Estoy pensando basar mi dieta en la tortilla de patatah.
Es perfecta. Lo tiene todo. Nutricionalmente es completa y está de puta madre.
Me gusta hacerme tortillas de 16 huevos, duran para dos días como máximo, teniendo más opciones. Pero lo suelo considerar un follón, tanto pelar patatas. Para esto se echa la gente una mujer. O una asistenta nueva.
Tengo que industrializar el proceso, hacer la puta dieta de la tortilla y pasar a super saiyan.
En la Latina un día no sabía dónde entrar. Todo estaba bueno, pero si quería cenar de verdad, tenía que sentarme y sacar la MasterCard a fuego. Había tocado piernas, como siempre esos días. Una pareja salía de un restaurante y les pregunté si el sitio estaba bien. El tío contestó:
-Sí, sobre todo si te gusta la tortilla.
Entré y, efectivamente, había un apartado de tortillas en la carta. Pedí una de patatas con queso de cabra y cebolla caramelizada. No estaba repartido por toda la tortilla, estos dos ingredientes exóticos estaban en el centro, como si hubieran cuajado a medias los dos lados, en sartenes distintas, y puesto la mezcla en el centro al unirlas.
Una puta maravilla.
Y hoy también tocaba piernas, como casi siempre.
Hoy van a caer 12 huevos de los 16 cocinados.
Hay que mejorar la productividad.