Golfos polo mundo

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Pues como vayas a la Gran Pagoda de Yangon vas a flipar.
Estaba en la lista pero tiene pinta de que me voy a quedar con las ganas.

Tú grabando al mono y la mona tai grabándote a ti :lol: ¿No la cogiste en el vídeo para un gif?
Nah cuando he terminado grabando el vídeo y me he dado media vuelta la he pillado grabándome con el móvil y se ha hecho la loca.

Este verano pasé por la catedral de Ávila, creo recordar que pedían más de 10 euros por entrar.
¿Vamos a seguir hablando de religiones en el hilo de los turistas sexuales? :lol:
 
Si no recuerdo mal ya se le retó a que contarar alguna historia sin meter a las putas locales y al segundo o tercer párrafo la cabra tiró al monte
Un aperitivo antes de volar el lunes a Kigali.

Rara vez digo que no cuando en un pueblo lejano me invitan a comer en sus casas. De las mejores formas de aprender sobre un lugar. En Kenia no fueron pocas las casas en las que fui invitado a compartir mesa sin mantel, la primera la de mis anfitriones, Edu y Lois.
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Pero no va de comida keniana esta historia sino de una curiosa experiencia improvisando a lo loco, como tantas veces hice en mi dilatada vida viajera.

Acababa de disfrutar como un @serdo en su charca durante mi primer safari recorriendo el Masai Mara. Cuando tocaba regresar a Nairobi aún tenía varios días para rodar por el país improvisando y, sin nada planeado, pensé en hacer una escapada por alguno de los pueblos a orillas del lago Victoria. Pregunté al conductor que nos llevaría de regreso a Nairobi desde el campamento cómo podía ir yo solo hasta la zona del gran lago y me explicó que me podría dejar en la ciudad de Narok, allí había un cruce de caminos y encontraría transporte hasta el pueblo que quisiera visitar. Dicho y hecho.

Era jueves. Salimos temprano y tras unas dos horas por carreteras sin asfaltar y caminos de cabras llegamos a Narok. Me despedí del grupo del safari y me bajé en la estación de buses. Justo al llegar me informaron de que iba a salir un bus dirección a Kisii. Para mi ruta me iba bien así que monté para no tener que esperar sin saber hasta cuándo sería la siguiente opción.

El troncobús iba lleno. El hijoputa del cobrador me quería cambiar de sitio para apretarme junto a dos gorilacas de esas que le gustan a @Cachondo Mental que ya apenas entraban en su hueco, prefería ir de pie pero cogí medio asiento libre, literal, junto a un flaco.
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En Kisii sí me tomé un tiempo para pasear y comer algo. Se notaban muchas más miradas de curiosidad que en Nairobi, pero nunca como gesto de rechazo o mala intención. Me sorprendió ver varios comercios propiedad de hindúes, los vi también en pueblos bastante perdidos de Uganda, deben estar montando sus pequeños negocios por toda esta zona de África. Algún negro se refería a ellos como jefes tiranos, aunque no sé yo si preferiría a un apu o a un negrata de jefe allí.

Al rato volví a agarrar otro vehículo, ahora el transporte local por antonomasia, un matatu, que partió en cuanto se llenó hasta las trancas de pasajeros y bártulos. Después de otro par de horas al fin llegué a la parada final: Homa Bay y el lago Victoria.
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Los pueblos que rodean el famoso lago son zonas totalmente libres de turistas blancos, al menos en Kenia, salvo alguna pequeña excepción. Aquí hago referencia a Uganda porque allí, siendo un país infinitamente menos turístico, sí sé que van llegando occidentales a un par de zonas junto al lago, aunque sea a cuenta gotas, por ejemplo a Jinja, un pueblo divertido y curioso de visitar donde queda el nacimiento del río Nilo.

Uno de los muchos negros con los que hablé me informó de que en la parte keniana hay una pequeña isla dentro del gran lago preparada para acoger turistas, Takawiri Island. Se llega cogiendo un bote-lancha desde un pueblo llamado Mbita. Por si alguno se aventura.
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*Todas las fotos son mías menos esta, que ahí no llegué a ir.


Homa Bay es un municipio de unos 60000 habitantes. Llegué sin saber si me iba a quedar dos, tres o cuatro días o alguno más. Por el camino pude ver en el teléfono varios hoteles y hostales, suelo moverme así sin reservar alojamiento salvo en algunas grandes ciudades. La primera noche la pasé en un lugar sencillo pero muy decente de nombre Staridge Limited por unos 10€. Se podía reservar online pero rondaba el doble del precio real. Está en la entrada del pueblo, a unos 5 minutos en moto del puerto. Las motos cobraban apenas 20 chelines (0,15€) por ir de una punta a la otra del pueblo.

Se encuentra a orillas del famoso lago, aunque olviden una imagen idílica de lugar paradisíaco donde darse un baño, al menos aquí.
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Allí mismo, junto a las barcas de los pescadores, hay un mercado caótico, con mucho desorden pero muy pintoresco, lleno de vendedores ofreciendo pescado, verduras y otras comidas y productos varios. El HomaBay Pier Market.
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Pasé algunas horas deambulando por las calles, sobrellevando el calor pero disfrutando del olor a cuero ambiente y las vistas. El colorido de las ropas, las pilas de frutas y verduras, las cajas de productos que se abren paso entre los gritos, vendedores y compradores, las discusiones y el trueque. Entre tanta humildad no suelen faltar las sonrisas.
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Ni los pajarracos.
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Caminando desde el puerto, atravesando el mercado, vi a lo lejos una zona con un embarcadero llena de gente bañándose, hasta allí fui para encontrarme con esto al llegar:
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Después de haber aprendido algunas palabras y frases de supervivencia en suajili, rápido me informaron que allí lo entendían pero que tienen su propia lengua, la cual quise aprender para al menos poder saludar... misawa! Y es que en Homa Bay habita otra tribu, los Luo.

En ese mercado junto al puerto conocí a Rooney, Solomon y Félix, tres jóvenes veinteañeros a los que me quedé mirando cómo ataban un colchón a una moto (@Ferris toma nota para ahorrarte el transporte), moto de las "clásicas" del año la polca que se ven allí. Uno de ellos al verme saludó y me acerqué.

-Kramer: "Mambo, jambo, hola"
-Negro 1: Hola, ¿de dónde eres?
-K: España, de una ciudad llamada Córdoba, en el sur, pero trabajo en Madrid.
-Negro 2: Soy seguidor del Barcelona, pero siempre me gustó Mourinho.
-Conozco Barcelona, estuve en las Olimpiadas del 92 (caras de Gñe).

Les pregunto los nombres y me dicen que los tres son amigos y trabajan como profesores en otro poblado cercano.

-¿Estás aquí en Homa Bay de paso o duermes en el pueblo?
-Llegué aquí hace dos días. Habláis muy buen inglés, mejor que yo.
-Gracias. ¿Y qué estás haciendo en Kenia?
-Solo viajando. He estado en Nairobi, Naivasha, Mukonos y el Masai Mara, vine desde allí. Quería follar monas conocer gente y ver cómo es la vida en otras zonas del país.

Tras hablar un momento entre ellos me dicen que me invitan a visitar su aldea, que está cerca y que seré bienvenido. Habían ido al pueblo a comprar el colchón y ya regresaban.

-"Puedes montar en la moto de Solomon"

No dudé ni un segundo en aceptar la invitación. Mañana sigo.
 
Última edición:
No se me ocurre irme a mí con tres mendas que están atando cosas a una moto ni borracho. Cualquier día apareces destripao en mitad de un descampado a las afueras de Mondongo.
 

