Un mundo perfecto

¿entonces el hilo va de las lecturas de nuestra juventud?
 
¿entonces el hilo va de las lecturas de nuestra juventud?
El hilo va de que el Dr. Cheerful ha encontrado un libro de su infancia, de Los cinco, por mas señas, y se ha acordado de esa infancia chupi en un pueblo de gallegos todos primos entre sí, y de cómo él se aislaba de la endogamia natural, de lo chungo de esas gentes, de lo del cura que le tocaba en la iglesia del concello y de todo lo demás imaginándose parte integrante de la pandilla del moco que protagonizaban los libros, y cómo ese aislarse en la ficción, como al Quijote, un poco sí que le sorbió el seso, y de aquellos barros estos lodos. En realidad el hilo puede ir de cualquiera de estas cosas, Dr. Cheerful sólo quiere dejar aquí constancia de uno de sus pensamientos nostálgicos, un pensamiento que se ramifica, abierto, para que cualquiera lo coja por donde quiera.

Yo voto por seguir por lo de encontrar porno de Los Cinco, pero no hay manera de encontrar nada decente.
 
Tiempos mejores que ya jamás volverán. Que no supimos apreciar en su momento y se nos escaparon irremediablemente como arena entre las manos. Nostalgia por una infancia que sólo puedes apreciar de viejo, por la salud cuando estás enfermo, por las mujeres que ya no puedes tener.

Es una temática nueva en el foro.
 
Buenas a todos.
En una semana cumpliré 27 años, pero de niño leí todo lo que encontré de Enid Blyton de casas de familiares y bibliotecas, primeras ediciones of course... Me trae muy gratos recuerdos.
Ahora es penoso lo que los niños/adolescentes suelen leer, los que leen.
Por cierto, de donde cojones se saca la cerveza de jengibre??? Tampoco tengo noticia de que es el ginger ale.

No me hagas mucho caso, pero pudiera ser del gengibre, fermentar el jugo del gengibre, puede ser un té de gengibre fermentado.



Parece que algo mas lleva, azucar "levadura"...

Cerveza de jengibre - Wikipedia, la enciclopedia libre

Voy a tenerme que meter yo en el mundo de la cerveza de gengibre
 
En mi época pre-pajeril habia uno en el barrio que siempre que habia partido de futbol, o se elegia arbitro o se sentaba en la banda a leer libros. Pero libros de estos que se llamaba libro-juegos, donde tu mismo ibas eligiendo el desenlace. Ya había que ser repelente con 12 años para perderse un buen partido de futbol rompe-piernas sobre albero para ponerse a leer LIBROS. Fue el primero que tuvo un PC en el barrio; un cacharro de esos enormes en el que no habia ni buscaminas ni porno. Ahora es informático, claro.
 
Cuando despertó, el bote de Rohypnol todavía estaba allí.
 
En el original en inglés es siempre ginger beer. Ginger beer en español es cerveza de jengibre, lo cual es una traducción literal. Quienes sostuvieran que se refería a ginger ale lo hacían por pura ignorancia o porque la única bebida con "ginger" que conocían era el ginger ale. Si tú conocías la bebida y veías que en en los libros de Los cinco bebían "cerveza de jengibre" (en español) no entiendo cómo caías en que eran ginger beer a lo que se referían y dices lo de ginger ale.

Y si te digo lo de The FAMOUS five es porque en inglés el grupo tiene el adjetivo FAMOUS, que no lo tiene en Español, y a modo de curiosidad, porque si tú a un británico le dices "The five" sin más te dice "The five WHAT?". Tocahuevos, que eres un tocahuevos.


Entiendes ahora por qué no tienes amigoS ni acquaintances?

En lo de las malas traducciones siempre recordaré a los tebeos de forum que traducía tearing apart the fabric of reality por desgarrando la fábrica de la realidad...hilarious.
Y luego traducciones de trampoline por trampolín o toboggan por tobogán...ay los false friends...aprended de ilg que no tiene ninguno.
 
Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.
 
Entiendes ahora por qué no tienes amigoS ni acquaintances?

En lo de las malas traducciones siempre recordaré a los tebeos de forum que traducía tearing apart the fabric of reality por desgarrando la fábrica de la realidad...hilarious.
Y luego traducciones de trampoline por trampolín o toboggan por tobogán...ay los false friends...aprended de ilg que no tiene ninguno.
Lo que bebían en los libros de Los cinco era cerveza de jengibre en la traducción española y ginger beer en el original inglés.

Ginger beer es la bebida que he dicho yo, un refresco que no tiene que ver con el ginger ale, aunque ale en inglés sea un tipo de cerveza.

¿Dónde está el fallo y el false friend? Corrígeme, por favor.
 
No, si en eso no te corrijo, ni fue nunca mi intención, hombre.
Lo de los false friends se me vino a la cabeza a cuenta de vuestra discusión, no digo que tú hayas caído en uno.
Pero mira que eres agonías en lo de llevar la razón cuando la tienes, a mí también me pasaba y a las manos he llegado con amigos por un quítame allá ese dato.
Recapacita o raecapacita al ser esto una discusión de vocabloblos.
 
Me ha quedado un post de lo más cimmerio.

Eat thistle.
 
Entiendes ahora por qué no tienes amigoS ni acquaintances?

En lo de las malas traducciones siempre recordaré a los tebeos de forum que traducía tearing apart the fabric of reality por desgarrando la fábrica de la realidad...hilarious.

Dan Defensor... Dan Defensor :face::face::face:
 
El hilo va de que el Dr. Cheerful ha encontrado un libro de su infancia, de Los cinco, por mas señas, .

Como dialéctico no está ustec mal, como observador, ni para vigilar un gallinero

miUqAN.jpg


Bueno, tal vez sean los cinco, y el perro Tim se haya vuelto calvo y se haya sacado el PER para navegar a vela.

Algunas reflexiones pedestres acerca de esos libros:

- Preferencia masculina: pocas chicas de mi quinta se engancharon a ellos (la excepción eran los ambientados en Torres de Mallory, un internado de zorrupias), mientras que fueron míticos para varios varones que conocí. Mi hermano y yo los devoramos todos cientos de veces, hasta destrozar la encuadernación. Mi hermana casi no pasó de la cubierta de ninguno de ellos.

-Ruralismo: quizás por la ambientación en la que transcurren la mayoría, me encontré muchos más adicitos a estas historias en mi pueblo y otros similares que entre los fulanos de la capital que conocí en el bachillerato. Y los pocos que lo habían leído los consideraban un intrascendente pasatiempo. Años más tarde, en la Universidad mi referencia escapista también era de pueblo: el Maine de Stephen King. Por cierto, el mítico Peterswood de la serie Misterio existe de verdad, y se llama Bourne End, a orillas del Támesis.

- Gadgets: una de las cosas que me resultaba más fascinante era la equipación que siempre parecían llevar encima. Una vez consumida la cesta de la merienda, siempre había una linterna para descender desde el brocal del pozo o arrastrase por el pasadizo, un reloj de esfera luminosa para orientarse en la oscuridad (sin válvula de helio), un zapato de suela de goma para repeler la electricidad de un rayo, un abrelatas cualquiera para fugarse de alguna celda. La (pobre) fórmula narrativa para explicarlo era casi siempre la misma: "Era increíble le cantidad de cosas que Julian (o Dick, o Fatty, o Jack) llevaba siempre en los bolsillos"
 
Lo cierto es que hace eones que no revisito estos libros. Se los quedó todos mi hermana -y eso que no le gustan a las chicas-, y en su casa están aún. Como intento no pisar su casa ni siquiera lo necesario me temo que no les voy a echar el guante más a esas ediciones.

