Bettersea rebuznó:
Ains hijo, a mí no me importa quedar contigo si quieres que nos conozcamos, igual que me encantaría conocer a foreros como Vaserqueno y Ilovegintonic. Pero no te plantees una infidelidad conmigo porque tú tienes novia y yo estoy empezando con un chaval muy majo.
Llevarnos bien? Seguro que sí. Pero si a mí me gustaras tú o cualquier otro forero que conociese, no querría ser la otra.
Quedar para tomarnos algo? por supuesto. Pero cuenta con que ningún hombre me ha conquistado en un día, así que no vayas sobre seguro.
Amada mía, un admin rebordesío y furioso te ha alejado de mí de la manera más vil durante dos días en este lugar, poniendo como excusa que lo citas todo en otro hilo. Para cuando pase ese tiempo y vuelvas aquí, a mí, quizá haya muerto víctima de la desesperación o me haya dado a cualquier vicio infame que me ayude a soportar el dolor tan grande que me produce tu ausencia, y ya no sea capaz de salir de él, alienado completamente por matar elfos en el WoW, inyectarme corticoides o hacerme tatuajes en todos los rincones de mi cuerpo; y me encontrarás envejecido e idiotizado por mi nueva pasión, que habrá llegado a serme tan adictiva como tu presencia virtual. Y te preguntarás ¿Dónde está mi percutador? ¿Cómo ha podido degradarse tanto hasta para no reconocerle? ¿Por qué ya no es el mismo? Pero será demasiado tarde, así que te dejo este mensaje, como botella que lanza un náufrago antes de que la locura se apodere de mí cuando en 13 horas y 21 minutos los índices de endorfina que me provocaba ver tu nick, empiecen irremediablemente a bajar y llegue el horror, el horror…
Dices que no te importaría quedar conmigo, como con algún otro forero con el que simpatizas aquí, dándome a entender que sería únicamente para saciar tu femenina curiosidad; y advirtiéndome de que en cualquier caso no me lo pondrías nada fácil y debo desconfiar de la excesiva seguridad en mí mismo que he mostrado en mi mensaje.
Pero has de entender que me hallo ante una disyuntiva, apuntada en otro hilo por nuestro común admirado Ilovegintonic, cuando afirmaba tajante que las mujeres no podíais ofrecer otra cosa que sea vuestro cuerpo. En tal caso la única razón por la que perdería unas horas de mi tiempo real contigo, tratando de parecer amable y haciendo que te escucho y río tus gracias, es tratar de conseguir llevarte a una habitación oscura y allí de pie los dos, saborear tus labios como si el tiempo no existiera, como si fuéramos, lo que somos, dos cuerpos extraños, que en ese momento y en ese lugar se juntan por la boca y por su común afán de encontrar el Placer. Sin preguntas, sin poses, sin caretas, sólo tú y yo; y nuestras lenguas. Te imagino parada en mitad de una habitación con las luces apagadas y las persianas bajadas y tú con tus ojos cerrados jugando a tenerme a un palmo de distancia, a que al principio no nos podamos tocar, sólo besar; y sabes que soy un desconocido y no deberías hacer eso, pero te gusta, como te gusta acariciar tu coñito cuando estás nerviosa o quieres dormir bien. Y lo haces. Y créeme que me excito sólo de pensarlo. Que allí a oscuras sin conocerme de nada, dejes que te toque este extraño y te desnude y acaricie tu cuerpo, sintiendo con el tacto toda la belleza y el gusto que no verte me niega. Y que tú, al fin, acerques tu mano temblorosa a mi torso desnudo y pueda sentir tu respiración; y me dejes lamerte donde yo quiera, sabiendo que está mal, que no me amas, que tienes novio, que dos extraños no hacen eso, que no me conoces de nada; pero sintiendo como yo que es maravillosa esa sensación de nervios, de excitación, de dejarse llevar por el momento de lo prohibido y abandonarse a ese manjar de los sentidos, precisamente con alguien que no te conoce, que la costumbre no ha desgastado su morbo, conmigo. Con alguien que acariciará tu cuerpo con la delicadeza y el arte que un forjador de espadas lo hace con ellas al tallarlas. ¿No sería delicioso? Pregunto. Para mí sí.