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Un día vas a conocer el significado de la expresión MERIENDA DE NEGROS en tus propias y cocinadas carnes :lol:
En las ciudades hay que andarse con más ojo. Las zonas rurales de los países que visito suelen ser bastante seguras. Te lo puede decir también @miliu que aunque no ha estado sabe de gente que ha viajado por ahí de forma mucho más extrema y exponiéndose a potenciales meriendas de negros mucho más que yo.
 
Un día vas a conocer el significado de la expresión MERIENDA DE NEGROS en tus propias y cocinadas carnes :lol:
Yo lo he visto en acción y al tío le va la marcha. Eran las 4 de la mañana y se fue con un ruso que iba paseando un pitbull y nos dijo “si queréis fiesta yo conozco un sitio que todavía está abierto”. Yo estoy viejo ya y me volví al hotel pero este a saber donde se metería :lol:.

De bonus track foto de una tai no-critter que me pone verraco. Está en la universidad así que creo que es puta de las que no cobra.

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En ese mercado junto al puerto conocí a Rooney, Solomon y Félix, tres jóvenes veinteañeros a los que me quedé mirando cómo ataban un colchón a una moto

Tras hablar un momento entre ellos me dicen que me invitan a visitar su aldea, que está cerca y que seré bienvenido. Habían ido al pueblo a comprar el colchón y ya regresaban.

-"Puedes montar en la moto de Solomon"

No dudé ni un segundo en aceptar la invitación. Mañana sigo.

 
Joder qué pereza. Un resumen o algún apunte manque sea, si es que te lo has leído cabronazo, que apostaría que no :lol:

Yo lo he visto en acción y al tío le va la marcha. Eran las 4 de la mañana y se fue con un ruso
Y vaya pintas llevaba el ruski. Esa madrugada se vino también en el coche del ruso la tai aquella hamija del canadiense que te dije que se apuntaba a lo de ir con tu parienta los cuatro a Koh Samet, que resultó ser bollera :face: Ya te dije que todavía me escribe, ya por curiosidad tengo que confirmar si le van también las pollas o no, sacaré de nuevo el arma de la pollaenmesadecristal.jpg a ver si sale corriendo o moja bragas.
 
Yo lo he visto en acción y al tío le va la marcha. Eran las 4 de la mañana y se fue con un ruso que iba paseando un pitbull y nos dijo “si queréis fiesta yo conozco un sitio que todavía está abierto”. Yo estoy viejo ya y me volví al hotel pero este a saber donde se metería :lol:.

De bonus track foto de una tai no-critter que me pone verraco. Está en la universidad así que creo que es puta de las que no cobra.

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No es Adriana Ugarte, pero tiene cositas.
 
-"Puedes montar en la moto de Solomon"

No dudé ni un segundo en aceptar la invitación. Les entendí que su aldea estaba cerca, como a un kilómetro, pero qué carajo, entendí mal y me llevaron por las montañas atravesando caminos pedregosos, a unos 20 minutos en moto.

En Google Maps no aparecía el lugar pero se puede ubicar cerca de otro pueblo o aldea de nombre Olare. Puro monte. Aquello no era siquiera lo que en España consideraríamos una aldea, pero se notaba que había mucha gente viviendo por la zona en casas muy desperdigadas. El trayecto en moto estuvo bien pero mejor fue después recorrer la zona caminando.
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Al llegar me llevaron a la escuela donde trabajaban que al ser sábado estaba sin niños, pero me presentaron a algunas personas que vivían allí mismo, quienes me saludaron con enormes, radiantes y genuinas sonrisas.

-¿Qué hace exactamente aquí la gente para ganarse la vida? pregunté.
-Viven de la agricultura, la pesca y la ganadería. A veces la gente viene a comprar y a veces vamos a vender a la ciudad. Come, come, haz lo que harías en casa, no seas tímido.
-¿Y cómo es trabajar aquí con los niños?
-Trabajamos desde temprano en la mañana hasta la tarde. Algunos niños caminan varios kilómetros para venir a la escuela y vienen con ganas de aprender y compartir tiempo con sus amigos. Algunas clases son en luo o kisuajili y otras en inglés.

Después de un rato conversando al aire libre nos sentamos dentro de una sala alrededor de una vieja mesa de madera. Habían cocinado un pescado delicioso que tocaba compartir. Colocaron en medio un enorme plato con un masacote de nombre ugali o posho, una masa de harina de maíz con agua que es plato básico en Kenia, Uganda o Tanzania, que a falta de pan no acompaña mal. Nos repartirnos con el cucharón y ya a la vieja usanza, a mano.
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Mientras almorzábamos me preguntaron si quería acompañarles por la tarde a ver un partido de fútbol que estaba programado entre chavales de la zona. Félix, el onlypagafan del Barça y Mourinho, entrenaba a uno de los equipos. Por supuesto acepté y tras hacernos un @Ferris descomprimiendo la comida media horita emprendimos el paseo. El campo de fútbol estaba a un buen rato caminando y por donde pasábamos la gente alucinaba al ver a un mzungu (hombre blanco) allí. Algunos niños se asustaban, me decían que para muchos pequeñajos era el primer mzungu que veían.
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Por el camino me preguntaban:
-¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?
-Bueno, si no os importa, ¿creéis que podría quedarme a cenar?
-¡Nos encantaría! gritó Félix el entrenador con su voz resonando por encima de los demás. ¡Puedes quedarte también esta noche, una semana, el tiempo que quieras!

Cuando llegamos al "estadio" vi que aquello era cualquier cosa menos lo que aquí se entiende por un campo de fútbol. Las porterías eran, cómo diría... mejor lo ilustramos :lol:
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Pero lo importante por supuesto es poder practicar deporte entre hamijos, y de eso sobraban. Tenían hasta jueces de línea :down:
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¡Y espectadores! y no eran pocos.
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Los espectadores eran casi todos niños que alucinaban con mi cámara compacta, se agolpaban a mi alrededor pidiendo que les tomara fotos y riendo a carcajadas al ver los resultados en la pequeña pantalla. Smartphones por allí no se veían todavía por lo que algunos quizá no se habrían hecho una foto en su vida.
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-¿Ves lo pobres que somos? me dijo Félix sentado en el "banquillo". Se han olvidado de nosotros, el gobierno, el resto del mundo. Mucha gente ha intentado llamar a los políticos para decir que no tenemos electricidad, que las casas y los campos han sido destruidos, que el camino se ha derrumbado, pero no vendrán. Se olvidaron de nosotros, nos dejaron que nos valiéramos por nosotros mismos. Pagamos impuestos por esta tierra y por la electricidad, ¿te imaginas? ¡No hay carretera para llegar aquí! Solo unos viejos caminos que necesitan reparación. Lo viste, pero no lo harán. Sin carretera nuestras pequeñas tiendas están vacías, el punto médico no tiene medicamentos... y eso somos nosotros, ¡imagina los pueblos más allá en las montañas! Algunos de ellos tienen que caminar durante muchas horas para llegar a algún lugar y de todos modos están peor que nosotros, ni siquiera pueden cultivar frutas y verduras allí. Aquí tenemos personas enfermas. Solo estamos orando para que alguien venga a reparar ese camino y ni siquiera es posible imaginar que en algún año futuro podamos tener asfalto...
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El fútbol concluyó y tocaba regresar antes de que anocheciera. No dejaba de saludar gente por el camino hasta llegar de nuevo a la escuela.

-Kenia debe ser el país número uno en el mundo por corrupción, simplemente los que tienen poder se llevan todo para ellos y no devuelven nada....¿No temías venir a un lugar como este?

-Miedo no. Sabía que la tribu de los Luo tienen fama de ser gente hospitalaria.

