hitsfromthebong
Veterano
- Registro
- 10 Jul 2007
- Mensajes
- 1.928
- Reacciones
- 5.722
Bueno, pues vamos allá. Hilo para que el señor Eater y yo contemos nuestras historietas. Como ha señalado el señor Gintonic, lo suyo es que alguien se curre unos tuneos ahí to guapos con cada una de las historias. Señor Eater, me he permitido ir abriendo yo el hilo, espero que le mole el título del mismo, si no, decidimos otro y le decimos al señor Gintonic o a otro admin que lo cambie.
Bien, como dije, empezaré yo con una historia de guarras.
Resulta que en mis años de ligoteo por la internec las presas que cayeron en mis redes pertenecieron a todas las especies habidas y por haber: Guapas, buenorras, guapas y buenorras, feas, gordas, viejas, de todo. En esta ocasión les traigo a ustedes la historia de la gorda artista con tetas de vaca.
La contacté a través de nuestro adorado Baduc. Vivía por la zona de la estación de Santa Justa y quedamos en su casa después de una tarde noche de cháchara calentorra. Hora u hora y pico de blao blao salpicado con algunas guarradas semi sutiles y acordamos cita para la noche siguiente.
Para no llegar con una mano alante y otra atrás pasé por el super. Pillé dos paquetes de Ruffles al jamón, dos litros, una botella de vinacho barato y un paquete de lonchas de mortadela italiana ponía en la etiqueta.
Había estado mirando sus fotos y ni mucho menos me ponía palote, fue su actitud guarrona y atrevida lo que me hizo lanzarme a la pool. A medida que me acercaba al portal de su keli me iba preguntando más y más insistentemente cómo sería en persona; ¿ganaría? ¿Perdería? ¿Sería la misma puta gorda y punto?
Llegué y llamé al porterillo, ella abrió sin siquiera preguntar quien era y subí. Llego, llamo al timbre, me abre la puerta y lo que me encuentro es a una gorda con una cola de caballo cogida en la chorla, zapatillas de andar por casa de los gitanos y una camiseta de Héroes del Silencio que le llegaba casi por las rodillas.
- Pasa, pasa. ¿Qué tal? ¿Cómo estás?
- Bien, ¿y tú? Que guapa tu camiseta (mentira podrida. Odio a los putos Héroes del Silencio)
- ¿Dónde pongo esto? (el banquete del Dia%)
- Vamos pal salón y vamos tomando algo.
Nos servimos unas birras y abrimos los paquetes de papeo. Ella pone música a volumen que permitiera la conversación y empezamos a hablar.
Yo reparé en que tenía unos tetones como aviones. Sin ser muy guapa de cara y siendo un poco gordaca, los tetones compensaban bastante. Me empieza a contar putas mierdas de pintores underground del coño de su prima que tal y cual. A mi la conversación me importaba un carajo y encima no sabía seguirla. Me empiezo a impacientar y decido preguntarle si tiene algún puto cuadro pintado por ella, me dice que sí y que la acompañe a su cuarto.
Al entrar veo un par de caballetes con dos putas mierdas en lo arto que no veas. Unos lienzos manchados de chorretazos de pintura que ella defendía que uno era un paisaje lunar y el otro un canto a la libertad. Por el suelo también tenía algunos esparramaos, ahí me di cuenta que lo mejor que podía hacer era entrarle de una puta vez antes de que me comiera más el tarro con la puta pintura underground.
Le meto cuello y la tia me corresponde, pero me dice que pongamos una película o algo de fondo, que se siente más cómoda asín. Lo flipo un poco pero le digo que vale, y le pregunto por qué película quiere que ponga. Me dice que elija yo una de la tarrina de deuvedés, me pongo a bichear y elijo "Noche de miedo", dispuesto a lolearme de lo lindo, follándome a una gorda esperpéntica mientras Jerry Dandridge se dedica a morder a fulanas en el pescuezo.
La tía se quita la camiseta de Bumbury and company y aparecen dos cántaros impresionantes, se me sube encima y me los pone en la cara, a lo cual yo respondo magreandoselos a saco y escupiéndoles. Cada vez que escupía la golfona se ponía más cachonda, lo cual me dejó claro que el polvo iba a ser una cerdada.