La otra opción es que nos tomemos un café por ahí, quizá alguna copa, y terminemos hablando de nuestras cosas. Al principio con nervios, sin saber muy bien qué decir, pretendiendo quedar bien, hacernos los graciosos, dando la impresión al otro de que somos tipos ocurrentes y mundanos. Examinándonos como si fuera una mutua entrevista de trabajo, luchando inconscientemente para que se rompa el silencio, que siempre acecha en cualquier momento, y ocupándolo con palabras sin sentido. Cuando yo quizá esté pensando “que bien te queda esa blusita, como me gustaría desabrochártela con la boca” y te diga “pues tienes razón en el foro se ve que la gente está muy resentida con las mujeres y el forero pascual ya le vale ¿le leíste el hilo que abrió el otro día?”. Y de esas conversaciones intrascendentes y estúpidas pasemos a otras más serenas e íntimas, como tus estudios, los míos, aficiones, opiniones de política, anécdotas, experiencias. Y posiblemente te vayas a tu casa en Rivas Vaciamadrid o dónde coño vivas pensando “es un chico agradable” o “que horror, que aburrimiento, no quedo más con él, no pensé que fuera así, que decepción, no vale tanto y además es muy soso” o “ese imbécil ya me empezó a poner nerviosa. No vuelvo a quedar con un tarado de Internet. A saber qué pone ahora en el foro”. Y puede que pase esa criba y la siguiente será quedar otra vez a ir al cine a una película que estás deseando ver con alguien tan sensible como yo que la sabrá valorar y comentar, no como los zopencos de tus anteriores novios de los cuales me has hablado varias veces, así como de su zafiedad. Porque lo mío contigo es algo especial, te convences, y no tiene nada que ver con tu novio. Simplemente soy un amigo que conociste en Internet y con el que te encanta charlar (si logro triunfar). Y entonces se abren varias vías: comerte la oreja para llegar a más, en cuyo caso me exigirías que dejara a mi novia, porque tú no eres el segundo plato de nadie (como me dirías llena de orgullo); pero eso en el caso de que te empezara a hacer tilín y a pensar tú más de la cuenta en mí, o bien dejar de vernos porque nos demos cuenta de que no sentimos nada el uno por el otro y estamos forzados en nuestros encuentros, pero sin malos rollos en el foro eso sí, o convertirme yo en tu amigo, con el que se puede hablar y es muy especial para ti, porque te escucha y le puedes contar muchas cosas.
Elige pues, la píldora azul o la roja.
Si como yo quieres sentir la pasión, como todo tiene un precio. Suele venir acompañada de un difuso sentimiento de culpabilidad que se concreta más si una ya tiene pareja.
Si por el contrario buscas conocer a alguien que te gusta como escribe y si ya luego te gusta también cómo es no te cierras a la posibilidad de que podáis veros más, pero con todas tus reservas porque te han hecho mucho daño y tal y cual. No te arriesgas y sigues el camino de baldosas amarillas trazado por millones antes que tú. Que no, no dudo que seas una persona ejemplar que me puedas aportar compañía, comprensión, conversación, y con el tiempo hasta tú más sincero cariño y quién sabe si algo más si llegas a enamorarte de mí, posibilidad que no descartas aunque la ves muy improbable…
Pero recuerda: no se trata de lo que tú valgas o no, o de lo que puedas dar, posiblemente mucho más que aquellos que dicen que no vales nada o no puedes dar nada. Sino de lo que yo quiera de ti: y yo quiero tenerte a 5 centímetros de mi cara a oscuras para respirar con ansiedad cuando humedezca mis labios con la punta de mi lengua antes de buscar los tuyos y saber que eso está mal, que no lo debería hacer, pero que me encanta. Y de lo que tú quieras de mí: saciar tu curiosidad, quedar un sábado por la noche con alguien que no conoces porque te pone nerviosa y eso rompe tu monótona rutina y luego si te gusta pretender que sea como tú quieres. O por el contrario hacer algo horrible que no hace nadie, saltándote todos tus principios, valores, enseñanzas y fidelidades pero que es mucho mejor que lo que te hace el pardillo de tu novio, eso sí muy formal, muy bueno y muy como tú quieres.
.