-¡Por supuesto! respondió. Eso es lo que vivimos, amamos la hospitalidad. La mayoría solo somos personas buenas, sencillas y honestas. Sin embargo, no confíes en todos, algunas personas son buenas pero otras son malas. ¿Cuáles son tus impresiones sobre el condado de Homa Bay y de la gente de aquí?

Tuve que pensar con cuidao, ya que la verdad directa podía sonar demasiado como adulación.

-Conocí gente humilde y amable. Me sorprendió que es muy fácil para mí hablar con las personas y construir relaciones, muchos son muy amigables. Muchas personas me han ayudado a pesar de que soy un completo desconocido para ellos.

-La gente aquí es buena porque tiene fe. Trato de ayudar a las personas todo el tiempo y siempre hago el bien. La gente necesita fe. Creo que si no tienes fe obtienes muchos delincuentes, drogadictos y alcohólicos. ¿Pero qué piensas de esto como un lugar para vivir, sobre la calidad de vida de las personas?

Esa fue una difícil. ¿Me estaba poniendo a prueba de alguna manera?
-Obviamente los salarios son bajos... comencé.
-Por supuesto que sí, intervino uno de ellos. Recibo 500 dólares al mes trabajando para una gran empresa y se me considera muy acomodado. Tengo tres casas alrededor del pueblo, las construí todas yo mismo. Pero un guardia de seguridad obtendrá 70 dólares al mes y un maestro en esta escuela igual. Por eso todos van a trabajar a Nairobi.

Luego terminé lo que había estado a punto de decir: Pero ten en cuenta que aquí puedes ser mucho más rico que mucha gente de Europa o Norteamérica. Tienes tradiciones muy fuertes de hospitalidad, apoyo de tu comunidad, fuertes lazos familiares, aire fresco, comida natural saludable, casi no hay delitos...

-¡Eso es lo que pienso también! se emocionó Félix, casi extasiado. Es por eso que nunca volveré a Nairobi, porque preferiría vivir aquí antes que en cualquier otro lugar. Aquí, si alguna vez necesito algo, solo tengo que preguntarle a mi familia, amigos y vecinos. A veces ni siquiera pregunto, como ahora, mi vecino vio que tenía un invitado y sacó estas frutas del árbol en su jardín. Y lo mismo para ellos, si alguna vez necesitan algo o tienen un problema, todos se reunirán y ayudarán.

-¿A dónde irás después de Homa Bay? preguntaron.
-Probablemente a Kisumu antes de regresar a España.
-Esa ciudad es peligrosa. Deberías quedarte en Homa Bay o ir a otros pueblos cercanos, como Olare.
-Creo que tienes razón, prefiero lugares como este, la naturaleza, conocer gente como vosotros. Sonrieron complacidos.

-Si quieres mi consejo... Se hizo el silencio al hablar el más anciano: Estamos viviendo en un mal momento, hay borrachos agresivos y bandidos por todas partes. No es seguro para ti ir solo a las grandes ciudades, están llenas de gente mala. Y llama a tus padres y diles que estás bien. Lo más importante es que tu familia no se preocupe. Si no tienen noticias tuyas, se preocuparán.
-Gracias por el consejo.
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La conversación continuó divagando y haciéndonos una pregunta tras otra. ¿Y qué haces en Madrid, en qué trabajas? ¿Puedes hablarnos de tu familia?
Pero fuera de las preguntas protocolarias me llovían otras curiosas, en un intento por saciar su apetito aparentemente insaciable de información sobre España, al mismo tiempo que demostraban que ya sabían infinitamente más sobre mi país de lo que yo sabía sobre el suyo. ¿Considero que España tiene una democracia real? ¿Apoyo a los Reyes? ¿Había viajado por Cataluña? (hasta aquí llegó la turra que dio Piqué). Tales temas continuaron hasta que empezaron a recogerse para no mucho más tarde ir a descansar.

-Lamento que hayas tenido tan poco tiempo con nosotros. Deberías conseguir una esposa keniana y venirte aquí a vivir :face: Tengo una tienda de campaña que puedes instalar detrás de la cabaña y vivir en la aldea mientras encuentras casa :lol:

Cuando por un segundo estuve solo con el míster, Félix, le dije: Por favor, toma esto. Realmente me gustaría daros un regalo para agradecer vuestra amabilidad, es una tradición que siempre doy un regalo a mi anfitrión cuando me quedo en su casa, pero ahora mismo no tengo nada que dar más que dinero así que, si no te ofendes, me gustaría darte esto para invitar a algo a todos.

Los ojos de Félix cambiaron de manera casi imperceptible, una especie de mirada vacía e indiferente apareció en ellos, incluso podría haber insinuado una hostilidad apenas perceptible.

-Guarda eso, no lo tomaré, dijo, mirándome a los ojos.

-Escucha, sé que es tu tradición no aceptar dinero de la gente, pero ¿no puedes hacer una excepción aquí? Me harás sentir mucho mejor si me dejas seguir con mi tradición y dar este regalo, aunque desearía que hubiera algún otro detalle que pudiera regalar.

-No te invitamos aquí por dinero, dijo Félix solemnemente.

-Te pido disculpas. Solo quería agradeceros de alguna manera, dije, retrayendo mi mano extendida con el dinero en ella. Habéis sido muy amables, lo he pasado muy bien.

Ya fuera de su casa, junto a la última sombra de un árbol, nos despedimos sinceramente. Toda frialdad y torpeza habían desaparecido ahora que el dinero había sido olvidado. Volvieron las sonrisas. Salí de la escuela y recorrí el camino de piedras hasta donde una vieja moto destartalada esperaba para llevarme de regreso a Homa Bay.
 
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-"Puedes montar en la moto de Solomon"

No dudé ni un segundo en aceptar la invitación. Les entendí que su aldea estaba cerca, como a un kilómetro, pero qué carajo, entendí mal y me llevaron por las montañas atravesando caminos pedregosos, a unos 20 minutos en moto.

En Google Maps no aparecía el lugar pero se puede ubicar cerca de otro pueblo o aldea de nombre Olare. Puro monte. Aquello no era siquiera lo que en España consideraríamos una aldea, pero se notaba que había mucha gente viviendo por la zona en casas muy desperdigadas. El trayecto en moto estuvo bien pero mejor fue después recorrer la zona caminando.
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Al llegar me llevaron a la escuela donde trabajaban que al ser sábado estaba sin niños, pero me presentaron a algunas personas que vivían allí mismo, quienes me saludaron con enormes, radiantes y genuinas sonrisas.

-¿Qué hace exactamente aquí la gente para ganarse la vida? pregunté.
-Viven de la agricultura, la pesca y la ganadería. A veces la gente viene a comprar y a veces vamos a vender a la ciudad. Come, come, haz lo que harías en casa, no seas tímido.
-¿Y cómo es trabajar aquí con los niños?
-Trabajamos desde temprano en la mañana hasta la tarde. Algunos niños caminan varios kilómetros para venir a la escuela y vienen con ganas de aprender y compartir tiempo con sus amigos. Algunas clases son en luo o kisuajili y otras en inglés.

Después de un rato conversando al aire libre nos sentamos dentro de una sala alrededor de una vieja mesa de madera. Habían cocinado un pescado delicioso que tocaba compartir. Colocaron en medio un enorme plato con un masacote de nombre ugali o posho, una masa de harina de maíz con agua que es plato básico en Kenia, Uganda o Tanzania, que a falta de pan no acompaña mal. Nos repartirnos con el cucharón y ya a la vieja usanza, a mano.
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Mientras almorzábamos me preguntaron si quería acompañarles por la tarde a ver un partido de fútbol que estaba programado entre chavales de la zona. Félix, el onlypagafan del Barça y Mourinho, entrenaba a uno de los equipos. Por supuesto acepté y tras hacernos un @Ferris descomprimiendo la comida media horita emprendimos el paseo. El campo de fútbol estaba a un buen rato caminando y por donde pasábamos la gente alucinaba al ver a un mzungu (hombre blanco) allí. Algunos niños se asustaban, me decían que para muchos pequeñajos era el primer mzungu que veían.
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Por el camino me preguntaban:
-¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?
-Bueno, si no os importa, ¿creéis que podría quedarme a cenar?
-¡Nos encantaría! gritó Félix el entrenador con su voz resonando por encima de los demás. ¡Puedes quedarte también esta noche, una semana, el tiempo que quieras!