Le tiré del pelo, le di cachetazos en el culo que espantarían a cualquier otra tía, le estrujé las tetas y las azoté además de ponerlas perdidas a base de gapos, me la follé en varias posturas y para terminar me puse en la cama en plan tortuga (como hacía Willy Fog) para que ella me lamiese el ojol culo mientras yo me pajeaba. Cuando me fui a correr la puse de rodillas, la cogí del pelo y le solté todo el yogur Hacendado en el careto; como no salió mucha cantidad lo compensé echándole un último gargajo en la frente. Todo ello mientras se oía de fondo: "¡Soy Peter Vincent! ¡El gran matavampiros!
Decidimos dormir un poco. Ya por la mañana, me levanté yo antes, bastante satisfecho porque la colega no roncó y porque había dormido profundamente. Se me antojaron churros, así que bajé a buscarlos, compré media rueda y subí, la desperté y mira tú por dónde, esta vez fui yo el que le dio de papear a la tía. Nada que ver con el caso de la Mala por ejemplo. Durante el desayuno siguió comiéndome la moral con lo mismo, que si este pintor tal y que si ese pintor cual. Se me vino a la cabeza una frase de las que Turbo soltaba en las parodias de sus primeros vídeos de Cerdillas, con tanta virulencia que me salió por la boca en voz alta: "¿Por qué no me comes un poco la polla?"
La respuesta de ella fue: "Pues mira, me has invitado a desayunar, así que te lo mereces". Se puso de rodillas en el suelo, entre mis patas abiertas, cogió el nabo y lo dejó como el cráneo de Mister Proper mientras yo me zampaba dos churros que habían quedao encima del papel de estraza lleno de churretones de aceite.
Una vez me hube corrido, hice el gesto de mirar la hora y me espanté de lo tarde que se me había hecho (tarde para llegar al keli y tirarme en el sofá a ver chorradas en la tele). Me vestí, me despedí y me llevé la botella de vinacho, como no la habíamos abierto al final me la llevé yo, pa que se la beba ella me la llevo yo para ofrecerla a mis distinguidas visitas.
Hablamos un par de veces más pero nunca volvimos a quedar. Yo andaba currándome a una casada y ella solo lo intentó una vez, el que nos volviésemos a ver digo, así que a tomar por el ano. Una de mis conquistas más fugaces, menos agraciadas físicamente, pero que sin embargo recuerdo a menudo por el LOL que me supuso.
Banda sonora original de la velada:
Bien, como dije, empezaré yo con una historia de guarras.
Resulta que en mis años de ligoteo por la internec las presas que cayeron en mis redes pertenecieron a todas las especies habidas y por haber: Guapas, buenorras, guapas y buenorras, feas, gordas, viejas, de todo. En esta ocasión les traigo a ustedes la historia de la gorda artista con tetas de vaca.
La contacté a través de nuestro adorado Baduc. Vivía por la zona de la estación de Santa Justa y quedamos en su casa después de una tarde noche de cháchara calentorra. Hora u hora y pico de blao blao salpicado con algunas guarradas semi sutiles y acordamos cita para la noche siguiente.
Para no llegar con una mano alante y otra atrás pasé por el super. Pillé dos paquetes de Ruffles al jamón, dos litros, una botella de vinacho barato y un paquete de lonchas de mortadela italiana ponía en la etiqueta.
Había estado mirando sus fotos y ni mucho menos me ponía palote, fue su actitud guarrona y atrevida lo que me hizo lanzarme a la pool. A medida que me acercaba al portal de su keli me iba preguntando más y más insistentemente cómo sería en persona; ¿ganaría? ¿Perdería? ¿Sería la misma puta gorda y punto?
Llegué y llamé al porterillo, ella abrió sin siquiera preguntar quien era y subí. Llego, llamo al timbre, me abre la puerta y lo que me encuentro es a una gorda con una cola de caballo cogida en la chorla, zapatillas de andar por casa de los gitanos y una camiseta de Héroes del Silencio que le llegaba casi por las rodillas.
- Pasa, pasa. ¿Qué tal? ¿Cómo estás?
- Bien, ¿y tú? Que guapa tu camiseta (mentira podrida. Odio a los putos Héroes del Silencio)
- ¿Dónde pongo esto? (el banquete del Dia%)
- Vamos pal salón y vamos tomando algo.
