Yo quería recomendar Taberna Pepe en Córdoba.
Tenía alguna foto mala para apoyar la recomendación, pero las tengo en el teléfono viejo y ahora no sé si las voy a conseguir pasar, así que me apoyaré con fotos de internet.
Inicio - Restaurante Casa Pepe de la Judería
Yo había leído ya reseñas, porque me gusta localizar sitios para comer bien, si tengo al parejo mal comido me da un día espantoso y se pone gruñón lo que indefectiblemente nos lleva a una bronca que no me conviene para disfrutar de sitios nuevos.
En el hotel al registrarnos nos recomendaron este sitio y otro y nos ofrecieron la posibilidad de reservar mesa, lo cual pareció adecuado con la cantidad de gente que pululaba por la judería. Fue una buena decisión porque luego había mucha gente esperando por mesa a que se levantara alguno del primer turno.
Después de dar unas vueltas por la judería, donde me perdía todo el rato al principio, llegamos entre aquellas calles estrechas a la Taberna de Pepe.
Adornada muy barrocamente para la navidad, pero creo que los ornamentos serán también excesivos para mi gusto el resto del año, pero a los extranjeros les gustaba mucho. Muchos cuadros, muchos adornos, todo lleno de cosas. A nosotros nos acomodaron en el patio, un típico patio cordobés.
Nos trajeron de tapa aceite para untar. Venta del Barón, de Priego de Córdoba. Buenísimo.
No sé si sería éste, pero si no lo era, primoh de él.
Fue uno de los grandes descubrimientos y lo compraré. Al parejo le gusta el pincho de aceite de vez en cuando y tengo varios, pero no éste.
Yo quería comer algo típico de la zona, y el salmorejo lo tengo conocido y había oportunidad de comerlo de pincho en muchos sitios, así que me pedí la mazamorra. Dicen que es el antecesor del salmorejo, antes de que hubiera tomate en España. No sé yo.
Es una sopa fría con almendras, mejillones, mucho ajo y uva roja. Éste en concreto tenía dos uvas y dos mejillones. Y mucho ajo, a mí me encantó, al parejo algo menos.
Croquetas de bacalao con piñones, buenísimas.
Yo tomé merluza con suquet y puerros. Y el parejo rabo de toro.
De postre un pastel cordobés. Que es hojaldre y cabello de ángel. No tenía ni idea! Muy bueno.
Dos cafés y un orujo. Y una botella de un vino joven de toro.
Ochenta euros. La comida muy buena de calidad, sin mucho tiempo de espera, caliente, el camarero muy agradable, el lugar acogedor, y no se me hizo excesivamente caro.