemos ni los pañuelos palestinos se combinan con la ropa del Zara. Ha llegado un momento que el más tonto se cree con derecho a criticar a la élite, ya ves tú, una puta maestra de escuela cuestionando las iniciativas de pez gordo de la corte soberana. Los pájaros disparando a las escopetas.
El cuento de los tres cerditos, es para mí, el germen de la burbuja inmobiliaria porque nos inculcaron desde jóvenes que para estar a salvo del lobo feroz había que tener, a toda costa, una buena casa. Y el leñador de Caperucita, qué es sino el planchabragas actual, que asta le han copiado el look de camisa roja a cuadros y barbas frondosas. Socorro, socorro, ayudadme que me han violado. Vamos mucho para un porro, ¿no? Para que rule más. En este cuarto vamos a estar muy apretados los seis, ¿no? Así estamos más calientes, que ha refrescado la noche. Uy, que me mareo, me voy a agarrar a este asa para no caerme en el culo del Prenda. Uh, man violao. Que venga el leñador y devuelvan mi cestita que traía comida para la abuelita y 50.000 € por daños y perjuicios a mi honor por haber sido engañada, que se vistieron como mi abuela pero eran el lobo que me quería violentar, y yo sin darme cuenta.
Ed: Ah, espera, que no es maestra. Bueno, me la suda, ya no voy a editar lo dicho. Me reafirmo en todo lo demás.