sargentocubata rebuznó:
No tergiverses obviando "en determinadas circunstancias extremas". Yo, por ejemplo, si por cojones me viera obligado a elegir, siempre escogería chupar polla antes que me taladren el orto. Es cuestión de preferencias.
(...)
.
No es cuestión de preferencias, es cuestión de virilidad. Hace meses, por donde estará, escribi un magnífico post donde establacía una clasificación de las prácticas sexuales que podrian darse entre dos hombres y el grado de homosexualidad implícito a las mismas. Con la gracia y la coherencia que me caracteriza, determiné, sin réplica posible, que chupar pollas es de auténticos machotes mientras que sodomizar a un semejante, es claramente compatible con un mariconismo galopante. Ser sodomizado, era más bien neutro, no definia claramente al individuo cuyo ano era profanado.
Para romper un culo hay que estar motivado, hay que erectarse, disfrutar de ver bajo tus huevos los huevos de tu enemigo, sentir su balanceo rozandote y rescatar tu polla de su culo peludo y seguramente enmierdado. Por el contrario, chupar pollas es un acto pasivo, que se puede hacer con igual de solvencia, con o sin motivación. Es una acción mecánica, repetitiva y que no requiere el menor interés, tan sólo un mínimo de paciencia y cuidado. En el mundo de la prostitución, las mamadas, por ser más sencillas, son mucho menos onerosas que el sexo anal. Aqui la cosa se pone serie y la tarifa sube sensiblemente, pues el esfinter tiene sus propios caprichos y si no accede a dejar el paso libre, el coito se complica hasta el imposible.
Recordad, queridos niños, si queréis mantener vuestra masculinidad impoluta, ante un culo de varón abierto que se os ofrece, y una polla que pide consuelo oral, clavaros de rodillas y pensar en los caballitos de la feria, subiendo y bajando, subiendo y bajando, subiendo y bajando...