Territorio Comanche: El Consultorio de Filimbi patrocinado por Bershka
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Muerto por dentro+
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Filimbi rebuznó:
Frikazo
Leyenda
Filimbi
Muerto por dentro
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carapito rebuznó:
Pues la verdad que nunca las he contado pero bastantes para mi edad, aunque podrían ser mucho más si quedase con las que me dan la tabarra con quedar, pero como dije, tengo que jugar al mus, a la play y hacer más cosas.
No tengo objetivo, mi objetivo es vivir y pasarlo bien
VindiNardo
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Habia leido de la existencia de agentes infiltrados de la Agencia seguridad americana a lo largo y ancho de la red pero no me imaginaba que James bond moderara esto 
AROMATHERAPY for hair and skin lo que me he reido con esa mierda.
La vestimenta es muy importante a la hora de atraer a feminas. A mi personalmente la ropa que mas me gusta es la de El Corte Ingles, pero como no todos somos millonetis estaria bien ver los puntos de vista y consejos segun las edades. Las tiendas que cita Filimbi esta bien para edades de 20-30.
Los que os compra la ropa la parienta o la madre, lo hacen en el mercadillo y luego os dicen que fueron a tal o cual sitios. Abrid los ojos. :D
AROMATHERAPY for hair and skin lo que me he reido con esa mierda.La vestimenta es muy importante a la hora de atraer a feminas. A mi personalmente la ropa que mas me gusta es la de El Corte Ingles, pero como no todos somos millonetis estaria bien ver los puntos de vista y consejos segun las edades. Las tiendas que cita Filimbi esta bien para edades de 20-30.
Los que os compra la ropa la parienta o la madre, lo hacen en el mercadillo y luego os dicen que fueron a tal o cual sitios. Abrid los ojos. :D
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VindiNardo rebuznó:Habia leido de la existencia de agentes infiltrados de la Agencia seguridad americana a lo largo y ancho de la red pero no me imaginaba que James bond moderara esto
La verdad es que no sé qué cojones dicen de aromatherapy, si es una tienda de productos de afeitado y similares. De afeitado clásico, por supuesto.
Jandrov
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ilovegintonic rebuznó:
De tener 1000€ para gastar en un traje, sin duda lo haría en alguna de las múltiples sastrerías que hay en esa ciudad.
Mis felicitaciones, respetos y sincera y sana envidia si viste algo así (cosa que debe hacer, ya que me suena haber leído algo de sus estilismos con camisas de doble puño a medida y chaquetas Hackett)
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Jandrov rebuznó:
Si te quieres comprar un traje en Savile Row tendrás que preparar unas 3.000 pounds. Con 1.000 € te llevarás un par de camisas como mucho. Sigue ahorrando..............
Jandrov
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Hombre, ese que he posteado apenas supera los mil euros. Se hubiese ahorrado usted un disgusto foril con solo pulsar el link de ILG.
En cualquier caso, es de lana, cashmere y seda, así que la relación calidad/precio es cojonuda.
Voy a pedir un préstamo a Caja Madrid y vuelvo.
En cualquier caso, es de lana, cashmere y seda, así que la relación calidad/precio es cojonuda.
Voy a pedir un préstamo a Caja Madrid y vuelvo.
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Jandrov rebuznó:
Pero con ese traje pareces un dependiente del Corte Inglés yendo a tomar café a casa del futuro suegro.
Y ILG pondrá fotos de Savile Row pero seguro que se compra la ropa en Marks & Spencer :1
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le sauternes rebuznó:
Qué va, tío, en lo que llevo aquí aún no me he pillado nada, pero a las sastrerías de Savile Row y a las camiserías de Jermyn St ya les he echao el ojo porsiaca.
De todas formas, esto va de comprarse movidas en el Bershka.
EN EL BERSHKA.
Filimbi
Muerto por dentro
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Qué pedante eres, amigo, pero mucho. No todos podemos ni queremos llevar trajes de 3000 pavos, a ver si os entra en la puta cabeza. Un chaval de 24 años como yo sin oficio ni beneficio no va a llevar un traje de 3000 napos a jugar al mus o a hacer botellón, hostias.
Jandrov
Freak
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Spawner rebuznó:
Ese es el tema.
Obviamente, el que puede gastarse 500€ en una americana o 1000, 2000 o 3000€ en un traje no va a comprar en Zara, pero el que puede gastar 100€ y elige Berskha antes que Zara suele: a) ser un kinki, b) no tener un mínimo de vergüenza y c) ser un kinki sinvergüenza.
Y ojo, hablo de 100€, no una cantidad superior porque se que puedes entrar en periodo de rebajas a una de las tiendas y salir vestido de ciudadano de los pies a la cabeza. Chinos de corte recto si el slim fit te parece demasiado, americanas de corte de sastre si te gustan más largas y menos ceñidas, camisas de cuello italiano, de doble botonadura...
