Victor I
Freak
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Prometí a Jaldre que terminaría este atisbo de acto teatral que comencé anoche. Pero como soy un flojeras, apenas he podido escribir unas pocas líneas. Aprovechemos la ocasión para erigir una obra colectiva y monumental al estilo de la mitología griega y unamos nuestra voces para terminar esta historia que hable de nosotros y nos perpetue y sirva de ejemplo para las generaciones que nos sucedan. La Humanidad nos lo reclama.
ACTO I
Escena 1.
En el escenario, vestido únicamente con un minúsculo tanga de vinilo rojo, Cancer de Colón se pasea nervioso, braceando en el espacio vacío luchando contra enemigos invisibles a los que lanza terribles y desordenados puñetazos. Su discurso de compone de un balbuceo histérico, inconexo, apenas comprensible de frases entrecortadas y furiosas
Cancer de Colón- Oh, malditos perros del averno, bastardos, hijos de las mil leches, bestias de zahúrda amamantados con esperma de cabrón. ¿Que? ¿Que? ¿Que? ¡No os ocultéis entre las sombras cobardes de vuestra infecta taumaturgia! ¡Venid, animales de pocilga, desvaríos delirantes de una naturaleza cruel!
Aparece, entre fulgores y áureos destellos, una figura portentosa, con su torso desnudo y pétreo como una estatua clásica.
Redivivo- ¿Que alaridos tan terribles son estos que oigo? Mas, ¿que ven mis ojos? Si duda es Cancer de Colón presa de algún funesto encantamiento. Es extraño en un hombre tan cabal y contenido proferir semejantes gritos de espanto y locura. Amigo Cáncer, ¿que mal turba tu espíritu obligandote a comportarte con un enajenado?
Cancer de Colón- Nada que un humano, por muy noble y alabado que sea, pueda remediar, valiente Redi. Es asunto de los dioses decidir si ponen fin a mis desdichas. Una emboscada es la causa de mi feral ofuscación. Malditos, impíos sarracenos, abortos de la media luna, supersticiosos de caldero. Por la espalda y en número muy superior cayeron sobre mi y redujeron con sus traicioneros golpes mi heroica resistencia. Una vez vencido, desfallecidos mis miembros, indefenso como un niño, abusaron de mi virginal recto
Redivivo.- ¡Debes vengarte! Cuenta por la fuerza de mi brazo y el filo de mi espada. No demoremos nuestra partida, antes de la noche sabremos si el Destino nos favorece o sin embargo es una muerte ignominiosa y sodomita la que nos espera.
Cancer de Colon-Nunca fui un hombre al que le temblara la mano al acercarla al acero, y sin embargo...
Redivivo-Y sin embargo, ¿que? Hablad, pues lícito que os escuche como a un hermano, siempre os consideré de esta manera. No vereis el reproche en mi ojos, pues no es la deshonra de la cobardía algo que pueda mancillaros a mis ojos.
Cancer de Colon-Sin embargo los años han hecho su labor en mi naturaleza de mortal. Me ha de pesar esta empresa, hay negros augurios, como carroñeros buitres, sobrevolando mi cabeza. ¡Quien pudiera enfrentarse a los espantos de la muerte o a la incierta batalla sin temor a ver su vida doblegada bajo la ira de sus enemigos.
Redivivo-Detened vuestra lengua, tres hombres se acercan y por mi vida juro que jamás vi figuras más egregias ni porte mas celestial. Si mi mente me permitiera creer en hechizos a fe mía que podría jurar sobre las Sagradas Escrituras que se trata de tres ángeles descendidos desde las Alturas. Que hermosos son...
Mundele, Main Man y ILG, vestidos túnicas blancas y portando sobre su cabeza el nimbo de los santos católicos, se aproximan levitando sobre el suelo. Sus ropas desprenden toda clase de destellos acrisolados, relámpagos y fluorescencias. En su rostro la grandeza de la divinidad se advierte al instante.
