Los tests de inteligencia se idearon entre finales del siglo XIX y principios del XX con el auge de doctrinas como el darwinismo social y el laissez-faire con respecto a la estratificación social, con un pretendido determinismo biológico, una versión secularizada de los tipos de psyche que determinarían las capacidades y aspiraciones del individuo. Cuando aumentó la inmigración en los periodos de postguerra europea, se utilizaron los tests para catalogar la inteligencia según etnias, haciendo que los inmigrantes los pasaran como conejillos de indias.
Poca gente conoce su origen peyorativo y segregador, sobre todo esos padres y madres obsesionados con que su niño o niña sean de "altas capacidades", denominación posterior a "superdotados" y que le pasen algún curso. No por ahorrar y ser prácticos, sino para presumir y competir frente a las desechos genéticos de otras familias. Evidentemente hay menores de edad más inteligentes y adelantados en diferentes asignaturas, al igual que hay mejor rendimiento académico en unos alumnos que en otros. Es curioso que algunos ensayos sobre delicuentes juveniles y pícaros han concluido que su inteligencia no es menor que la media en su edad, sino que lo que les ocurre es que carecen de los conocimientos en enseñanzas regladas que se presuponen, precisamente por no estudiar y estar varios cursos por detrás. Los "superdotados" que he conocido como compañeros de estudios, no eran como dice la leyenda, individuos saturninos, inadaptados, que se aburren, etc. sino gente estudiosa con método disciplinado y buena trayectoria, además de algo que descubrimos poco a poco: eran chicos y chicas con una tremenda presión hogareña por competir y sacar mejor nota que cualquier otro.
Un profesor nos contó bromeando que cuando venían padres a verlo diciendo que su hijo era superdotado, él contestaba -o eso aseguró- diciendo: "¿Ah, sí? ¿No será superdotado sexual?"
En conclusión los únicos superdotados de los que podemos estar seguros, son estos: