Creo que ya lo he contado antes, pero uno de mis recuerdos más misceláneos, es haber cargado en un WC comunal en la estación de autobuses de Chisinau. Al rubor de cargar en público se suma que allí, un extranjero, era una atracción de feria, por lo que la gente se acercaba a saludarte y tratar de charlar. Para más INRI el papel higiénico estaba tasado a dos palmos, te lo entregaban en mano al pagar la entrada. De todos modos, tras 16 horas de autobús para entrar transdnistria, no quedaba otra...