Estas historietas me retrotraen a mi oscuro pasado, mucho antes de convertirme en uno de los sabios de Foro; claro está, mi única droga ahora son los octosílabos helenísticos.
Creo que ya os conté aquella vez en una casa de las Barranquillas con puerta blindada, pistolas en la mesa, un par de kilos, gitanos locos, y como nos libramos de esa porque a uno le parecía mi acento gracioso y otro tenía una tía en Galicia. Joder, la vida está a full de casualidades, y de casualties, que es muertes en el Call of duty.
Nunca pasé tanto miedo en mi vida, uno de los que venía en el coche se tiró al río antes de entrar en la chabola blindada.
Pues resulta que un día que íbamos a resolver las 5 cuestiones de Aristóteles y nos pillaron los gypsys, que son fuertemente diogénicos, y se opusieron a nuestra búsqueda sobre “qué es el ser”. Cosas de tratar con gitanos; pasa en muchos poblados, son escuelas filosóficas chocando.
Pensé que no salía vivo de allí, la verdad, y recuerdo pensar en mí madre, pensar que me iban a encontrar tirado en una barriada de gitanos que era el epicentro de la droga en Madrid y sentía mucha pena, no por mi vida que no es por soltar una bravuconada pero no temo mucho a la muerte, pero si por mi madre que se esforzó tanto conmigo y por mi padre que es el tío más brillante que he conocido y devolverle tan escaso rédito. Sentí una vergüenza tan profunda que solo quería que aquello acabara.
Y cuando nos íbamos el conductor estaba tan nervioso que casi atropella a un niño gitano y nos rodearon el coche gritando “el payo mató a nuestro niño, ese payo” y ufff ahí casi saco la navaja que llevaba en el bolsillo y me dije voy a matar y a correr. Pero el niño salió riendo y nos piramos. No volví a hablar con los que fui al poblado y ojalá el que se tiró al río hubiera muerto.