Armin Tamzarian rebuznó:
La risa es que diga que el salario medio europeo para un programador es de 55.000 anuales, que no tengo ni idea de si puede llegar a ser cierto teniendo en cuenta países más fuertes y todo eso. Pero si lo comparas con el salario medio español es para echarse a llorar.
Sí tienen que haber metido a tíos con sueldos estratosféricos, porque yo estoy ojiplático viendo que con esa cifra que comentas la tendencia en el mundillo start-up es tener a diez programadores,
diez. Eso si cobran.
ElHombreQueViola rebuznó:
Mi experiencia es que hacer un software de calidad a la mayoría de empresas les suda el nabLoL. Venden esperanzas de que algún día tendrán lo que pidieron originariamente, de mientras le cobran nuevos requisitos, funcionalidades que no han pedido, corrección de bugs, soporte... cuando te has dado cuenta han pasado cinco años, la aplicación es una puta mierda la empresa no puede mantener el paripé y quiebra o, peor aún, deja tirada a la empresa-administración, para volver a empezar con otra víctima. La empresa se forra a costa de cobrar a precio de oro un software que realizan becarios. Y como los españoles son subnormales y no distinguen un buen programa de una mierda pinchada en un palo y como "esté es que que me hace más barato lo que pido" es lo que se vende, así nos va.
Los desarrolladores vivieron del pelotazo como se hizo en casi todas las profesiones cuando se pudo. Es lo que pasa cuando tienes a muchos nuevos ricos que no saben ni de dónde les ha venido el dinero. Carroña y buitres, de toda la vida.
La consecuencia negativa es que es difícil para el cliente distinguir el grano de la paja a la crema y eso perjudica a los que ahora quieren medrar y se encuentran con una desconfianza brutal. Les (nos) preceden experiencias muy negativas.
No voy a mentir, en su momento di algún pelotazo, en el sentido de que cobré por encima de mis expectativas iniciales, aunque creo que me honra haber puesto toda la carne en el asador y haber hecho un trabajo más que decente.
Y ahora, como todos, también me enfrento a esa desconfianza. Pero hay que convertir los problemas en oportunidades, hacer una labor de educación del cliente y explicarle con analogías que entienda cuáles son las diferencias entre una chapuza y algo profesional.
Sin entrar en tecnicismos, pero dándole valor que le sirva de algo. No creo que haya ninguna empresa que quiera escuchar tus valoraciones sobre la superioridad de PostreSQL sobre MySQL. En cambio, sí les conviene pensar, por ejemplo, en los costes de licencias que se ahorran con un proyecto de base open source alojado en la nube. Amortizaciones, costes ocultos... Euros, de eso entendemos todos.
El problema es confundir ganar dinero con ganarlo a toda costa. Entrar en una guerra de precios y tiempos no beneficia a nadie. Al final se hacen las cosas mal de tanto recortar recursos y plazos, el cliente queda insatisfecho y el proveedor apenas gana para sobrevivir sin opción de crecer. Ahí es donde hay que saber elegir a los clientes, no coger todo lo que venga. Hay un tipo de cliente que es el más apropiado para ti, porque puede pagar lo que pides y a cambio obtener una solución que se le ajuste.
No hay que temer que ese cliente te compare con la competencia y ponga el proyecto "a concurso". Ayer mismo un cliente en ciernes me vino a llorar con el típico "es que por esta fase del proyecto en nosedonde me cobran menos". Lo que comentas sobre racanear e ir a lo barato, todos lo hacemos y todos regateamos por activa o por pasiva. Le invité de muy buen grado a que fuese a solicitar un presupuesto con ellos y le dije que se lo tramitaba yo si no quería perder tiempo, que podía ponerle en copia.
Estoy convencido de que su mejor opción es la mía. Y si para demostrárselo es necesario que tenga OTRA mala experiencia con otro proveedor, estoy dispuesto a asumirlo.
En este sentido he sido siempre muy agresivo y no me ha ido mal. Mi enfoque es el siguiente: las acciones comerciales como visitas, reuniones, llamadas, elaboración de presupuestos... Me resultan excesivamente caras. Me distraen del trabajo de desarrollo y coordinación del equipo de desarrollo (cuando lo tengo, cuando iba por libre era más crítico aún porque directamente estaba perdiendo dinero), que son lo que a mí me gusta y donde creo que aporto una diferencia. Vender no se me da mal, me ha acabado gustando y todo. Leí que el 80% de las ventas no se cierran antes del séptimo contacto comercial, por lo que asumo lo tedioso del proceso, pero más pronto que tarde surgen las comparaciones y en ese sentido es necesario el amor propio. Es como que una novia dude si no estaría mejor con otros. Le abres la puerta y le invitas a que lo compruebe. La diferencia es que a las empresas les dejo la puerta abierta.
Decir que sí a todo y quedarte con la primera que te la chupa es un error que te acaba pasando factura.