Por supuesto que entra esa ansiedad. Cuando una persona te deja, no sólo sientes el vacio de su ausencia, sino que tus rutinas cambian completamente, te sientes como precipitado al vacio sin saber qué es lo que va a ocurrir, cómo será tu vida mañana.
Eso sin contar con que de un hachazo, cortan no sólo tu presente, sino también tu futuro. A mí me dejaron justamente cuando íbamos a dar el paso a vivir juntos. Yo, "ya tenía todo hecho" y de repente zasca, con mi madre. Hace dos años, no me preocupaba para nada el mañana, pensaba que todo seguiría su curso natural. Y eso que no he sido nunca de los de querer formar una familia, siempre me he visto demasiado inmaduro como para tener un hijo. Y la propia navidad me genera ansiedad por el hecho de tener que ver a familiares y tal. Pero vaya, yo pensaba que el plan ya estaba montado y que sólo había que dejarse llevar. De repente, todo se tambaleó. Claro que genera ansiedad.
De hecho, lo primero que intentaba era susituir esa ausencia con cualquiera. Cualquiera que hiciera sonar mi móvil diciéndome algo agradable o mostrando interés por mí, me valía. Ahí estaba acojonado. Luego te das cuenta de lo patético que es estar así y vas poco a poco estabilizándote probando diferentes cosas. Probando a ser un jovencito de los que salen todos los findes. Probando a conocer chavalejas. Todas esas tonterías.
Poco a poco, sigues, como digo, estabilizándote, viendo las cosas con más claridad. Dejas de preocuparte tanto por ellas, y empiezas a centrarte en ti, te apuntas al gimnasio, estudias, buscas formas de intentar mejorar económicamente o por lo menos no empeorar y las mujeres poco a poco van pasando a un segundo plano, porque te das cuenta de que tienes mucho que arreglar en ti mismo. Inseguridades, autoestima, estabilidad emocional, laboral, económica... Hay tanto que hacer en uno mismo, hay tanto que trabajar en uno mismo y tanto que mejorar, que yo por lo menos, no me centro en las mujeres. Y no os equivoquéis, yo no voy al gimnasio con el pueril intento de ligar más en verano, aunque ese daño colateral no me disguste. Yo quiero mejorarme, quiero que la valoración personal que haga sobre mí, venga de mí y sea positiva. No quiero necesitar que alguien me diga que me quiere, lo guay que soy o lo bueno que estoy. Quiero que ese orgullo nazca de mí. Y ésa es mi motivación diaria. Simplemente tratar de mejorarme.
Ni la falta de sexo -aunque sí hubo un mes que me pajeaba como un mono- hace que me inquiete. A veces, sí hay momentos algo más melancólicos en los que te gustaría acabar la noche con alguien, no ya follando, sino simplemente viendo la tele o leyendo mientras te duermes, pero bueno, al día siguiente tienes otra oportunidad de mejorar cosas.
Lo que sí me genera ahora mismo ansiedad, y después del trabajo es mi principal preocupación, es que de mis amigos sólo uno queda soltero y él sí intenta buscar jamelga. Cuando la consiga, que espero que sea muy tarde, imagino que mi forma de ocio social se verá muy resentida, porque saldrá menos y porque cuando salga ya no querrá ir a buscar mujeres, y aunque no me preocupe el sexo ni las relaciones con las mujeres, salir e intentar ligar, es decir, tontear, es algo que sí me divierte, me gusta, y me lo paso bien.
Si se da el caso, sea cuando posiblemente piense en emigrar. De todos modos, si de aquí a verano no he conseguido mejorar laboralmente, lo haga igualmente.
No digo que esté feliz, porque feliz no lo estoy salvo en momentos puntuales -que también los tengo tristes-, pero las cosas poco a poco se normalizan y uno se adapta a lo que hay. Y si no te gusta, pues buscas la forma de cambiarlo. Y eso no quiere decir que ya esté bien, simplemente tengo la ilusión constante y diaria de mejorarme y de pelear por lo mio.