Al respecto de si les gusta a las chicas o no, el personaje de Ana o de Jorge sí podían resultar un espejo en el que algunas chicas mirarse, y terminarían todas enamoradas de Julián, así que sí tenía elementos para gustar a ambos sexos. Otra cosa es que la lectura de evasión a esas edades sea más frecuente entre chicos que entre chicas, o que ellas tuvieran algunos otros libros, incluso de la misma autora, más orientados al mundillo femenino. Lo del ruralismo, pues qué quieres que te diga, me parece que es una cuestión meramente casual. En mi generación los leía mucha gente y éramos todos de ciudad; en cambio iba al pueblo de mi madre y no los conocía ni dios. No creo que el hecho que un libro se desarrolle en el campo o en la ciudad haga que los chicos de pueblo les guste más que a los de ciudad, sobre todo a la edad de diez años, donde la "ciudad" es, o era, las pocas manzanas que te separaban del colegio y sanseacabó. Lo de los gadgets, sí, era el despiporre: no les faltaba de nada. Yo les envidiaba, yo rascaba en mis bolsillos y no aparecía ni una puta canica, a ellos se le caían linternas, brújulas, relojes, navajas multiusos, cerveza de jengibre...
 
retrógrada dibujó efectivamente un transexual prototipo: pelo corto, viste de chico, sube a los árboles, no responde por su nombre de mujer etc, aunque en esa época estos temas estaban fuera del debate público y .

Que igual meto la pata por no haber leído el libro, pero lo que describes no suena a transexual para nada, suena a un tomboy, palabro y concepto muy viejo.
 
Lo del ruralismo no pretendia sentar cátedra, es solo una opinión subjetiva. Quizás fuese más frecuente en mi ambiente por analogía paisajistica: cuando visite el sur de Inglaterra hace años me sorprendió el enorme parecido con el paisaje gallego, algo en lo que coincidieron varios ingleses que conozco al visitar Galicia. Ese mundo de hiedras, brezos, acantilados, henares, bosques y riachuelos rodeados de verdor es más probable que cause identificación en alguien de aquí que en el pueblo castellano de su señora madre. Yo solo necesitaba alejarme 100 metros de la puerta de casa, y la aventura ya parecía posible. No creo que un niño criado en un bloque de viviendas en el centro de una urbe cualquiera pudiese tener la misma identificación y sensaciones.
 
Que igual meto la pata por no haber leído el libro, pero lo que describes no suena a transexual para nada, suena a un tomboy, palabro y concepto muy viejo.

Un tomboy o marimacho es una chica de comportamiento hombruno. Un transexual es alguien insatisfecho con su sexo biológico. Georgina era claramente lo primero, muy probablemente lo segundo. No son conceptos excluyentes.
 
Hace poco sacaron mas aventuras en plan parodia, ideales para foreros nostálgicos. En ellas, los cinco se enfrentaban a los peligros del mundo moderno: la dieta sin gluten, el Brexit, o dejar la bebida. Atención a la portada de éste ultimo: en la pared hay un dibujo del juego del ahorcado, y faltan unas letras para completar ginger beer. La verdad es que da bastante penita. Supongo que vendrán bien para un compromiso chungo, en plan amigo invisible. Jijijí, jajajá.

3A0BC37700000578-0-image-a-28_1478216426785.jpg
 
Algunas reflexiones pedestres acerca de esos libros:

- Preferencia masculina: pocas chicas de mi quinta se engancharon a ellos (la excepción eran los ambientados en Torres de Mallory, un internado de zorrupias), mientras que fueron míticos para varios varones que conocí. Mi hermano y yo los devoramos todos cientos de veces, hasta destrozar la encuadernación. Mi hermana casi no pasó de la cubierta de ninguno de ellos.

-Ruralismo: quizás por la ambientación en la que transcurren la mayoría, me encontré muchos más adicitos a estas historias en mi pueblo y otros similares que entre los fulanos de la capital que conocí en el bachillerato. Y los pocos que lo habían leído los consideraban un intrascendente pasatiempo. Años más tarde, en la Universidad mi referencia escapista también era de pueblo: el Maine de Stephen King. Por cierto, el mítico Peterswood de la serie Misterio existe de verdad, y se llama Bourne End, a orillas del Támesis.