Es el único sitio en el que se me ocurre que puedes conseguir un look decente por un precio mínimo. Claro, que para eso debes dedicar un rato a escarbar entre montañas de moda hortera y confiar en tus instintos, puesto que la mayoría de los que ahí trabajan no sabrán ni anudarte la corbata en caso de que lo requieras.
Ahora mismo trabajo en una tienda al estilo de Silbon, Macson o Massimo Dutti y por ello me visto en consecuencia y no hay nada más gratificante que salir a la calle y notar (esto es debido a que en la zona de Tenerife que me muevo el vestir con bermudas de la playa y cholas es considerado "sport" y cualquier otra cosa llega a impactar y, en mayor parte, a que soy majo como las pesetas) como pasa una pareja a tu lado, él vestido como un mierdas y su chica parece que va a perder el cuello de girarlo a tu paso.
Momentos de felicidac, mi pequeña victoria diaria.
iskariote
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En una tienda Macson tuve yo una anécdota curiosa.
Estaba de compras buscando pantalones, con el humor algo tocado ya porque los pantalones de mi talla de cintura me quedaban tan apretados de muslo que no podía ni subirme algunos. No presumo de cuádriceps en absoluto, eso es lo más grave.
El caso es que entré por primera vez en una tienda de esa marca, que desconocía por completo, y como me gustaba lo que veía, me di una pequeña vuelta, me interesaban al menos dos.
-¿Qué talla usas?
-Buena pregunta, vengo de otras tiendas y ya no sé ni cuál es mi talla.
Mentira, no lo sé nunca, no es un dato que almacene en mi limitado espacio, siempre pregunto y listo.
La dependienta me sacó muy amablemente dos tallas, casi convencida de que la más grande me valdría, pero creo que intentaba, hábilmente desde el punto de vista de una mujer, halagarme con una talla más pequeña. Dejó caer algo como "yo creo que es la otra, pero por si acaso".
A todo esto, la tienda era pequeña y los probadores estaban muy integrados en ella, de modo que llevaba un rato ya contemplando la escena de una parejita yendo de compras para él. La novia le estaba humillando de una manera tan sutil que era un espectáculo, le dejaba perlas mencionando lo contrahecho que estaba y lo mal que le sentaban todos los pantalones, entraba y salía del probador con ropa a granel y nada. Mis esperanzas de finalizar las compras de la tarde se desvanecían en la desgracia ajena, porque parecía difícil que fuera todo culpa del modelo.
Entré en el probador contiguo coincidiendo con una de las aperturas de la cortina vecina, pude ver a un treintañero con una calvicie galopante muy mal llevada y una percha de campo de concentración.
Al probarme los pantalones, el de talla más grande estaba bien, pero hacía algo de bolsa en el trasero, cosa que me parece intolerable, de cintura era tan cómodo que aún me lo estaba pensando. El de talla más pequeña era algo ajustado de cintura, nada preocupante, en general quedaba como un guante, pero me temía que fuese incómodo para el uso cotidiano más allá de estar de pie en un probador. Hice algunos gestos dinámicos yo solo frente al espejo, espero que no hubiera cámaras, y decidí pasar a mi parte favorita, que es pedirle opinión a las dependientas. Soy una golfa.
Salí con el primero y le comenté el asunto de la bolsa, me dijo que no era para tanto, que quedaba bien y tal, no me entretuve mucho, me puse los otros para comparar y volví a salir.
La del probador de al lado aguardaba, resoplando, la enésima prueba de vestuario de su acompañante. Al salir el diálogo fue algo así:
Yo: ¿Ves? Este es algo ajustado, no estoy muy seguro.
Dependienta: A ver, date la vuelta... Súbete un poco los faldones que vea cómo te queda (traducción: a ver ese culo).
Vecina de probador: ¡Uh! (grito agudo de estilo gallináceo que usan algunas mujeres a modo de exclamación que indique gran sorpresa). Te queda bien, ¡llévatelo! Sisisisisisisisi.
Por el espejo pude ver cómo se miraban entre ellas y hacían gestos de aprobación, me hubiera quedado recreándome ahí un buen rato pero me estaba dando vergüenza ya.
Sin darme la vuelta, girando solamente el torso para dejar que se deleitaran un poco más:
-¿Me llevo este entonces?
A la chica se le olvidó con quién había venido y todo, me cantó las mil alabanzas, cosa que comprendo que hiciera la dependienta, es su trabajo y parecía que le gustaba hacerlo porque se relamía mucho los labios mientras lo desempeñaba, pero en ella parecía de coña.
Dependienta: Sí, llévate ese.
Yo: Estupendo, ¿en negro o en marrón?
