A ver.. retomemos el hilo y lleguemos al carrete, copón.
Esto de las copas es algo relativo.
Hace tiempo mis amigas y yo éramos muy compulsivas a la hora de salir de fiesta y acabábamos con unas cogorzas que ni Massiel en sus tiempos mozos. Siempre nos pagábamos nuestras copas, y si nos invitaban eran amigos a los que conociamos de toda la vida de Dios y sabíamos que no iba con segundas.
Para nada comparto la idea de que por invitar a copas ya es un "avance" de lo que pueda pasar o que te prestas a ello. No. Que las hay más frescas y aceptan lo que sea, pues sí, pero no creo que ello conlleve obligatoriamente al desenlace que hubiesen querido la mayoría de los "galanes" que ofrecen a la invitación. Pero claro, es que están los que no buscan un interés por la hazaña que lo que buscan es pasar un rato agradable de conversación, y luego están los salidos babeantes que se les nota a la legua y ya, en ese caso, ahí una está lo suficientemente capacitada como para decir "No, gracias" educadamente.
Por lo tanto, ¿ahora cada vez que un tío intentase invitarme a una copa, tendría que abstenerme por que esa invitación estaría totalmente impregnada de lujuria y deseo? Yo no lo veo así.
Un saludo.