MANUAL DEL DESAHUCIADOR
Elíjase al "pringao hipotecario"
--en adelante “el pringao” --para la hipoteca, hágase un estudio de
hipoteca -- que lo pague el pringao -- cóbrense unos gastos de apertura
de la hipoteca --a pagar por el pringao--, póngase en la hipoteca una cláusula
"de suelo" que determine que el "pringao" siempre va a
pagar una cantidad jugosa a favor del Banco, pase lo que pase.
Hágase una valoración de la vivienda por una
empresa del propio Banco --que lo
pague el pringao-- váyase a un Notario conocido del propio Banco para
otorgar escrituras, --que lo pague el pringao-- Empiece el "pringao"
a pagar adelantadamente los intereses usurarios de la hipoteca, continúe al
cabo de años, pagando el principal, aplíquesele "al pringao", la
cláusula de que si el tipo de interés baja, no afectará a la hipoteca, pero si
sube, se le aplicará estrictamente.
El pringao empezó a pagar 1.000 euros al mes de hipoteca que por arte de la
cláusula "de cielo" ha subido por los aires a 1.900 euros. El
"pringao" empieza a no poder hacer frente a los recibos y se entera
que hasta el momento lo que lleva pagado se ha aplicado a intereses y, en el
mejor de los casos, a algo del "principal". Por fin llega el mes en
el cuál definitivamente el pringao no puede hacer frente al recibo de la
hipoteca, entonces ya le cae "la del pulpo". Es amenazado por el
banco, si intenta pagar con retraso, los intereses usurarios se han
multiplicado.
El Banco le aplica la clausula -no pactada- recordemos que son contratos de
adhesión elaborados por una de las partes = El Banco, -- mediante la cuál basta
el impago de una mensualidad para que se le pueda exigir todo el resto de la
hipoteca. El "pringao" se empieza a inquietar, en el Banco se le dice
que "su caso" está ya en asesoría jurídica, con lo cual, en el caso
de que quiera pagar lo que debe y los atrasos, también debe pagar una jugosa
suma en concepto de costas de los abogados del Banco.
Finalmente y tras haber pagado todos los intereses adelantados y muchas mensualidades de
principal, le dicen que le van a ejecutar la hipoteca. El pringao es sometido a
un procedimiento judicial de ejecución de hipoteca y subasta de su piso. El
piso que la agencia del propio Banco valoró a X, ahora dicen que vale X menos
XXX, es decir un tercio. El piso del pringao sale a subasta, los subasteros
pactan no pujar por encima de menos XXXX, al final el piso es adjudicado por
dos euros a una empresa, que en muchos casos, pertenece al propio Banco
ejecutante y está constituida en un PARAISO FISCAL (toma delincuencia del
banco).
Al “pringao” le dicen que no hay sobrante
de la subasta, por lo que se queda sin piso expulsado violentamente a la calle
con su mujer, sus hijos y la abuela, sin haber cubierto su deuda con el piso y
debiendo de por vida - con todos sus bienes presentes y futuros-- el resto de
lo "no cubierto" más los intereses, más las costas de los abogados
del Banco. La deuda del “pringao” seguirá generando intereses usurarios y
la heredarán sus hijos y nietos…
Como se verá, esto es un manual "criminal".