Cuando llegamos al "estadio" vi que aquello era cualquier cosa menos lo que aquí se entiende por un campo de fútbol. Las porterías eran, cómo diría... mejor lo ilustramos :lol:
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Pero lo importante por supuesto es poder practicar deporte entre hamijos, y de eso sobraban. Tenían hasta jueces de línea :down:
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¡Y espectadores! y no eran pocos.
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Los espectadores eran casi todos niños que alucinaban con mi cámara compacta, se agolpaban a mi alrededor pidiendo que les tomara fotos y riendo a carcajadas al ver los resultados en la pequeña pantalla. Smartphones por allí no se veían todavía por lo que algunos quizá no se habrían hecho una foto en su vida.
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Ver el archivos adjunto 123523Ver el archivos adjunto 123509Ver el archivos adjunto 123508Ver el archivos adjunto 123511

-¿Ves lo pobres que somos? me dijo Félix sentado en el "banquillo". Se han olvidado de nosotros, el gobierno, el resto del mundo. Mucha gente ha intentado llamar a los políticos para decir que no tenemos electricidad, que las casas y los campos han sido destruidos, que el camino se ha derrumbado, pero no vendrán. Se olvidaron de nosotros, nos dejaron que nos valiéramos por nosotros mismos. Pagamos impuestos por esta tierra y por la electricidad, ¿te imaginas? ¡No hay carretera para llegar aquí! Solo unos viejos caminos que necesitan reparación. Lo viste, pero no lo harán. Sin carretera nuestras pequeñas tiendas están vacías, el punto médico no tiene medicamentos... y eso somos nosotros, ¡imagina los pueblos más allá en las montañas! Algunos de ellos tienen que caminar durante muchas horas para llegar a algún lugar y de todos modos están peor que nosotros, ni siquiera pueden cultivar frutas y verduras allí. Aquí tenemos personas enfermas. Solo estamos orando para que alguien venga a reparar ese camino y ni siquiera es posible imaginar que en algún año futuro podamos tener asfalto...
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El fútbol concluyó y tocaba regresar antes de que anocheciera. No dejaba de saludar gente por el camino hasta llegar de nuevo a la escuela.

-Kenia debe ser el país número uno en el mundo por corrupción, simplemente los que tienen poder se llevan todo para ellos y no devuelven nada....¿No temías venir a un lugar como este?

-Miedo no. Sabía que la tribu de los Luo tienen fama de ser gente hospitalaria.

-¡Por supuesto! respondió. Eso es lo que vivimos, amamos la hospitalidad. La mayoría solo somos personas buenas, sencillas y honestas. Sin embargo, no confíes en todos, algunas personas son buenas pero otras son malas. ¿Cuáles son tus impresiones sobre el condado de Homa Bay y de la gente de aquí?

Tuve que pensar con cuidao, ya que la verdad directa podía sonar demasiado como adulación.

-Conocí gente humilde y amable. Me sorprendió que es muy fácil para mí hablar con las personas y construir relaciones, muchos son muy amigables. Muchas personas me han ayudado a pesar de que soy un completo desconocido para ellos.

-La gente aquí es buena porque tiene fe. Trato de ayudar a las personas todo el tiempo y siempre hago el bien. La gente necesita fe. Creo que si no tienes fe obtienes muchos delincuentes, drogadictos y alcohólicos. ¿Pero qué piensas de esto como un lugar para vivir, sobre la calidad de vida de las personas?

Esa fue una difícil. ¿Me estaba poniendo a prueba de alguna manera?
-Obviamente los salarios son bajos... comencé.
-Por supuesto que sí, intervino uno de ellos. Recibo 500 dólares al mes trabajando para una gran empresa y se me considera muy acomodado. Tengo tres casas alrededor del pueblo, las construí todas yo mismo. Pero un guardia de seguridad obtendrá 70 dólares al mes y un maestro en esta escuela igual. Por eso todos van a trabajar a Nairobi.

Luego terminé lo que había estado a punto de decir: Pero ten en cuenta que aquí puedes ser mucho más rico que mucha gente de Europa o Norteamérica. Tienes tradiciones muy fuertes de hospitalidad, apoyo de tu comunidad, fuertes lazos familiares, aire fresco, comida natural saludable, casi no hay delitos...

-¡Eso es lo que pienso también! se emocionó Félix, casi extasiado. Es por eso que nunca volveré a Nairobi, porque preferiría vivir aquí antes que en cualquier otro lugar. Aquí, si alguna vez necesito algo, solo tengo que preguntarle a mi familia, amigos y vecinos. A veces ni siquiera pregunto, como ahora, mi vecino vio que tenía un invitado y sacó estas frutas del árbol en su jardín. Y lo mismo para ellos, si alguna vez necesitan algo o tienen un problema, todos se reunirán y ayudarán.

-¿A dónde irás después de Homa Bay? preguntaron.
-Probablemente a Kisumu antes de regresar a España.
-Esa ciudad es peligrosa. Deberías quedarte en Homa Bay o ir a otros pueblos cercanos, como Olare.
-Creo que tienes razón, prefiero lugares como este, la naturaleza, conocer gente como vosotros. Sonrieron complacidos.

-Si quieres mi consejo... Se hizo el silencio al hablar el más anciano: Estamos viviendo en un mal momento, hay borrachos agresivos y bandidos por todas partes. No es seguro para ti ir solo a las grandes ciudades, están llenas de gente mala. Y llama a tus padres y diles que estás bien. Lo más importante es que tu familia no se preocupe. Si no tienen noticias tuyas, se preocuparán.
-Gracias por el consejo.
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La conversación continuó divagando y haciéndonos una pregunta tras otra. ¿Y qué haces en Madrid, en qué trabajas? ¿Puedes hablarnos de tu familia?
Pero fuera de las preguntas protocolarias me llovían otras curiosas, en un intento por saciar su apetito aparentemente insaciable de información sobre España, al mismo tiempo que demostraban que ya sabían infinitamente más sobre mi país de lo que yo sabía sobre el suyo. ¿Considero que España tiene una democracia real? ¿Apoyo a los Reyes? ¿Había viajado por Cataluña? (hasta aquí llegó la turra que dio Piqué). Tales temas continuaron hasta que empezaron a recogerse para no mucho más tarde ir a descansar.

-Lamento que hayas tenido tan poco tiempo con nosotros. Deberías conseguir una esposa keniana y venirte aquí a vivir :face: Tengo una tienda de campaña que puedes instalar detrás de la cabaña y vivir en la aldea mientras encuentras casa :lol:

Cuando por un segundo estuve solo con el míster, Félix, le dije: Por favor, toma esto. Realmente me gustaría daros un regalo para agradecer vuestra amabilidad, es una tradición que siempre doy un regalo a mi anfitrión cuando me quedo en su casa, pero ahora mismo no tengo nada que dar más que dinero así que, si no te ofendes, me gustaría darte esto para invitar a algo a todos.

Los ojos de Félix cambiaron de manera casi imperceptible, una especie de mirada vacía e indiferente apareció en ellos, incluso podría haber insinuado una hostilidad apenas perceptible.

