Se están diciendo cosas muy interesantes y muy verdaderas, eso no cabe duda.
Aun así hay que reiterar que no podemos hacer una generalización absoluta. Pero si nos ponemos así, veamos al menos cómo están las cosas con las treintañeras,
en general, que no todas son así.
Es cierto que cuando se les mete entre ceja y ceja ser madres, se ponen de un penoso que no veas. Y yo las entiendo, realmente las entiendo porque son víctimas de sus instintos, al igual que yo a mis veinte años era víctima de los míos.
Pero claro, una cosa es entenderlas y otra cosa es aceptar sus imposiciones y pasar por según qué aros, cosa que yo por lo menos no estoy dispuesto a hacer.
Para ello, hace años que establecí una serie de parámetros básicos para estos casos.
Yo los pongo por si a alguien le pueden servir de algo, o al menos hacerle reflexionar un poco.
1. Minimizar la necesidad de tener pareja.
(Para el carro, treintañera)
Para mi esto es esencial. He conocido a hombres que tras quedar destrozados por matrimonios destructivos, y pese a mejorar sus criterios de selección, se embarcan en nuevas relaciones de pareja, o si no pueden, la desean desesperadamente.
Vamos a ver,
gañan, ¿tú no eres capaz de ser feliz por ti mismo?
La vida son más cosas que tener pareja.
La vida es básicamente sobrevivir. Estar sano mentalmente (eso lo principal) y físicamente (no poco importante)
Tener un mínimo de dinero para poder comer, vestir, lavarte y dormir bajo techo.
Y aparte de todo lo anterior, que es lo prioritario
siempre, bajo cualquier circunstancia, uno tiene que ser capaz de vivir la vida sin ser dependiente de un tercero.
Ya sea por sexo, o peor aun, por falta de cariño, o aun peor, por falta de autoestima. Buscar a una mujer para que nos acompañe por el camino de la vida no suele ser precisamente la mejor de las soluciones a ningún problema.
Si tienes tu propia vida y estás bien como estás, y conoces a alguien que te llene como persona, pues ya te puedes plantear algún tipo de relación con ella, pero no antes, joder, no antes.
2. Establecer tres criterios de selección.
(Esta parece maja)
No veo porqué un hombre ha de conformarse con la primera que se fije en él, que es lo que la mayoría hacen, digan lo que digan.
Lo primero en lo que me fijo es en su inteligencia emocional. Más concrétamente, en su
grado de madurez. Es decir, una mujer que sabe que lo importante en la vida es sobrevivir lo mejor y más sanamente posible, sin malos rollos, en paz y tranquilidad.
La mayoría de las mujeres ven la madurez de una forma muy retorcida: casarse, tener hijos y tener el suficiente dinero para mantenerlos. Y claro, todo hombre que no comparta esos objetivos es un inmaduro.
Lo peor es que no piensan en el futuro, en las dificultades que entraña hoy día ese estilo de vida, y en los problemas de pareja y de educar a un hijo en un ambiente de amor y de cariño. Porque aparte de comida y salud, lo que un niño necesita es amor y cariño, esa es la única y verdadera educación. Y la mayoría de los niños no la reciben.
Eso la mayoría de las mujeres ni lo contemplan: confunden la obsesión con tener un hijo con ser buenas madres, y luego llegan los problemas. Luego se dan cuenta que su capacidad de amar, de dar cariño y de ser buena madre, es mínima.
Lo segundo en que me fijo es que esa mujer
se centre en lo que puede ofrecer, no en lo que puede exigir. Casi la antitesis de la mayoría de las mujeres de hoy día.
A ver, señoras y señoritas: recibir siempre es un regalo, un regalo que se obtiene como respuesta a lo que se da. Parece que es dificil entender ese concepto, pero es realmente elemental.
Yo no estoy aquí para daros todo a cambio de sexo racionado y puntual como único pago. Metéoslo por el culo.
