Es que ojito lo que tenemos aquí: una persona cualquiera paga al final el 50% de lo que gana; uno de estos, un 80%. La voracidad del estado es insaciable. Es absolutamente demencial. El estado está tan absolutamente sobredimensionado, tan brutalmente hipertrofiado, que todo es poco para financiarlo. Y cada vez crece más y más y más: más funcionarios, más administraciones, más empresas estatales, más organismos dependientes de organismos que dependen de un suborganismo de una pata de una consejería de una comunidad autónoma, y todo con sus enchufaos, sus consejeros, sus sedes, sus contratas, sus empleados, sus proveedores...
El problema de los altos impuestos es esto, este estado voraz, gargantuesco, que se lo come todo y nunca está satisfecho. Habría que adelgazar, amputar, cercenar una buenísima parte del mismo, y según vayas cortando administraciones duplicadas e inútiles, ir rebajando impuestos. Seguro que así no se iban tantos.