me acabo de acordar de lo divertido que era ayudar a las tías a potar en los botellones:
- no os breocupéis, que yo me la llevo detras del bárbol.
momento en que te la echabas al hombro, y la sujetabas un poco, con la bolinga que llevaba y la preocupaciones típicas de una tía borracha:
1) yo no estoy borracha.
2) qué mal, estoy borracha
3) lágrimas sin sentido
4) no me quiero manchar las botas blancas que llevo
5) ay ay que no llame mi madre
6) be he deshpeinado.
7) tienesh un chicleh pa despuesh ?
se podía tocar culo, bufas y lo que cayera, que con la flojera que llevaba encima, no sólo no te regañaba, sino que al día siguiente te daba un abracete de guay.