- Gadgets: una de las cosas que me resultaba más fascinante era la equipación que siempre parecían llevar encima. Una vez consumida la cesta de la merienda, siempre había una linterna para descender desde el brocal del pozo o arrastrase por el pasadizo, un reloj de esfera luminosa para orientarse en la oscuridad (sin válvula de helio), un zapato de suela de goma para repeler la electricidad de un rayo, un abrelatas cualquiera para fugarse de alguna celda. La (pobre) fórmula narrativa para explicarlo era casi siempre la misma: "Era increíble le cantidad de cosas que Julian (o Dick, o Fatty, o Jack) llevaba siempre en los bolsillos"


Quizás yo siempre fui un poco marimacho, un poco Jorge quizás, pero a mí me encantaban los Cinco. Recuerdo que cuando me regalaron mi primer perro, le llamé Timmy.
Tampoco cumplo lo del ruralismo, yo me crié en ciudad y ni siquiera veraneaba en pueblos, me pasaba todo el verano en mi ciudad, mientras los demás se escapaban a la Rioja o a Burgos o incluso a Galicia.

Y sí lo de los Gadgets me encantaba, pensaba qué mozos más apañados, siempre llevan de todo, parecía que tenían el bolso de Mary Poppins.
En mis libros Julian era Julian, y Ana siempre me pareció demasiado flowerpower.

Lógicamente también leí Torres de Malory, también de Enyd. Las mellizas en Santa Clara, que era también de Enid Blyton, y también iba de un internado, o Puck, que era una chica danesa tambiéeeeen en un internado. De Puck tenía toda la colección, igual que de los cinco y los siete secretos. Pero Puck era de Lysbeth Werner y puede que fuera la precursora de Millenium y todos los escritores nórdicos.

El club de los siete secretos también era de Enyd Blyton y lógicamente fue el salto después de acabarme los cinco. Pero nunca me gustaron tanto, aunque me los leí todos.
Intercalaba mientras comics de súper héroes, de spiderman, superman, el motorista fantástico, los cuatro fantásticos, y todo lo que encontrara.
Al principio los cambiaba en el kiosko, llevabas tu comic, lo dejabas y cogías otro, comics manoseados y sobados, pero no importaba..
Luego me los fui comprando o pidiéndolos de regalo, con los super lópez, los mortadelos, los jueves y la kiss. Los de Milo Manara... Todos esos comics pasaron a mi hermano que era seis años más pequeño.

Pero él tuvo la elegancia de regalárselos a mis hijos y los tengo en mi casa. No están tan sobados como los del kiosko pero casi.

Claro que en aquel afán de lectura que me consumía - y que afortunadamente me consume- el salto fue pasar de estos libros a leer, los libros de Salgari, los de Julio Verne, Robinson Crusoe, las aventuras de Tom Swift, Agatha Cristie...

Aunque también me leí las novelas de Marcial la fuente Estefanía que consumía mi padre, aquel hombre (el protagonista, no mi padre) de siete pies y medio que siempre dormía al raso viendo las estrellas que parecía un desclasado y era un marshall que iba a investigar el robo de caballos y que al final y a pesar de no ser una novela de Corín Tellado acababa ligándose a la moza más bella de todos los ranchos que hubiera en cien millas a la redonda... Que menos mal que le daban justo ese caso, porque si no jamás hubiera conocido a la mujer de su vida...

Algunos de esos libros los he releído para saber si habían perdido mucho con los años y siguen siendo libros sencillos y entretenidos, quizás no tan complicados como los Harry Potter o los juegos de Tronos o las sagas fantásticas que ahora roban la ilusión de los niños y no tan niños.

