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KorTatU
Guest
El Loco de las Coles rebuznó:En fin, me animo a contar la mía. Tendría yo unos 12 años, y como muchos, era un chaval revoltoso, ocurrente, un trasto.
Mi tía Loreto, que no tendrá más de 40 años ahora, tenía y tiene la sana costumbre de echarse una pequeña siesta después de comer, pero aquel día de Julio se me ocurrió que tal vez había llegado la hora de darle emoción a sus monótonos descansos.
Una hora antes, para no levantar sospechas, me escondí bajo su cama, y allí me quedé apostado como un francotirador que aguardara a su víctima, casi sin respirar, en un silencio absoluto. En esos 60 minutos de paciente espera, tuve ocasión de imaginar de mil formas distintas la fechoría que iba a cometer, así como sus resultados.
Mi tía, sin sospechar nada la pobre, se encaminó a la cama, y justo cuando estaba de pie junto a ella, saqué una mano y le agarré con fuerza el tobillo, como en las más casposas películas de miedo.
Sólo os diré que estaba con la regla y se le cortó.
jajaja seguro que chillo a lo bestia.