Eso de los suegros me suele dar bastante yuyu si antes no me han hablado de ellos. Siempre termino cagándola, como aquella vez que me invitaron a pasar el fin de semana a la playa. Al principio todo iba sobre ruedas, las hermanas de mi exnovio con sus respectivos maridos y hijos, los suegris, mi ex y yo, una estampa chupi happy que duró a penas unas horas.
Los niños eran odiosos, las contadas ausencias de los padres me permitían soltar de vez en cuando algún que otro "apartate niñata", "como sigas molestándome te voy a dar" acompañado de un rostro serio y amenazante. Justo aparecian los padres me transformaba en un oso amoroso cariñoso y dulce, amo a los niños.
Pero a la noche los padres de él me invitaron a cenar y comenzó la terrible pesadilla... algo no iba bien dentro de mi barriguita y pasé toda la sobremesa aguantando toneladas de mierda bajo una amplia sonrisa diplomática.
Despues dejamos a los padres en casa y nos fuimos mi ex y yo a "pasear por la playa". No le dije lo que me estaba pasando, así que medio cumplí con el tema y le comenté que estaba cansada.
Por fin nos ibamos a casa y podría evacuar sin que nadie se enterase. Lo peor fue cuando al llegar estaba toda la puta familia sonriente jugando al parchis.
Casi lloro, de verdad, jamás he deseado tanto llorar como aquel día.
Aguanté la larga partidita de los cojones y nos fuimos todos a la cama. Aguanté cinco putos minutos de "cortesia" y bajé veloz al baño. Ya os podreis imaginar bajo el silencio de la noche como sonaba aquello. Una maldita tormenta de mierda.
Lo peor fue cuando empezaron a llamar a la puerta del cuarto de baño para preguntar si me encontraba bien. La verguenza me impedia hablar y la tormenta no cesaba, parecía una jodida orquesta sinfónica.
Juro que oí como a la madre se le escapaba alguna que otra risita, y rompí a llorar desesperada. Abrí la puerta y me enfrenté a la vida, la madre preguntándome si queria ir al medico, mi ex acojonao y los niños gritandome que me fuera mientras se tapaban la nariz y ponian cara de asco.