La verdad es que de esos libros pasé a otros y a mí, por ahora y que dure, leer me ha servido para hacer mi mundo real más perfecto.
Que es un engaño, una ficción? Oh, si ninguna duda, pero si funciona... A mi me da igual.

Y discrepo, a mí a la larga, ni a la corta, leer siempre me fue algo positivo, nunca un lastre.
 
Ahora yo quiero probar tanto el refresco de jenjibre como la cerveza. Se podrán encontrar en sitios tipo Alcampo o Corte Inglés?

El Fatty de la otra serie de cuentos de la misma autora también era un personaje simpático, algo de forero tenía. Y la tontuna personificada en Gon... que tiempos. Me están dando ganas de irme a la biblioteca a releer alguna pieza de esas.

Al respecto de si les gusta a las chicas o no, el personaje de Ana o de Jorge sí podían resultar un espejo en el que algunas chicas mirarse, y terminarían todas enamoradas de Julián, así que sí tenía elementos para gustar a ambos sexos.

Las tías que conozco seguidoras de los cinco, se sentían más cercanas a Jorge que a Ana, aunque no tuvieran nada de marimachos. Joder, era la que se atrevía a hacer cosas, la aventurera, la divertida, la que tenía carácter. Ana era la típica hermana pequeña que te tienes que llevar encima para que tu madre te deje salir donde te de la gana.
 
Recuerdo el primer libro que me compré. Como cada sábado por la mañana, me fui a mi librería de confianza a por mi dosis semanal de Mortadelo y no sé si porque no había ninguno nuevo, el caso es que me fijé en unos libros de color dorado, con dibujos o viñetas cada dos páginas de texto. "Hombrecitos" se llamaba el que me pillé. Años más tarde me contó mi madre que el librero la llamó para decirle que la niña se quería comprar un libro, que qué hacía. "Pues coño, vendéselo", le espetó.
También me leí los 5, las de Torres de Mallory, Puck, y sucedáneos, te hacían pasar un buen rato sin ninguna pretensión, pero acabé hasta los cojones de tanta pasta y tanto Valparaíso, amén que me parecía que las traducciones eran una puta hez. La que más me gustó fue la colección de "Los 3 investigadores y Alfred Hitchcock", quizás por el tirón que tenía este último con su serie que pasaban por TV3. Recuerdo que husmeando en la colección de libros que tenía mi abuela para hacer bonito estaba su "Prohibido a los nerviosos" y me cagué viva con alguna historia. Ya más tarde descubrí con "Los hijos del capitán Grant" que los tebeos de Famosas Novelas tenían su libro original, y allí me enganché a Mark Twain, Emilio Salgari y sobre todo a Julio Verne, del que me hice con una colección de 100 libros de la cual no llegué a leer la mitad, porque en esto de la lectura era más infiel que con mi marido.
La verdad es que la lectura proporcionaba un escape de la realidad mejor que las drogas, yo leía todo lo que había en mi casa sin distinción, lo mismo caía uno de Sven Hassel, que el típico ¡Corre, Alicia, corre!, que El Perfume, la cuestión era escapar.
 
Los de los tres investigadores y el cineasta gordo eran el siguiente escalón para los adictos a la Blyton, al que se llegaba habitualmente al principio de la adolescencia. Tenían varias ventajas con respecto a los otros: eran tres maromos sin fulanas incordiando, la proximidad temporal a la época lectora era mayor (California de los 70-80 frente a la Inglaterra de los 40), las tramas eran más variadas, complejas, e inquietantes, a veces con elementos sobrenaturales y siniestros. Tambien eran más fríos, sin tanta confraternizacion alrededor de la cesta de picnic, y sin una triste mascota que llevarse a la boca. Los personajes eran bastante esquemáticos (Júpiter Jones, gordo inteligente y egocentrico, Pete Crenshaw, atleta algo cobarde, Bob Andrews, intelectual de gafitas). El cuartel general, camuflado entre montañas de chatarra, con alarmas, teléfono y entradas secretas, era el sueño de cualquier chaval.
 
Arriba Pie