PicaRo u_u
Novato de mierda
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- 4 Jul 2004
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Hola chavalotes!!!
No os vais a creer lo que me sucedió el viernes por la noche, cuando volvía de una juerga con los colega
Como salimos por un pueblo cercano al mío, junto a la playa, a la vuelta teníamos que regresar en coch. Pero el Topo, que es el conductor del grupo estaba super ciego de la de whiski DYC que se hab´´ia metido en el cuerpo.
Asi que, las opciones eran, hacer autostop o recorrer los siete km a pata en medio de la noche. Yo, como siempre, me decantñé por el riesgo y elegí la segunda opción.
Comencé a caminar por el arcén de la comarcal, pero como a esas horas hay mucho mamado conduciendo a lo loco, sobre todo los fines de semana, decidí atajar echando campo a través. Después de todo, tan sólo tenía que atravesar una arboleda que se extiendo sobre un monte bajo.
Lo dicho. comencé a caminar entre unos matorrales, que poco a poco fueron haciéndose más grandes y frondosos, a medida que me adentraba en el pequeño bosque. Por fortuna, la luna estaba totalmente llena, y la visibilidad era, dentro de lo que cabe, suficiente como para saber dónde ponía el pie.
Llevaba más de media hora de caminata, entre los pinos y los abedules, cuando empecé a notar un extraño picor en todo el cogote. "¡Joder!" me dije " ésto debe ser que la guarra con la que me he estado refregando toda la noche me ha pegado alguna mierda!!". Aquel picor era intensisimo, y comencé a arrascarme con furia. Cuanto más me arrascaba en la perola, más me picaba, y además, empezaba a notar dos protuberancias que emergían de mis sienes, y cada vez se hacían más grandes.
Poco después, toda mi piel ebullía en picor... ¡¡Dios, cómo picaba!! parecía que había pillado la sarna, la gonorrea y la sífilis todas en una. Notaba como la piel se estiraba y se contraía, dando lugar a pequeños filamentos que salían tiesos como espinas... ¡ERA PELO! me estaba saliendo un pelo espeso y denso como las púas de un erizo.
"Dios!!!!" me dije "te juro qeu no volveré a beber más DYC en toda mi vida, pero haz que recobre la cordura!!!!!" gritaba como un cochinillo a punto de ser sacrificado.
Me empezaron a doler los brazos y las piernas... la boca empezó a separárseme de los ojos y el pecho parecía que iba a estallar.
Entonces, perdí el conocimiento.
Cuando volví en mi, me noté extraño. Parecía que estaba en una pesadilla, pero no era posible, puesto que mis sentidos percibían los sonidos de la noche, la fresca brisa en el bosque, el aroma de la hierba... "mmmmmmmmmmmm ¡¡HIERBAAA!!!" pensé, y me puse a mascar hierba como si mi vida dependiese de ello. Directamente acercaba la boca al suelo, cortaba el vegetal con los dientes y lo masticaba con tranquilidad.
No me di cuenta de lo que me había sucedido hasta pasado un buen rato: ¡¡ME HABÍA CONVERTIDO EN UN PUTO CIERVO!! :x
¡NO ME LO PODÍA CREER! Tenía pezuñas igual que los ciervos, caminaba a cuatro patas, y una magnífica cornamenta (no originada por ninguna warrilla) horadaba mi frente.
De mi asombro y mi estupor me sacó un terrible aullido que sonó preocupantemente cerca. Miré al cielo, y allí vi a la luna, grande y redonda, recortada contra el oscuro universo, que parecía esbozar una sonrisa de recochineo a modo de burla. El aullido volvió a romper el silencio de la noche, esta vez mucho más cerca, y sin pensarlo dos veces, decidí poner pies en polvorosa.
Empecé a correr por un estrecho sendero que zigzagueaba entre los arbustos, asombrado de mi nueva capacidad para trotar. ¡Era increíble! más que correr, casi se podría decir que planeaba sobre el suelo. Era tal mi ligereza, que por un momento me olvidé del motivo de mi huída. HAsta que de entre los matorrales surgió un terrible lobo que rugía como los leones de los documentales de la 2, con las mandíbulas manchadas de sangre, que le goteaba por las comisuras de los labios.