-Guarda eso, no lo tomaré, dijo, mirándome a los ojos.

-Escucha, sé que es tu tradición no aceptar dinero de la gente, pero ¿no puedes hacer una excepción aquí? Me harás sentir mucho mejor si me dejas seguir con mi tradición y dar este regalo, aunque desearía que hubiera algún otro detalle que pudiera regalar.

-No te invitamos aquí por dinero, dijo Félix solemnemente.

-Te pido disculpas. Solo quería agradeceros de alguna manera, dije, retrayendo mi mano extendida con el dinero en ella. Habéis sido muy amables, lo he pasado muy bien.

Ya fuera de su casa, junto a la última sombra de un árbol, nos despedimos sinceramente. Toda frialdad y torpeza habían desaparecido ahora que el dinero había sido olvidado. Volvieron las sonrisas. Salí de la escuela y recorrí el camino de piedras hasta donde una vieja moto destartalada esperaba para llevarme de regreso a Homa Bay.
Hostia @Kramer99, me ha flipado. Espero poder tener el tiempo y la libertad de poder viajar al África negra.

Sobre lo que comentabais, si no te lanzas a conocer gente te pierdes la esencia de cualquier viaje. Yo pude conocer partes de Sarajevo y Bosnia no visibles al turista porque me hice colega de un macedonio bastante rayado pero muy majo. Lo mismo en Belgrado con otro medio chalado. O tirar la tarde con un ganadero islandés. O acabar invitado a un chateau francés un finde por conocer a un chaval que hablaba español en una fiesta de pueblo en mitad de la Bretaña. O conocer una aldea de indios cerca de Iguazú por entablar conversación con un indio esa misma tarde o tomarte un mate en la montaña de Calafate con un amigo que hiciste que tenía un 4x4. O llevar a unos críos y su profesora que estaban haciendo autostop y la profe darles una lección sobre la madre patria. Para mí es una parte esencial de cada viaje.
 
-"Puedes montar en la moto de Solomon"

No dudé ni un segundo en aceptar la invitación. Les entendí que su aldea estaba cerca, como a un kilómetro, pero qué carajo, entendí mal y me llevaron por las montañas atravesando caminos pedregosos, a unos 20 minutos en moto.

En Google Maps no aparecía el lugar pero se puede ubicar cerca de otro pueblo o aldea de nombre Olare. Puro monte. Aquello no era siquiera lo que en España consideraríamos una aldea, pero se notaba que había mucha gente viviendo por la zona en casas muy desperdigadas. El trayecto en moto estuvo bien pero mejor fue después recorrer la zona caminando.
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Al llegar me llevaron a la escuela donde trabajaban que al ser sábado estaba sin niños, pero me presentaron a algunas personas que vivían allí mismo, quienes me saludaron con enormes, radiantes y genuinas sonrisas.

-¿Qué hace exactamente aquí la gente para ganarse la vida? pregunté.
-Viven de la agricultura, la pesca y la ganadería. A veces la gente viene a comprar y a veces vamos a vender a la ciudad. Come, come, haz lo que harías en casa, no seas tímido.
-¿Y cómo es trabajar aquí con los niños?
-Trabajamos desde temprano en la mañana hasta la tarde. Algunos niños caminan varios kilómetros para venir a la escuela y vienen con ganas de aprender y compartir tiempo con sus amigos. Algunas clases son en luo o kisuajili y otras en inglés.

Después de un rato conversando al aire libre nos sentamos dentro de una sala alrededor de una vieja mesa de madera. Habían cocinado un pescado delicioso que tocaba compartir. Colocaron en medio un enorme plato con un masacote de nombre ugali o posho, una masa de harina de maíz con agua que es plato básico en Kenia, Uganda o Tanzania, que a falta de pan no acompaña mal. Nos repartirnos con el cucharón y ya a la vieja usanza, a mano.
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Mientras almorzábamos me preguntaron si quería acompañarles por la tarde a ver un partido de fútbol que estaba programado entre chavales de la zona. Félix, el onlypagafan del Barça y Mourinho, entrenaba a uno de los equipos. Por supuesto acepté y tras hacernos un @Ferris descomprimiendo la comida media horita emprendimos el paseo. El campo de fútbol estaba a un buen rato caminando y por donde pasábamos la gente alucinaba al ver a un mzungu (hombre blanco) allí. Algunos niños se asustaban, me decían que para muchos pequeñajos era el primer mzungu que veían.
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Por el camino me preguntaban:
-¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?
-Bueno, si no os importa, ¿creéis que podría quedarme a cenar?
-¡Nos encantaría! gritó Félix el entrenador con su voz resonando por encima de los demás. ¡Puedes quedarte también esta noche, una semana, el tiempo que quieras!

Cuando llegamos al "estadio" vi que aquello era cualquier cosa menos lo que aquí se entiende por un campo de fútbol. Las porterías eran, cómo diría... mejor lo ilustramos :lol:
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Pero lo importante por supuesto es poder practicar deporte entre hamijos, y de eso sobraban. Tenían hasta jueces de línea :down:
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¡Y espectadores! y no eran pocos.
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Los espectadores eran casi todos niños que alucinaban con mi cámara compacta, se agolpaban a mi alrededor pidiendo que les tomara fotos y riendo a carcajadas al ver los resultados en la pequeña pantalla. Smartphones por allí no se veían todavía por lo que algunos quizá no se habrían hecho una foto en su vida.
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Ver el archivos adjunto 123523Ver el archivos adjunto 123509Ver el archivos adjunto 123508Ver el archivos adjunto 123511

-¿Ves lo pobres que somos? me dijo Félix sentado en el "banquillo". Se han olvidado de nosotros, el gobierno, el resto del mundo. Mucha gente ha intentado llamar a los políticos para decir que no tenemos electricidad, que las casas y los campos han sido destruidos, que el camino se ha derrumbado, pero no vendrán. Se olvidaron de nosotros, nos dejaron que nos valiéramos por nosotros mismos. Pagamos impuestos por esta tierra y por la electricidad, ¿te imaginas? ¡No hay carretera para llegar aquí! Solo unos viejos caminos que necesitan reparación. Lo viste, pero no lo harán. Sin carretera nuestras pequeñas tiendas están vacías, el punto médico no tiene medicamentos... y eso somos nosotros, ¡imagina los pueblos más allá en las montañas! Algunos de ellos tienen que caminar durante muchas horas para llegar a algún lugar y de todos modos están peor que nosotros, ni siquiera pueden cultivar frutas y verduras allí. Aquí tenemos personas enfermas. Solo estamos orando para que alguien venga a reparar ese camino y ni siquiera es posible imaginar que en algún año futuro podamos tener asfalto...
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El fútbol concluyó y tocaba regresar antes de que anocheciera. No dejaba de saludar gente por el camino hasta llegar de nuevo a la escuela.

-Kenia debe ser el país número uno en el mundo por corrupción, simplemente los que tienen poder se llevan todo para ellos y no devuelven nada....¿No temías venir a un lugar como este?

-Miedo no. Sabía que la tribu de los Luo tienen fama de ser gente hospitalaria.

-¡Por supuesto! respondió. Eso es lo que vivimos, amamos la hospitalidad. La mayoría solo somos personas buenas, sencillas y honestas. Sin embargo, no confíes en todos, algunas personas son buenas pero otras son malas. ¿Cuáles son tus impresiones sobre el condado de Homa Bay y de la gente de aquí?

Tuve que pensar con cuidao, ya que la verdad directa podía sonar demasiado como adulación.

-Conocí gente humilde y amable. Me sorprendió que es muy fácil para mí hablar con las personas y construir relaciones, muchos son muy amigables. Muchas personas me han ayudado a pesar de que soy un completo desconocido para ellos.

