Puedes sacar con el dedo y entonces el moco se estira del dedo a la fosa nasal, donde esta oculta, a gran profundidad, la masa madre. Entonces, con máximo cuidado, vas pellizcando el moco con el pulgar y el índice en el canto mismo de la fosa nasal, con la mano izquierda y la derecha, como quien saca un cubo de un pozo tirando de su cuerda. Si la densidad es adecuada, el moco no se rompe, y necesitas un buen rato para ir sacando en forma de hilo toda esa masa de moco que se oculta en tus vías respiratorias. Vas poco a poco, ajustando la velocidad de trabajo al diámetro que le calculas al moco (por el tacto, ya que la zona de trabajo no es accesible a la vista), para no romperlo, hasta que en un momento glorioso ese hilo de moco en tu nariz empieza a ganar densidad y grosor rápidamente, y en un instante dado notas como el núcleo primigenio de todos los mocos que has expulsado durante tu catarro se empieza a deslizar dentro de tu puto cráneo hasta que al final extraes un pequeño Flubber, que ha recorrido un largo camino, y que has sentido como un agradable cosquilleo junto al cerebro.