Cuando ya de entrada esperan de mi, exigen de mi, una serie de cosas, como que pague los dos cafés que nos estamos tomando,
mal vamos.
Cuando ya de entrada evaluan mi trayectoria vital y profesional, cuando ellas lo único a lo que aspiran es a recibir su paga mensual, y a quitarse de trabajar,
mal vamos.
Cuando ya de entrada ven la pareja como un medio para realizar su proyecto de vida personal, que nada tiene que ver conmigo: casarse con un hombre que igual puedo ser yo que igual puede ser el vecino, porque yo aquí pinto poco, lo que pinta es mi cuenta corriente y que esté dispuesto a vaciarla para satisfacer su proyecto vital.
Mal vamos.
Y lo tercero en lo que me fijo no es otra cosa que en su motivación para tener pareja.
Porque es eso. Muchas buscan pareja, pero no te buscan a ti, buscan su vida ideal, no compartir su vida contigo en concreto.
Una mujer que quiera compartir parte de su vida conmigo, tiene que ser una mujer que no me necesite para nada. Que sea
autosuficiente, que sea
buena persona, que sea
generosa y que quiera disfrutar de mi compañía por el puro placer que esta le da, sin buscar nada más que eso.
Con una mujer así yo no tengo problemas en tener una relación y compartir parte de mi vida.
Parte de mi vida, no mi vida entera, porque mi vida es mía y su vida es suya y no tenemos que volvernos siameses porque la ley y la costumbre lo diga.
Y finalmente, en lo último que me fijo (pero no lo menos importante), es en
las consecuencias, tanto positivas como negativas, que tendría tener una relación con esa persona.
(La he cagao pero bien)
Aquí entran muchos factores:
- Reloj biológico que habéis mencionado.
- Saber a ciencia cierta que el amor no dura eternamente.
- Problemas de convivencia.
- Legislación vigente (que hace
absolutamente imposible mantener una relación sentimental con una mujer sin pasar a depender de la buena voluntad de esta para que tu vida no acabe destrozada)
Teniendo esto en cuenta, ya me diréis qué posibilidades hay de formar pareja con una mujer, tenga la edad que tenga: pues ninguna, coño, ninguna.
Hoy día todo lo que pase de ser una "amiga especial con la que compartir momentos de cariño y sexo", es meterse en problemas sin necesidad.
Así está la cosa. Es lo que hay.
Por fortuna hoy por hoy no dependo de ninguna mujer para nada, tengo salud, me alimento todos los días, duermo bajo techo y soy feliz con cosas tan elementales como salir a dar un paseo por el campo o una conversación agradable con cualquier persona que se merezca mi compañía.
Por otra parte vivo solo, y es que no hay nada como saber que en tu propio domicilio lo único que hay es paz y tranquilidad, un sitio para descansar y para tener tu ocio personal sin que nadie te moleste.
Todo lo demás es comerse la cabeza con problemas que realmente no necesitamos.
Y así las cosas, ¿qué me importa a mi cómo sean un buen porcentaje de mujeres a los treinta años? ¿qué me importa lo mucho que algunas (o muchas) hayan ido saltando de polla en polla? Y principalmente ¿qué cojones me importa a mi su proyecto vital? ¿acaso soy yo su padre o les debo alguna cosa?
A esto, que comenté en cierta ocasión ante mujeres, una me dijo, como no, que era un machista y un egoísta, a lo cual le respondí que si, que mira tú que va a ser eso, que efectivamente soy un machista y un egoísta.
Pero oiga, eso aun no es ilegal ¿verdad?
Es decir, mientras yo viva solo y no tenga problemas con ninguna mujer, ni la someta
patriarcalmente a nada, puedo ser machista y egoísta, ¿o no?
Pues eso. Que soy machista, que soy egoísta, que soy hasta tacaño por no pagar sus copas, si, soy así, definitivamente, no soy alguien apto para ser pareja de casi ninguna mujer.