-La gente aquí es buena porque tiene fe. Trato de ayudar a las personas todo el tiempo y siempre hago el bien. La gente necesita fe. Creo que si no tienes fe obtienes muchos delincuentes, drogadictos y alcohólicos. ¿Pero qué piensas de esto como un lugar para vivir, sobre la calidad de vida de las personas?

Esa fue una difícil. ¿Me estaba poniendo a prueba de alguna manera?
-Obviamente los salarios son bajos... comencé.
-Por supuesto que sí, intervino uno de ellos. Recibo 500 dólares al mes trabajando para una gran empresa y se me considera muy acomodado. Tengo tres casas alrededor del pueblo, las construí todas yo mismo. Pero un guardia de seguridad obtendrá 70 dólares al mes y un maestro en esta escuela igual. Por eso todos van a trabajar a Nairobi.

Luego terminé lo que había estado a punto de decir: Pero ten en cuenta que aquí puedes ser mucho más rico que mucha gente de Europa o Norteamérica. Tienes tradiciones muy fuertes de hospitalidad, apoyo de tu comunidad, fuertes lazos familiares, aire fresco, comida natural saludable, casi no hay delitos...

-¡Eso es lo que pienso también! se emocionó Félix, casi extasiado. Es por eso que nunca volveré a Nairobi, porque preferiría vivir aquí antes que en cualquier otro lugar. Aquí, si alguna vez necesito algo, solo tengo que preguntarle a mi familia, amigos y vecinos. A veces ni siquiera pregunto, como ahora, mi vecino vio que tenía un invitado y sacó estas frutas del árbol en su jardín. Y lo mismo para ellos, si alguna vez necesitan algo o tienen un problema, todos se reunirán y ayudarán.

-¿A dónde irás después de Homa Bay? preguntaron.
-Probablemente a Kisumu antes de regresar a España.
-Esa ciudad es peligrosa. Deberías quedarte en Homa Bay o ir a otros pueblos cercanos, como Olare.
-Creo que tienes razón, prefiero lugares como este, la naturaleza, conocer gente como vosotros. Sonrieron complacidos.

-Si quieres mi consejo... Se hizo el silencio al hablar el más anciano: Estamos viviendo en un mal momento, hay borrachos agresivos y bandidos por todas partes. No es seguro para ti ir solo a las grandes ciudades, están llenas de gente mala. Y llama a tus padres y diles que estás bien. Lo más importante es que tu familia no se preocupe. Si no tienen noticias tuyas, se preocuparán.
-Gracias por el consejo.
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La conversación continuó divagando y haciéndonos una pregunta tras otra. ¿Y qué haces en Madrid, en qué trabajas? ¿Puedes hablarnos de tu familia?
Pero fuera de las preguntas protocolarias me llovían otras curiosas, en un intento por saciar su apetito aparentemente insaciable de información sobre España, al mismo tiempo que demostraban que ya sabían infinitamente más sobre mi país de lo que yo sabía sobre el suyo. ¿Considero que España tiene una democracia real? ¿Apoyo a los Reyes? ¿Había viajado por Cataluña? (hasta aquí llegó la turra que dio Piqué). Tales temas continuaron hasta que empezaron a recogerse para no mucho más tarde ir a descansar.

-Lamento que hayas tenido tan poco tiempo con nosotros. Deberías conseguir una esposa keniana y venirte aquí a vivir :face: Tengo una tienda de campaña que puedes instalar detrás de la cabaña y vivir en la aldea mientras encuentras casa :lol:

Cuando por un segundo estuve solo con el míster, Félix, le dije: Por favor, toma esto. Realmente me gustaría daros un regalo para agradecer vuestra amabilidad, es una tradición que siempre doy un regalo a mi anfitrión cuando me quedo en su casa, pero ahora mismo no tengo nada que dar más que dinero así que, si no te ofendes, me gustaría darte esto para invitar a algo a todos.

Los ojos de Félix cambiaron de manera casi imperceptible, una especie de mirada vacía e indiferente apareció en ellos, incluso podría haber insinuado una hostilidad apenas perceptible.

-Guarda eso, no lo tomaré, dijo, mirándome a los ojos.

-Escucha, sé que es tu tradición no aceptar dinero de la gente, pero ¿no puedes hacer una excepción aquí? Me harás sentir mucho mejor si me dejas seguir con mi tradición y dar este regalo, aunque desearía que hubiera algún otro detalle que pudiera regalar.

-No te invitamos aquí por dinero, dijo Félix solemnemente.

-Te pido disculpas. Solo quería agradeceros de alguna manera, dije, retrayendo mi mano extendida con el dinero en ella. Habéis sido muy amables, lo he pasado muy bien.

Ya fuera de su casa, junto a la última sombra de un árbol, nos despedimos sinceramente. Toda frialdad y torpeza habían desaparecido ahora que el dinero había sido olvidado. Volvieron las sonrisas. Salí de la escuela y recorrí el camino de piedras hasta donde una vieja moto destartalada esperaba para llevarme de regreso a Homa Bay.

Que buena historia hamijo, :121:. Me ha hecho sentir nostalgia de muchos valores desaparecidos por aquí.
 
Los de la foto gorriones no son. Míramelo, me pica la curiosidad.
Ayer hice más fotos pero han salido borrosas porque me temblaba el pulso cual yonki en farmacia. La vieja tiene un hijo subnormal vigilando a los pájaros que tenía cara de mala leche. Tenía que haberle hecho foto también a él.

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Hay uno azul que no es como los demás.
 
Salí de la escuela y recorrí el camino de piedras hasta donde una vieja moto destartalada esperaba para llevarme de regreso a Homa Bay.

Para hacer algo más divertido el socializar no dejé de aprender palabras y frases en luo o suajili cada día. También para entender algo de los menús. Kuku es pollo, mbuzi cabra, un poco dura:
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Por ahí leí que los Luo tienen fama de vividores y fiesteros. Mal hecho cuando se generaliza así sobre toda una tribu (en España sabemos un poco de eso de generalizar sobre la gente de distintas regiones), pero desde luego si algo no faltaba en Homa Bay era... ¡fiesta!

Tuve la suerte de poder disfrutar del ambiente durante el fin de semana, de día y de noche. Hay tres discotecas en el pueblo, muy diferentes, una más pija (en el contexto africano) de nombre Vanity Lounge. Otra barriobajera de nombre Regol o algo así, para los pobres entre los pobres. Y la tercera era un término medio. Fue en esta última, Oxza, donde más tiempo pasé, en un amplio bar lleno de mesas altas al aire libre, con ambiente sano, cocina, música y baile hasta las tantas. La otra discoteca, la pija, muy bonita pero pedí una bebida espirituosa, la sirvieron caliente y al pedirles hielo no tenían... Tengo la inteligencia justa para no cagarme en la calle.
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Las noches que salí me sentí seguro, aunque siempre usando el más común de los sentidos. También me encontré una pelea en uno de los baretos y me hablaron de problemas con la policía en las calles, especialmente de noche. Me pasó que estando en la entrada del antro al aire libre apareció de repente un grupo corriendo como correcaminos que huyen del coyote ¡en este caso huían de la policía! Uno de los que corrían huyendo quiso meterse en el garito para camuflarse ahí justo cuando me encontraba en la entrada, apenas lo vi venir y del empujón que me dio con la inercia de intentar apartarme salí volando, casi como el del vídeo de la arbolada ✈, por suerte solo me raspé un poco la mano al caer sobre el suelo de piedras, no fue más que una anécdota pero me sirvió para ubicarme.
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-"La policía por aquí es realmente mala" me dijo uno de los trabajadores del hotel.
-¿Por qué dices eso? pregunté.

