YonatanMiguel
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- 29 Sep 2019
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A veces, hijos de puta, parece que estéis guardándoos los hilos para soltarlos en mitad del fracachat, que es como si tuvierais la semilla de una planta y esperaseis a ponerlas en la tierra justo están los pájaros picoteando. Yo me cago en vuestros putos muertos. @cuellopavo, va por ti, hijo de puta.
Lo peor de viajar es el resto de viajeros. Lo peor de viajar es darte cuenta de que no estás solo. Uno quiere ser el único en el sitio a donde va, el único viajero, el único turista, uno quiere ese solipsismo. Es especialmente molesto cuando ese otro viajero es de tu país. Puedes no ser el único viajero, pero si eres el único español, pues mira, ni tan mal. Pero eso es casi imposible. Me he econtrado españoles en todos los países donde he estado. En París unos montando bulla en la Torre Eiffel. En Londres, en cualquier esquina. En Coimbra hace más de veinte años unos dando por culo pidiendo tabaco al oírme hablar en español con mis amigos. En Berlín. En Nueva York, montando bulla, para variar. En Buenos Aires uno no tiene la sensación de haber siquiera salido de España. En Noruega, en lo alto del Preikestolen, alguien a grito pelao jodiendo la gracia de estar a seiscientos metros sobre el fiordo. En Santorini no hacia falta ni que fueran españoles: en ningún sitio vi más turista junto. Qué decir de Praga, donde de repente empiezo a oír mi nombre a mis espaldas y era la dueña de mi gestoría. No hay manera de ir a ningún lado sin que te recuerden que eres un turista y te jodan la sensación de estar ahí tú solo. Sólo en un sitio me ha pasado, y no fue en la remota jungla tailandesa donde, durmiendo en una cabaña, tuve que oír a unos hablando en catalán fuera: en Minsk. Ahí sí que no ves a un puto turista. Ahí sí que eres el único extraño, el único que no entiende los carteles, ahí sí que te miran raro y se asombran de que hables otro idioma.
Lo peor son los demás. El infierno son los otros.
Todos los sitios son un parque temático en el que los lugareños odian esos especímenes huecos y ruidosos.