Mi pavor ante tan terrible fiera hizo que mis patas (las dos traseras y las dos delanteras) se tornasen aún más rápidas y sincronizadas. Corría como un celaje por entre los árboles, las matas, las ramas y las zarzas, pero el lobo seguía persiguiéndome: podía escuchar con total claridad su grave y entrecortada respiración.
Los pasos del lobo revelaban claramente que éste iba ganando espacio. Cuando ya casi lo daba todo por perdido, vislumbré unas luces que avanzaban con rapidez justo a mi derecha... ¡había llegado de nuevo a la carretera!. Troté como un poseso sobre el asfalto y pasé casi rozando el coche, un 206 Tuneao que avanzaba a casi doscientos por la comarcal, cuando escuché detrás de mí un terrible golpe, y el ruido de las ruedas derrapar. Giré la cabeza, y pude contemplar como el coche describía fantásticas vueltas de campana en el aire, entre volutas de carne y sangre del lobo al que había desintegrado. Finalmente, acabó estampándose en el tronco de un pino, y acto seguido, una gran bola de fuego absorbió toda la zona: el motor había explotado.
Cagado de miedo como estaba, comencé de nuevo la marcha hacia el pueblo, pero esta vez siguiendo el trazado de la carretera, siguiendo la sombra que mi extraño y modificado cuerpo describía ahora en el asfalto como consecuencia de la iluminación que despedía el fuego que comenzaba a arrasar toda la arboleda.
Llegue´ por fin al pueblo, y, rendido de cansancio, me dejé caer en el césped del parque. Me dormí, y cuando desperté lo hice en el Zoológico municipal.
¡Esto es divino!, compañeros. Aquí tengo comida gratis, y hasta me han dado una cierva que no está nada mal ... ¡qué más quiero!. Hombre, eso sí, escribir todo ésto a fuerza de pezuña ha sido bastante complicado... pero con la práctica veréis como mejora!!! :eek:
No os vais a creer lo que me sucedió el viernes por la noche, cuando volvía de una juerga con los colega
Como salimos por un pueblo cercano al mío, junto a la playa, a la vuelta teníamos que regresar en coch. Pero el Topo, que es el conductor del grupo estaba super ciego de la de whiski DYC que se hab´´ia metido en el cuerpo.
Asi que, las opciones eran, hacer autostop o recorrer los siete km a pata en medio de la noche. Yo, como siempre, me decantñé por el riesgo y elegí la segunda opción.
Comencé a caminar por el arcén de la comarcal, pero como a esas horas hay mucho mamado conduciendo a lo loco, sobre todo los fines de semana, decidí atajar echando campo a través. Después de todo, tan sólo tenía que atravesar una arboleda que se extiendo sobre un monte bajo.
Lo dicho. comencé a caminar entre unos matorrales, que poco a poco fueron haciéndose más grandes y frondosos, a medida que me adentraba en el pequeño bosque. Por fortuna, la luna estaba totalmente llena, y la visibilidad era, dentro de lo que cabe, suficiente como para saber dónde ponía el pie.
Llevaba más de media hora de caminata, entre los pinos y los abedules, cuando empecé a notar un extraño picor en todo el cogote. "¡Joder!" me dije " ésto debe ser que la guarra con la que me he estado refregando toda la noche me ha pegado alguna mierda!!". Aquel picor era intensisimo, y comencé a arrascarme con furia. Cuanto más me arrascaba en la perola, más me picaba, y además, empezaba a notar dos protuberancias que emergían de mis sienes, y cada vez se hacían más grandes.
Poco después, toda mi piel ebullía en picor... ¡¡Dios, cómo picaba!! parecía que había pillado la sarna, la gonorrea y la sífilis todas en una. Notaba como la piel se estiraba y se contraía, dando lugar a pequeños filamentos que salían tiesos como espinas... ¡ERA PELO! me estaba saliendo un pelo espeso y denso como las púas de un erizo.
