JesusChristo rebuznó:
Hace un par de dias estába en uno de los andenes de autobuses de la Plaza de Castilla, en hora punta, y un tipo que estaba al lado mía desapareció de pronto, dejando una bolsa grande, con algo dentro en el suelo, a diez centímetros de mi, el muy hijoputa.
Rápidamente me puse a mirar la bolsa desde todos los ángulos, intentando adivinar qué habia dentro, y en un momento ya estábamos cinco personas todas mosqueadas alrededor del bulto, poniendo caras raras, y buscando con la mirada al dueño de la bolsa.
Al cabo de unos quince segundos apareció otra vez el tipo, totalmente despreocupado, y tuvo que flipar porque se encontró con que estábamos todos con gestos de rencor, y nuestras caras decían 'hijo de la gran puta' con la mirada.
Hubiera sido muy surrealista decirle algo, pero más de uno nos quedamos con las ganas de hacerlo.
Nos estamos volviendo todos locos con toda esta mierda.
A mi este verano me pasó algo parecido en Italia. Teniamos que ir en tren desde Florencia hasta Pisa, una hora y media de recorrido aproximadamente. Eso que al subir al tren y sentarme, me pide fuego un tipo con aspecto de moro que había en el vagón, le doy y me dice "un momento, ahora te lo devuelvo". Ok, pensé que iria a fumarse un porrillo al baño, ya que se metió en él.
Seguimos con el viaje, y al cabo de unos 10 minutillos sale el moro y me devuelve el mechero. Perfecto. Y en eso que un colega mío va al baño, vuelve y nos dice que hay una mochila en la basura del baño. La gente no se lo acaba de creer y eso que voy yo y lo corroboro, abriéndola un poco y vislumbrando un trozo de papel de aluminio.
Los siguientes minutos, hasta a falta de unos 10 o 15 minutos para llegar a destino, fueron de bastante tensión, hablamos sobre llamar al revisor (la verdad que no lo vimos), pensé en tirar la mochila por la ventana del WC aunque todos me dijeron que no (pues vale), y a punto de llegar a Pisa, no pude aguantar más, abrí la mochila con suma delicadeza y me encuentro unos pañales, unas galletas y una camiseta de niño, y también un par de potitos.
No sé quien fue el hijo puta que se le ocurrió dejar eso ahi, pero desde luego que me hizo pasar uno de los peores viajes en tren de mi vida.