Total, que tengo 34 años y sigo viviendo con mis padres porque se supone que yo iba a ser algo en la vida, en plan de super-listo y tal, pero no. Me pongo rojo en la cola del carrefur y paso los días en internez.
El caso es que mis padres son los típicos pueblerinos analfabetos, pero a mi madre de cría la adoptó una familia de comunistas así como de "no somos pobres y no hace falta que te comas al gato así que estudia", pero los genes de la subnormalidad estaba ahí (los pobres somos menos inteligentes, aceptadlo), mi madre graduada y poco más.
En fin, que tuvieron a mi hermano, y poco más tarde a mí, y sin más nos exigieron que fuesemos médicos e ingenieros, porque ellos no pudieron, así que nosotros que podíamos teníamos que serlo.
No lo fuimos, obviamente, y bajo la tutela de una madre castradora y un padre indiferente acabamos siendo los infelices del barrio.
Mientras los demás iban de vacaciones, nosotros íbamos a la hierba (mi abuela tenía vacas). Mientras los demás jugaban a fútbol, nosotros hacíamos deberes que nuestra madre nos ponía. Mientras los demás jugaban en la calle, nosotros escribíamos mil veces "No me mancharé". No me dejaron apuntarme al equipo de fútbol.
Mi hermano se ahorcó con 21 años. Seguía siendo virgen. Yo, antes de aquello, con 15 años vagué por las vías del tren, pero me rajé. Pensé "Aún puede cambiar".
Perdí la virginidad con 20 años con la más puta del grupo. Me enamoré de ella, hasta que empezó a parecerse a mi madre. Sólo quería que la quisieran, y yo no tenía amor para dar.
La muerte me da igual. En La familia de Pascual Duarte, el viejo ese asqueroso dice que a cada uno le toca su camino, y no hay forma de cambiar. Lo tomas o lo dejas. Suicídate o tira para delante. Mi hermano le echó huevos. Yo sigo viviendo con mis padres, culpándoles de todos mis fracasos posteriores. "Yo pude haber sido..." pienso. Otros no tienen ni a quién culpar.
Lo del pito pequeño no sé de quién lo heredé.
Ahora mi padre come a escondidas, mi madre se va dando cuenta de que nos mató en vida (no me dejaron estudiar informática en el 2000 porque eso no tenía salida), y yo vivo entre curros de pocos meses, paro, la paga que me dan mis padres, y mi total indiferencia.
El sexo me parece muy complicado. Mi único sueño de escribir una novela fantástica irrealizable, y una vida convencional anodina y desesperanzada. Podría morir mañana y me daría igual. Nunca molé. Nunca encajé.
La Paulaner ta rica. ILG es Reverte. La felicidad es para los ricos, y la gente con autoestima.