Nos servimos unas birras y abrimos los paquetes de papeo. Ella pone música a volumen que permitiera la conversación y empezamos a hablar.
Yo reparé en que tenía unos tetones como aviones. Sin ser muy guapa de cara y siendo un poco gordaca, los tetones compensaban bastante. Me empieza a contar putas mierdas de pintores underground del coño de su prima que tal y cual. A mi la conversación me importaba un carajo y encima no sabía seguirla. Me empiezo a impacientar y decido preguntarle si tiene algún puto cuadro pintado por ella, me dice que sí y que la acompañe a su cuarto.
Al entrar veo un par de caballetes con dos putas mierdas en lo arto que no veas. Unos lienzos manchados de chorretazos de pintura que ella defendía que uno era un paisaje lunar y el otro un canto a la libertad. Por el suelo también tenía algunos esparramaos, ahí me di cuenta que lo mejor que podía hacer era entrarle de una puta vez antes de que me comiera más el tarro con la puta pintura underground.
Le meto cuello y la tia me corresponde, pero me dice que pongamos una película o algo de fondo, que se siente más cómoda asín. Lo flipo un poco pero le digo que vale, y le pregunto por qué película quiere que ponga. Me dice que elija yo una de la tarrina de deuvedés, me pongo a bichear y elijo "Noche de miedo", dispuesto a lolearme de lo lindo, follándome a una gorda esperpéntica mientras Jerry Dandridge se dedica a morder a fulanas en el pescuezo.
La tía se quita la camiseta de Bumbury and company y aparecen dos cántaros impresionantes, se me sube encima y me los pone en la cara, a lo cual yo respondo magreandoselos a saco y escupiéndoles. Cada vez que escupía la golfona se ponía más cachonda, lo cual me dejó claro que el polvo iba a ser una cerdada.
Le tiré del pelo, le di cachetazos en el culo que espantarían a cualquier otra tía, le estrujé las tetas y las azoté además de ponerlas perdidas a base de gapos, me la follé en varias posturas y para terminar me puse en la cama en plan tortuga (como hacía Willy Fog) para que ella me lamiese el ojol culo mientras yo me pajeaba. Cuando me fui a correr la puse de rodillas, la cogí del pelo y le solté todo el yogur Hacendado en el careto; como no salió mucha cantidad lo compensé echándole un último gargajo en la frente. Todo ello mientras se oía de fondo: "¡Soy Peter Vincent! ¡El gran matavampiros!
Decidimos dormir un poco. Ya por la mañana, me levanté yo antes, bastante satisfecho porque la colega no roncó y porque había dormido profundamente. Se me antojaron churros, así que bajé a buscarlos, compré media rueda y subí, la desperté y mira tú por dónde, esta vez fui yo el que le dio de papear a la tía. Nada que ver con el caso de la Mala por ejemplo. Durante el desayuno siguió comiéndome la moral con lo mismo, que si este pintor tal y que si ese pintor cual. Se me vino a la cabeza una frase de las que Turbo soltaba en las parodias de sus primeros vídeos de Cerdillas, con tanta virulencia que me salió por la boca en voz alta: "¿Por qué no me comes un poco la polla?"
La respuesta de ella fue: "Pues mira, me has invitado a desayunar, así que te lo mereces". Se puso de rodillas en el suelo, entre mis patas abiertas, cogió el nabo y lo dejó como el cráneo de Mister Proper mientras yo me zampaba dos churros que habían quedao encima del papel de estraza lleno de churretones de aceite.
Una vez me hube corrido, hice el gesto de mirar la hora y me espanté de lo tarde que se me había hecho (tarde para llegar al keli y tirarme en el sofá a ver chorradas en la tele). Me vestí, me despedí y me llevé la botella de vinacho, como no la habíamos abierto al final me la llevé yo, pa que se la beba ella me la llevo yo para ofrecerla a mis distinguidas visitas.
Hablamos un par de veces más pero nunca volvimos a quedar. Yo andaba currándome a una casada y ella solo lo intentó una vez, el que nos volviésemos a ver digo, así que a tomar por el ano. Una de mis conquistas más fugaces, menos agraciadas físicamente, pero que sin embargo recuerdo a menudo por el LOL que me supuso.
Banda sonora original de la velada: