emil71
Novato de mierda
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- 8 Ago 2017
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El asunto es peliagudo. Hace un par de meses se mudaron al piso de enfrente un pareja de colombianos con un engendro pequeño. Al principio una alegría ya que los anteriores inquilinos eran muy ruidosos y sus comistrajos apestaban toda la escalera. Nuestra relación de vecinos se limita con él a la cortesía del saludo al cruzarse en el ascensor, pero ella me sonríe pícara enviando evidentes muestras de tensión sexual no resuelta. A su vez últimamente me vengo fijando en él más detenidamente y veo unos horarios bastante extraños, su nivel de vida se aprecia bastante desahogado, buen coche, ropa de marca. Parece amable pero hay una frialdad que se percibe en él fondo de su mirada. Bajan muy poco a la piscina pero en una de las ocasiones pude apreciar un par de tatuajes carcelarios en su cuerpo. Ella es una colombiana de piel canela y amplias caderas con a que me encantaría perrear furtivamente en los aseos pisciniles.
Solicito aquí vuestra ayuda amigos conforeros, que harían ustedes: ¿arriesgarse a follar con la bella panchita a riesgo de ser ajusticiado por su mafioso esposo? ¿preguntarle a mi vecino paisa, un día como quien no quiere la cosa guiñándole un ojo, que tal en trabajo y así intentar unirme al sicariato?
También me gustaría leer historias loleantes de sus extraños vecinos.
Solicito aquí vuestra ayuda amigos conforeros, que harían ustedes: ¿arriesgarse a follar con la bella panchita a riesgo de ser ajusticiado por su mafioso esposo? ¿preguntarle a mi vecino paisa, un día como quien no quiere la cosa guiñándole un ojo, que tal en trabajo y así intentar unirme al sicariato?
También me gustaría leer historias loleantes de sus extraños vecinos.
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