Yo no sé por qué es la única serie que sigo semana a semana sin esperar a verla de golpe, pero es así y no lo puedo explicar, y padeciendo el absurdo parón de dos meses.
El capítulo último... malo. Se salvan Nigan y la niña que hacen una pareja excepcional, los personajes que están desde casi el inicio y el resto ha sido la nada. Ya echo de menos que se coman al reverendo y al rey (y a otros más), porque ya lo dijo Diderot, aquello de ahorcar al último rey con las tripas... etc.
Ora nieva, ora no. Me recordó al capítulo famoso de los tronos donde los cuervos cruzaban continentes en minutos. LLevan varios años allí y es el primer invierno que pasan, inaudito. No han contado nada sobre lo que pasó desde las picas hasta la nieve, solo parece que se van porque no andan las estufas o no me enteré bien. Vuelven con los discursos que no hay por dónde coger, y sí, queremos discursos moralistas, pero no hueros. A Nigan lo sacan mal y a rastras cuando ya es solo el único que le da gusto a la serie y recita buenos discursos, y no los demás. La alfa y el beta, no sé qué pensar, no llegan a interesarme demasiado. En fin, y un montón de pegas más.
Balance de la temporada, bien, ni notable ni sobresaliente, con altos y bajos porque igual dieciséis capítulos son muchos y no tienen más qué contar. La muda mola, y las amigas, pero el gordito de la guitarra... tras verlo llorar en Hannibal, mejor que usen sus tripas para lo que dijo Diderot. Empezó muy bien la temporada pero se ha ido desinflando otra vez por culpa de los discursos irritantes, y lo de la radio del final, no sé, no tengo palabras. Solo viven de generar expectación para luego ofrecerte un dedo y preguntarte, ¿me tiras de él?
No me espero ya nada de la serie aunque seguiré viéndola todas las semanas y tirando de ese dedo, y sin saber por qué.