Sí, la interfecta era una joyita. Y eso que era una tía de lo más normal con "treinta y muchos" - "cuarenta y pocos". Digamos que para mejorar la raza no estaba, pero sin caer en la categoría de repulsiva.
La cosa siguió con un comentario de la casa "no soy un vicioso" y una cara de :27 del escombro. Lo mejor fue cuando la amiga que la acompañada (conocida de servidor) le dijo de irse a casa y le soltó que se quedaba conmigo, que
íbamos a ir a una disco cercana (ya haciéndome planes y todo la hija de su madre). A lo que ya le adelanté que nanay de la china. Me invito a un chupito y ahí volví a subir el listón al pedirlo de
cerveza con lo que la señorita ya no sabía que hacer.
Al final le dije de ir a un garito que ejerce de "after-pub" y echarnos unas pintas, pero me soltó que el barrio era de pijos y que no lo pisaba. Tócate los cojones. Ella se fue sola a la disco y yo a mi garito. Y ahí se acabó la historia del hombre superior que pasa de las mujeres que no están cañón 8-)
Pd. Lo mejor es que cuando pillé el pedo fui a la disco a buscarla pero no me dejaron entrar de gorra y no hubo final feliz