@Alcaudon
Ah, no me había dado cuenta. Comience. Mejor las cosas una a una. Aunque por lo que he expuesto anteriormente probablemente le desconcierte lo que le diga.
Bien, empiezo desde cero, así usted pilla el ritmo y de lo que quiero debatir.
¿Occidente ha sido el culmen histórico gracias o pese al cristianismo?
Muchos achacan la grandeza que alcanzó Occidente —y hablo en pasado— al cristianismo, a la raza, al carácter.
Bien, voy a tratar de ser objetivo.
La historia de Occidente comienza de forma agnóstica, mayormente.
Comienza con la lógica.
Aunque los griegos son considerados politeístas, esto sólo aplicaba a la plebe y sus diversos rituales, dado que los intelectuales jamás creyeron en Zeus, Afrodita, Hermes ni en la puta madre de Poseidón; prueba de ello es que no se conformaron con la teogonía, creando la filosofía natural que desembocaría en ideas como el demiugo: necesitaban algo más allá de las epopeyas heroicas.
Todo comienza con Tales de Mileto, cuando se da cuenta de que, bajo las mismas circunstancias, los cuerpos se comportan siempre igual. Es decir, hay una "ley" fundamental que no obedece a ningún capricho divino.
A partir de ahí, desarrollan la lógica, la ética, la estética, la metafísica, la moral, la política, la geometría y los primeros pasos hacia un mundo dominado por la mente.
Pero se quedan en una anécdota histórica.
Es Roma la que toma el relevo y lo lleva a la praxis.
Ingeniería e infraestructura, burocracia, servicios públicos y, lo más importante, el derecho romano.
Todo sigue naciendo desde intelectuales de marco agnóstico, a rasgos generales.
Grecia siembra y Roma lo hace germinar, Occidente ya será un referente histórico y cultural durante milenios.
Pero llega la Edad Media y, pese a lo que digan algunos románticos, lo cierto es que todo se va a la mierda.
El hermetismo cristiano cierra filas ante cualquier idea nueva, y las antiguas las filtra hasta casi hacerlas desaparecer.
La poca cultura que queda es cosa de frailes copistas y algún filósofo teólogo que aporta poco más que el Principio de Economía de Ockham.
Ay, pero llega el Renacimiento.
Los intelectuales viajan al mundo árabe, redescubriendo su propio pasado a través de la preservación musulmana.
Y nace la doctrina que cambiaría el mundo para siempre: el Humanismo; o, en otras palabras, la mejor forma de dignificar a Dios es dignificando a su mayor creación, el hombre, siguiendo el discurso paulinista.
Sin el
Imago Dei, seguiríamos como el resto de culturas del mundo, dígase, en la mierda.
El Humanismo explora la raíz grecolatina, perdida hace un milenio, copiando su arquitectura, escultura, mitología, incluso tratan de recrear su música sin haber partituras, sólo a partir de la mera evocación.
Pasamos del teocentrismo al antropocenismo, y llega la mayor revolución de la Historia desde la época de Tales.
El camino natural nos lleva a la Ilustración, donde todo toma su forma final: republicanismo moderno, constitucionalismo, liberalismo clásico, método científico, racionalismo, justo a finales del Barroco.
Se fundan los EEUU, la primera patria republicana, liberal y con constitución inviolable. Francia lo intenta copiar, pero todo sale como el culo.
Ese modelo, el de la masonería cristiana, marca lo que el resto de sociedades con dos dedos de frente copiarían: derecho, economía, parlamentarismo, libertad religiosa y de expresión, estética, moral, arte, método científico, filosofía, y todo lo que hoy damos por sentado.
El culmen llega en 1948 con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, heredera directa del republicanismo platónico, derecho romano, Paulinismo, la Magna de 1215, el Humanismo, las Leyes de Burgos, la Ilustración y la Constitución de EEUU.
Por supuesto, Occidente y el cristianismo han sido responsables de atrocidades indescriptibles, de hecho las peores de la Historia —regímenes totalitarios europeos—, nadie lo niega.
Pues Marx y sus herederos directos o indirectos beben directamente del Paulinismo y la Ilustración.
En fin, este es mi primer argumento, tengo sueño.