"Dios!!!!" me dije "te juro qeu no volveré a beber más DYC en toda mi vida, pero haz que recobre la cordura!!!!!" gritaba como un cochinillo a punto de ser sacrificado.
Me empezaron a doler los brazos y las piernas... la boca empezó a separárseme de los ojos y el pecho parecía que iba a estallar.
Entonces, perdí el conocimiento.
Cuando volví en mi, me noté extraño. Parecía que estaba en una pesadilla, pero no era posible, puesto que mis sentidos percibían los sonidos de la noche, la fresca brisa en el bosque, el aroma de la hierba... "mmmmmmmmmmmm ¡¡HIERBAAA!!!" pensé, y me puse a mascar hierba como si mi vida dependiese de ello. Directamente acercaba la boca al suelo, cortaba el vegetal con los dientes y lo masticaba con tranquilidad.
No me di cuenta de lo que me había sucedido hasta pasado un buen rato: ¡¡ME HABÍA CONVERTIDO EN UN PUTO CIERVO!! :x
¡NO ME LO PODÍA CREER! Tenía pezuñas igual que los ciervos, caminaba a cuatro patas, y una magnífica cornamenta (no originada por ninguna warrilla) horadaba mi frente.
De mi asombro y mi estupor me sacó un terrible aullido que sonó preocupantemente cerca. Miré al cielo, y allí vi a la luna, grande y redonda, recortada contra el oscuro universo, que parecía esbozar una sonrisa de recochineo a modo de burla. El aullido volvió a romper el silencio de la noche, esta vez mucho más cerca, y sin pensarlo dos veces, decidí poner pies en polvorosa.
Empecé a correr por un estrecho sendero que zigzagueaba entre los arbustos, asombrado de mi nueva capacidad para trotar. ¡Era increíble! más que correr, casi se podría decir que planeaba sobre el suelo. Era tal mi ligereza, que por un momento me olvidé del motivo de mi huída. HAsta que de entre los matorrales surgió un terrible lobo que rugía como los leones de los documentales de la 2, con las mandíbulas manchadas de sangre, que le goteaba por las comisuras de los labios.
Mi pavor ante tan terrible fiera hizo que mis patas (las dos traseras y las dos delanteras) se tornasen aún más rápidas y sincronizadas. Corría como un celaje por entre los árboles, las matas, las ramas y las zarzas, pero el lobo seguía persiguiéndome: podía escuchar con total claridad su grave y entrecortada respiración.
Los pasos del lobo revelaban claramente que éste iba ganando espacio. Cuando ya casi lo daba todo por perdido, vislumbré unas luces que avanzaban con rapidez justo a mi derecha... ¡había llegado de nuevo a la carretera!. Troté como un poseso sobre el asfalto y pasé casi rozando el coche, un 206 Tuneao que avanzaba a casi doscientos por la comarcal, cuando escuché detrás de mí un terrible golpe, y el ruido de las ruedas derrapar. Giré la cabeza, y pude contemplar como el coche describía fantásticas vueltas de campana en el aire, entre volutas de carne y sangre del lobo al que había desintegrado. Finalmente, acabó estampándose en el tronco de un pino, y acto seguido, una gran bola de fuego absorbió toda la zona: el motor había explotado.
Cagado de miedo como estaba, comencé de nuevo la marcha hacia el pueblo, pero esta vez siguiendo el trazado de la carretera, siguiendo la sombra que mi extraño y modificado cuerpo describía ahora en el asfalto como consecuencia de la iluminación que despedía el fuego que comenzaba a arrasar toda la arboleda.
Llegue´ por fin al pueblo, y, rendido de cansancio, me dejé caer en el césped del parque. Me dormí, y cuando desperté lo hice en el Zoológico municipal.
¡Esto es divino!, compañeros. Aquí tengo comida gratis, y hasta me han dado una cierva que no está nada mal ... ¡qué más quiero!. Hombre, eso sí, escribir todo ésto a fuerza de pezuña ha sido bastante complicado... pero con la práctica veréis como mejora!!! :eek:
Forero del todo a cien
Clásico
Freak total
Asiduo