Parece ser que algunos policías pueden fastidiar mucho abusando de su autoridad, me contaron que si te cogen de noche caminando te pueden pedir dinero o directamente vaciarte los bolsillos, lo que no me quedó claro es si se lo harían a un turista blanco también, creo que en Nairobi es algo extraordinario pero podría pasar, sabiendo la necesidad y corrupción que hay no me sorprendería. Este trabajador del hotelito me contó que le habían llevado dos veces al calabozo por nada, solo para sacarle dinero.

Una de las noches compartí tragos con dos jóvenes médicos de raza caucásica, un francés y una canadiense que estaban trabajando para una ONG. Me vieron perreando con alguna negra y me advirtieron de que esta zona tiene una alta tasa de VIH, obvio siempre hay que usar condón allí. A los negros se la suda, algo comenté en su día, que me encontré varios dispensadores de condones gratuitos en los baños de garitos así y solían estar llenos.

Buena cogorza se pilló la joven doc., también el gabacho. La canadiense rondaría el 6 EFF, gordita para mí pero no para los niggas que se la estaban rifando, ella dejándose camelar. Más de una y de dos oenegistas como esta vi por otras zonas, con una troupe de negros a los que debían estar comiendo las pollas a pares allí.

Después de alargar las noches de fin de semana hasta tarde disfrutando de la música, el baile y la alegría de las monas tocaba regresar a Nairobi y volver a reunirme con mis anfitriones allí.

Lo más cómodo para regresar a la capital es ir de Homa Bay a Kisumu (tercera ciudad más grande del país) en una furgoneta colectiva y allí montar en un autobús con alas avión que rondó los 40€; los había más baratos. Además de con Kenya Airways se puede volar con estas otras:
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Antes de montar en el matatu pregunté cómo ir hasta el aeropuerto, el chófer me dijo que al llegar a Kisumu solo tenía que bajar de la furgoneta y cualquier mototaxi me llevaría con la pequeña maleta entre las piernas del motero.

Total que en un par de horas llegué a la estación de Kisumu y allí parecía que se bajaba DiCaprio, me acorralaban de forma más o menos cordial buscando montarme no sé si en carros, en motos o en burros.

Entre el tumulto vi a un joven que estaba tranquilo sin atosigarme y a él le pedí que me llevara al aeropuerto. Me pidió el módico precio de 1 l€uro al cambio, pensé que no estaríamos muy lejos pero qué cojones, el aeropuerto resultó estar donde Cristo perdió los clavos. Por suerte el trayecto era asfaltado y pude despedirme de Kisumu sin sobresaltos.

Si tú forero te animas a viajar huyendo de donde pisa el hermano blanco, o simplemente a viajar por África buscando conocer algo más que lugares turísticos, no dejes de visitar alguno de los muchos pueblos kenianos a los que aún no llegamos en masa los mzungu. Y si no te decides por cuál, te animo a hacerlo casi al azar, como hice al ir de Nairobi a Machakos. Pero esa es otra historia.
 

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-"Puedes montar en la moto de Solomon"

No dudé ni un segundo en aceptar la invitación. Les entendí que su aldea estaba cerca, como a un kilómetro, pero qué carajo, entendí mal y me llevaron por las montañas atravesando caminos pedregosos, a unos 20 minutos en moto.

En Google Maps no aparecía el lugar pero se puede ubicar cerca de otro pueblo o aldea de nombre Olare. Puro monte. Aquello no era siquiera lo que en España consideraríamos una aldea, pero se notaba que había mucha gente viviendo por la zona en casas muy desperdigadas. El trayecto en moto estuvo bien pero mejor fue después recorrer la zona caminando.
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Al llegar me llevaron a la escuela donde trabajaban que al ser sábado estaba sin niños, pero me presentaron a algunas personas que vivían allí mismo, quienes me saludaron con enormes, radiantes y genuinas sonrisas.

-¿Qué hace exactamente aquí la gente para ganarse la vida? pregunté.
-Viven de la agricultura, la pesca y la ganadería. A veces la gente viene a comprar y a veces vamos a vender a la ciudad. Come, come, haz lo que harías en casa, no seas tímido.
-¿Y cómo es trabajar aquí con los niños?
-Trabajamos desde temprano en la mañana hasta la tarde. Algunos niños caminan varios kilómetros para venir a la escuela y vienen con ganas de aprender y compartir tiempo con sus amigos. Algunas clases son en luo o kisuajili y otras en inglés.

Después de un rato conversando al aire libre nos sentamos dentro de una sala alrededor de una vieja mesa de madera. Habían cocinado un pescado delicioso que tocaba compartir. Colocaron en medio un enorme plato con un masacote de nombre ugali o posho, una masa de harina de maíz con agua que es plato básico en Kenia, Uganda o Tanzania, que a falta de pan no acompaña mal. Nos repartirnos con el cucharón y ya a la vieja usanza, a mano.
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Mientras almorzábamos me preguntaron si quería acompañarles por la tarde a ver un partido de fútbol que estaba programado entre chavales de la zona. Félix, el onlypagafan del Barça y Mourinho, entrenaba a uno de los equipos. Por supuesto acepté y tras hacernos un @Ferris descomprimiendo la comida media horita emprendimos el paseo. El campo de fútbol estaba a un buen rato caminando y por donde pasábamos la gente alucinaba al ver a un mzungu (hombre blanco) allí. Algunos niños se asustaban, me decían que para muchos pequeñajos era el primer mzungu que veían.
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Por el camino me preguntaban:
-¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?
-Bueno, si no os importa, ¿creéis que podría quedarme a cenar?
-¡Nos encantaría! gritó Félix el entrenador con su voz resonando por encima de los demás. ¡Puedes quedarte también esta noche, una semana, el tiempo que quieras!

Cuando llegamos al "estadio" vi que aquello era cualquier cosa menos lo que aquí se entiende por un campo de fútbol. Las porterías eran, cómo diría... mejor lo ilustramos :lol:
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Pero lo importante por supuesto es poder practicar deporte entre hamijos, y de eso sobraban. Tenían hasta jueces de línea :down:
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¡Y espectadores! y no eran pocos.
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Los espectadores eran casi todos niños que alucinaban con mi cámara compacta, se agolpaban a mi alrededor pidiendo que les tomara fotos y riendo a carcajadas al ver los resultados en la pequeña pantalla. Smartphones por allí no se veían todavía por lo que algunos quizá no se habrían hecho una foto en su vida.
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-¿Ves lo pobres que somos? me dijo Félix sentado en el "banquillo". Se han olvidado de nosotros, el gobierno, el resto del mundo. Mucha gente ha intentado llamar a los políticos para decir que no tenemos electricidad, que las casas y los campos han sido destruidos, que el camino se ha derrumbado, pero no vendrán. Se olvidaron de nosotros, nos dejaron que nos valiéramos por nosotros mismos. Pagamos impuestos por esta tierra y por la electricidad, ¿te imaginas? ¡No hay carretera para llegar aquí! Solo unos viejos caminos que necesitan reparación. Lo viste, pero no lo harán. Sin carretera nuestras pequeñas tiendas están vacías, el punto médico no tiene medicamentos... y eso somos nosotros, ¡imagina los pueblos más allá en las montañas! Algunos de ellos tienen que caminar durante muchas horas para llegar a algún lugar y de todos modos están peor que nosotros, ni siquiera pueden cultivar frutas y verduras allí. Aquí tenemos personas enfermas. Solo estamos orando para que alguien venga a reparar ese camino y ni siquiera es posible imaginar que en algún año futuro podamos tener asfalto...
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El fútbol concluyó y tocaba regresar antes de que anocheciera. No dejaba de saludar gente por el camino hasta llegar de nuevo a la escuela.