(Los tres con tonante voz)
-¡CANCER DE COLÓN! Tus súplicas han sido escuchadas, LOL esta de tu parte, nada debes temer, pues...
Que pase el siguiente al continuar esta obra que ha maravillar a los siglos venideros.
ACTO I
Escena 1.
En el escenario, vestido únicamente con un minúsculo tanga de vinilo rojo, Cancer de Colón se pasea nervioso, braceando en el espacio vacío luchando contra enemigos invisibles a los que lanza terribles y desordenados puñetazos. Su discurso de compone de un balbuceo histérico, inconexo, apenas comprensible de frases entrecortadas y furiosas
Cancer de Colón- Oh, malditos perros del averno, bastardos, hijos de las mil leches, bestias de zahúrda amamantados con esperma de cabrón. ¿Que? ¿Que? ¿Que? ¡No os ocultéis entre las sombras cobardes de vuestra infecta taumaturgia! ¡Venid, animales de pocilga, desvaríos delirantes de una naturaleza cruel!
Aparece, entre fulgores y áureos destellos, una figura portentosa, con su torso desnudo y pétreo como una estatua clásica.
Redivivo- ¿Que alaridos tan terribles son estos que oigo? Mas, ¿que ven mis ojos? Si duda es Cancer de Colón presa de algún funesto encantamiento. Es extraño en un hombre tan cabal y contenido proferir semejantes gritos de espanto y locura. Amigo Cáncer, ¿que mal turba tu espíritu obligandote a comportarte con un enajenado?
Cancer de Colón- Nada que un humano, por muy noble y alabado que sea, pueda remediar, valiente Redi. Es asunto de los dioses decidir si ponen fin a mis desdichas. Una emboscada es la causa de mi feral ofuscación. Malditos, impíos sarracenos, abortos de la media luna, supersticiosos de caldero. Por la espalda y en número muy superior cayeron sobre mi y redujeron con sus traicioneros golpes mi heroica resistencia. Una vez vencido, desfallecidos mis miembros, indefenso como un niño, abusaron de mi virginal recto
Redivivo.- ¡Debes vengarte! Cuenta por la fuerza de mi brazo y el filo de mi espada. No demoremos nuestra partida, antes de la noche sabremos si el Destino nos favorece o sin embargo es una muerte ignominiosa y sodomita la que nos espera.
Cancer de Colon-Nunca fui un hombre al que le temblara la mano al acercarla al acero, y sin embargo...
Redivivo-Y sin embargo, ¿que? Hablad, pues lícito que os escuche como a un hermano, siempre os consideré de esta manera. No vereis el reproche en mi ojos, pues no es la deshonra de la cobardía algo que pueda mancillaros a mis ojos.
Cancer de Colon-Sin embargo los años han hecho su labor en mi naturaleza de mortal. Me ha de pesar esta empresa, hay negros augurios, como carroñeros buitres, sobrevolando mi cabeza. ¡Quien pudiera enfrentarse a los espantos de la muerte o a la incierta batalla sin temor a ver su vida doblegada bajo la ira de sus enemigos.
Redivivo-Detened vuestra lengua, tres hombres se acercan y por mi vida juro que jamás vi figuras más egregias ni porte mas celestial. Si mi mente me permitiera creer en hechizos a fe mía que podría jurar sobre las Sagradas Escrituras que se trata de tres ángeles descendidos desde las Alturas. Que hermosos son...
Mundele, Main Man y ILG, vestidos túnicas blancas y portando sobre su cabeza el nimbo de los santos católicos, se aproximan levitando sobre el suelo. Sus ropas desprenden toda clase de destellos acrisolados, relámpagos y fluorescencias. En su rostro la grandeza de la divinidad se advierte al instante.
(Los tres con tonante voz)
-¡CANCER DE COLÓN! Tus súplicas han sido escuchadas, LOL esta de tu parte, nada debes temer, pues...
Que pase el siguiente al continuar esta obra que ha maravillar a los siglos venideros.