Vecina: ¡LOS DOS!
Me fui de allí más contento que unas castañuelas, con mis pantalones (a los que les arranqué un botón hace poco al olvidarme de desabrocharlo) y la moral por el techo de pladur.
Vaya ladrillo para un anecdotón.
Estaba de compras buscando pantalones, con el humor algo tocado ya porque los pantalones de mi talla de cintura me quedaban tan apretados de muslo que no podía ni subirme algunos. No presumo de cuádriceps en absoluto, eso es lo más grave.
El caso es que entré por primera vez en una tienda de esa marca, que desconocía por completo, y como me gustaba lo que veía, me di una pequeña vuelta, me interesaban al menos dos.
-¿Qué talla usas?
-Buena pregunta, vengo de otras tiendas y ya no sé ni cuál es mi talla.
Mentira, no lo sé nunca, no es un dato que almacene en mi limitado espacio, siempre pregunto y listo.
La dependienta me sacó muy amablemente dos tallas, casi convencida de que la más grande me valdría, pero creo que intentaba, hábilmente desde el punto de vista de una mujer, halagarme con una talla más pequeña. Dejó caer algo como "yo creo que es la otra, pero por si acaso".
A todo esto, la tienda era pequeña y los probadores estaban muy integrados en ella, de modo que llevaba un rato ya contemplando la escena de una parejita yendo de compras para él. La novia le estaba humillando de una manera tan sutil que era un espectáculo, le dejaba perlas mencionando lo contrahecho que estaba y lo mal que le sentaban todos los pantalones, entraba y salía del probador con ropa a granel y nada. Mis esperanzas de finalizar las compras de la tarde se desvanecían en la desgracia ajena, porque parecía difícil que fuera todo culpa del modelo.
Entré en el probador contiguo coincidiendo con una de las aperturas de la cortina vecina, pude ver a un treintañero con una calvicie galopante muy mal llevada y una percha de campo de concentración.
Al probarme los pantalones, el de talla más grande estaba bien, pero hacía algo de bolsa en el trasero, cosa que me parece intolerable, de cintura era tan cómodo que aún me lo estaba pensando. El de talla más pequeña era algo ajustado de cintura, nada preocupante, en general quedaba como un guante, pero me temía que fuese incómodo para el uso cotidiano más allá de estar de pie en un probador. Hice algunos gestos dinámicos yo solo frente al espejo, espero que no hubiera cámaras, y decidí pasar a mi parte favorita, que es pedirle opinión a las dependientas. Soy una golfa.
Salí con el primero y le comenté el asunto de la bolsa, me dijo que no era para tanto, que quedaba bien y tal, no me entretuve mucho, me puse los otros para comparar y volví a salir.
La del probador de al lado aguardaba, resoplando, la enésima prueba de vestuario de su acompañante. Al salir el diálogo fue algo así:
Yo: ¿Ves? Este es algo ajustado, no estoy muy seguro.
Dependienta: A ver, date la vuelta... Súbete un poco los faldones que vea cómo te queda (traducción: a ver ese culo).
Vecina de probador: ¡Uh! (grito agudo de estilo gallináceo que usan algunas mujeres a modo de exclamación que indique gran sorpresa). Te queda bien, ¡llévatelo! Sisisisisisisisi.
Por el espejo pude ver cómo se miraban entre ellas y hacían gestos de aprobación, me hubiera quedado recreándome ahí un buen rato pero me estaba dando vergüenza ya.
Sin darme la vuelta, girando solamente el torso para dejar que se deleitaran un poco más:
-¿Me llevo este entonces?
A la chica se le olvidó con quién había venido y todo, me cantó las mil alabanzas, cosa que comprendo que hiciera la dependienta, es su trabajo y parecía que le gustaba hacerlo porque se relamía mucho los labios mientras lo desempeñaba, pero en ella parecía de coña.
Dependienta: Sí, llévate ese.
Yo: Estupendo, ¿en negro o en marrón?
Vecina: ¡LOS DOS!
Me fui de allí más contento que unas castañuelas, con mis pantalones (a los que les arranqué un botón hace poco al olvidarme de desabrocharlo) y la moral por el techo de pladur.
Vaya ladrillo para un anecdotón.
Jandrov
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iskariote rebuznó:
En la tienda en la que trabajo he vivido eso que dices que hacía la otra cliente con su pareja y me suelen dar puntadas en el estómago, como si quisiera sacar el pundonor que él parece no tener.
Si queréis ver crueldad de mujeres hacia sus parejas pasad media tarde cerca de los probadores de alguna tienda, ponerlos de mal fabricados es lo mínimo.
En otro orden de cosas, de esas tiendas que nombré, Macson sea posiblemente la más de padrazos, aunque también es la que mejor atención tiene.