-Kenia debe ser el país número uno en el mundo por corrupción, simplemente los que tienen poder se llevan todo para ellos y no devuelven nada....¿No temías venir a un lugar como este?

-Miedo no. Sabía que la tribu de los Luo tienen fama de ser gente hospitalaria.

-¡Por supuesto! respondió. Eso es lo que vivimos, amamos la hospitalidad. La mayoría solo somos personas buenas, sencillas y honestas. Sin embargo, no confíes en todos, algunas personas son buenas pero otras son malas. ¿Cuáles son tus impresiones sobre el condado de Homa Bay y de la gente de aquí?

Tuve que pensar con cuidao, ya que la verdad directa podía sonar demasiado como adulación.

-Conocí gente humilde y amable. Me sorprendió que es muy fácil para mí hablar con las personas y construir relaciones, muchos son muy amigables. Muchas personas me han ayudado a pesar de que soy un completo desconocido para ellos.

-La gente aquí es buena porque tiene fe. Trato de ayudar a las personas todo el tiempo y siempre hago el bien. La gente necesita fe. Creo que si no tienes fe obtienes muchos delincuentes, drogadictos y alcohólicos. ¿Pero qué piensas de esto como un lugar para vivir, sobre la calidad de vida de las personas?

Esa fue una difícil. ¿Me estaba poniendo a prueba de alguna manera?
-Obviamente los salarios son bajos... comencé.
-Por supuesto que sí, intervino uno de ellos. Recibo 500 dólares al mes trabajando para una gran empresa y se me considera muy acomodado. Tengo tres casas alrededor del pueblo, las construí todas yo mismo. Pero un guardia de seguridad obtendrá 70 dólares al mes y un maestro en esta escuela igual. Por eso todos van a trabajar a Nairobi.

Luego terminé lo que había estado a punto de decir: Pero ten en cuenta que aquí puedes ser mucho más rico que mucha gente de Europa o Norteamérica. Tienes tradiciones muy fuertes de hospitalidad, apoyo de tu comunidad, fuertes lazos familiares, aire fresco, comida natural saludable, casi no hay delitos...

-¡Eso es lo que pienso también! se emocionó Félix, casi extasiado. Es por eso que nunca volveré a Nairobi, porque preferiría vivir aquí antes que en cualquier otro lugar. Aquí, si alguna vez necesito algo, solo tengo que preguntarle a mi familia, amigos y vecinos. A veces ni siquiera pregunto, como ahora, mi vecino vio que tenía un invitado y sacó estas frutas del árbol en su jardín. Y lo mismo para ellos, si alguna vez necesitan algo o tienen un problema, todos se reunirán y ayudarán.

-¿A dónde irás después de Homa Bay? preguntaron.
-Probablemente a Kisumu antes de regresar a España.
-Esa ciudad es peligrosa. Deberías quedarte en Homa Bay o ir a otros pueblos cercanos, como Olare.
-Creo que tienes razón, prefiero lugares como este, la naturaleza, conocer gente como vosotros. Sonrieron complacidos.

-Si quieres mi consejo... Se hizo el silencio al hablar el más anciano: Estamos viviendo en un mal momento, hay borrachos agresivos y bandidos por todas partes. No es seguro para ti ir solo a las grandes ciudades, están llenas de gente mala. Y llama a tus padres y diles que estás bien. Lo más importante es que tu familia no se preocupe. Si no tienen noticias tuyas, se preocuparán.
-Gracias por el consejo.
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La conversación continuó divagando y haciéndonos una pregunta tras otra. ¿Y qué haces en Madrid, en qué trabajas? ¿Puedes hablarnos de tu familia?
Pero fuera de las preguntas protocolarias me llovían otras curiosas, en un intento por saciar su apetito aparentemente insaciable de información sobre España, al mismo tiempo que demostraban que ya sabían infinitamente más sobre mi país de lo que yo sabía sobre el suyo. ¿Considero que España tiene una democracia real? ¿Apoyo a los Reyes? ¿Había viajado por Cataluña? (hasta aquí llegó la turra que dio Piqué). Tales temas continuaron hasta que empezaron a recogerse para no mucho más tarde ir a descansar.

-Lamento que hayas tenido tan poco tiempo con nosotros. Deberías conseguir una esposa keniana y venirte aquí a vivir :face: Tengo una tienda de campaña que puedes instalar detrás de la cabaña y vivir en la aldea mientras encuentras casa :lol:

Cuando por un segundo estuve solo con el míster, Félix, le dije: Por favor, toma esto. Realmente me gustaría daros un regalo para agradecer vuestra amabilidad, es una tradición que siempre doy un regalo a mi anfitrión cuando me quedo en su casa, pero ahora mismo no tengo nada que dar más que dinero así que, si no te ofendes, me gustaría darte esto para invitar a algo a todos.

Los ojos de Félix cambiaron de manera casi imperceptible, una especie de mirada vacía e indiferente apareció en ellos, incluso podría haber insinuado una hostilidad apenas perceptible.

-Guarda eso, no lo tomaré, dijo, mirándome a los ojos.

-Escucha, sé que es tu tradición no aceptar dinero de la gente, pero ¿no puedes hacer una excepción aquí? Me harás sentir mucho mejor si me dejas seguir con mi tradición y dar este regalo, aunque desearía que hubiera algún otro detalle que pudiera regalar.

-No te invitamos aquí por dinero, dijo Félix solemnemente.

-Te pido disculpas. Solo quería agradeceros de alguna manera, dije, retrayendo mi mano extendida con el dinero en ella. Habéis sido muy amables, lo he pasado muy bien.

Ya fuera de su casa, junto a la última sombra de un árbol, nos despedimos sinceramente. Toda frialdad y torpeza habían desaparecido ahora que el dinero había sido olvidado. Volvieron las sonrisas. Salí de la escuela y recorrí el camino de piedras hasta donde una vieja moto destartalada esperaba para llevarme de regreso a Homa Bay.
No pierdas el contacto, que igual en no mucho tiempo te puedes follar a alguna de esas niñas a cambio de un Toblerone.
 
Ayer hice más fotos pero han salido borrosas porque me temblaba el pulso cual yonki en farmacia. La vieja tiene un hijo subnormal vigilando a los pájaros que tenía cara de mala leche. Tenía que haberle hecho foto también a él.

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Hay uno azul que no es como los demás.
Pues gracias por la foto, no sé qué pájaros son, pero vamos, es conocido el truco de que los compras para liberarlos y subir tu karma y luego vuelven a la jaula, así que ni liberas pájaros (ya lo están) ni subes nada. Como timo es fenomenal, sacas la pasta y el timado se creerá toda su vida con una sonrisa que por lo que ha pagado lo tiene.
 
No me deja citar.
La cosa es que los 3 negros de la foto de Krämer del mensaje 2.904 están más aseados y visten mejor (y seguro que tienen mejores modales) que la mitad del foro.
 
Parece África ya esto, vuelos a medio negrolandia saliendo desde aquí.
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El vuelo de vuelta es dentro de dos semanas desde Uganda, donde se acaba de declarar un brote de ébola :face: :lol:

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According to the World Health Organization (WHO), as of 26 October 2022, there have been 115 confirmed cases of Ebola virus disease (EVD), including 32 deaths (case fatality rate: 28%).

Espero llevar el ébola a España, salvarme como la loca del coño aquella del perro y antes de ponerme chungo hacer que rule por allí para mayor gloria de :down:

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Tú ve con cuidado @Kramer99, no vayas a follarte una mona con el ébola y la viruela del mono y vengas hecho una piltrafa a España.
 
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