-"Sabes que todo el asunto de la fotografía es un paripé, ¿verdad?"
-"Sí, lo sé" dijo mientras se relamía los labios después de ponerse un poco de lápiz labial.
A veces eso de ser "fotógrafo" ha dado juego a lo largo de mis viajes. Es 2022 y aplicaciones como Instagram o Tiktok están viviendo sus años dorados. Las jóvenes bonitas a las que no les gusta que les tomen fotos se pueden contar con los dedos de una mano y una cámara sencilla como mi Canon junto a una pequeña inversión para tener una tarjeta de presentación que indique que eres fotógrafo ayudará enormemente a llamar su atención. Téngase en cuenta que por estos mundos dejados de la mano de Dios cualquier mona te suelta que quiere ser "modelo de Instagram" o influencer u otros prestigiosos "trabajos" de nuestra era moderna.
Estoy tumbado en la cama King Kong size de un moderno apartamento en Kigali, la capital de Ruanda, un país alguna vez dividido por la violencia étnica y conocido por su sangriento genocidio, pero ahora en camino de convertirse en uno de los mejores países en desarrollo de África. Kigali no diré que es una ciudad maravillosa porque eso es mucho decir, pero sí que me está gustando descubrirla, hay mucha diversión, vida en las calles las 24 horas de lunes a lunes, había leído que la seguridad es sorprendente en este contexto de pobreza y parece que así es, muy verde, se extiende sobre docenas de colinas con magníficas vistas y fácilmente es la ciudad más limpia que he visto a lo largo de mis viajes africanos.
Tiempo atrás predominaba el francés pero la chica frente a mí me habla en un encantador inglés con acento de Eton. Estoy admirando su belleza natural, su brillante piel de ébano y sus largos mechones afro. Acaba de fumarse un pitillo y de acceder a tener una sesión de fotos una vez que regrese de mi expedición en la jungla. Ambos sabemos que esta supuesta sesión de fotos es solo un encubrimiento para ella divertirse y tener otro buen rato de sexo loco, a través del cual la hice ver todos los rincones del apartamento, y hay bastantes rincones aquí.
Los últimos días más o menos han sido una juerga intensa en la que ha ido surgiendo esparcir mi semen por toda la ciudad de Kigali, durmiendo en algunos buenos zulos en los que viven ellas, saliendo de parranda con toda la plantilla del hotel para acabar liándome con la cocinera, con esta y la recepcionista peleando por mis huesos, otra noche acabando en casa de una mona donde vive con 4 o 5 jóvenes más repartidas en dos dormitorios, teniendo que despachar a un par de la habitación para tener intimidad y acabando dándome otra de las hamijas el teléfono de estrangis. En fin, complaciéndome en todo tipo de actos sexuales pervertidos y presentando a las chicas locales las maravillas del sexo interracial.
Había tensión sexual acumulada después de tres años sin viajar a negrolandia y tras las últimas semanas en lugares con menos diversión, como mi pueblo natal, Córdoba o Marruecos.
Mientras escribo esto recibo un mensaje de la mona con la que comencé el lunes mi larga maratón en Kigali. Dice que echa de menos mi polla blanca y que le encantaría volver a estar cubierta de esperma por toda la cara y las tetas. Fui su introducción a la raza blanca y me enorgullece decir que, como embajador en África de vosotros los foreros blancos españoles de padres españoles con piso propio y sin tetas operadas, estoy haciendo un trabajo bastante bueno.
Agradézcanme por allanarles el camino, hijosdelol, a los valientes que se quieran aventurar de ustedes y a los futuros clientes del Touroperador Kramer PL.
Para ForoPL en hecsclusiva, seguiremos abriendo
piernas caminos en la jungla.