Bueno, pues ya he ido a hacerme el segundo análisis. Como era de esperar, he tardado en aparcar lo inimaginable y finalmente he tenido que meter el bólido en el aparcamiento del hospital, que te clavan por tenerlo ahí, pero bueno. Llamo para que me indiquen de nuevo dónde está el laboratorio y voy para allá. Me recibe la que hace el análisis de las muestras, y por la voz que escuchaba por teléfono sabía era la misma y ya me imaginaba lo que era, y, efectivamente, no he fallado. Señora de unos 55 años, rubia, alta, y que en sus tiempos mozos debió de ser una buena jaca, pero que, evidentemente, eso tiempos ya había pasado hace mucho. Si hubiese tenido 15 años menos, le habría pedido el teléfono. Total, que le digo que no vengo pajeado de casa y que tengo que darle caña al cilindrín y me da unas llaves en donde tengo que ir a una habitación habilitada para esos menesteres. Yo pensando que aquello iba estar plagado de revistas porno o que me recibiese una enfermera sexy
resulta que me encuentro con una habitación que era más bien un cuarto de baño con una silla más o menos confortable y dos váteres y un lavabo. Pues nada, me he puesto sacando la chinga en el lavabo, he cogido mi móvil, me he metido en una página porno y a los 10 minutos he soltado el grumazo en el botecito, lo he cerrado, me he lavado las manitas y se lo he llevado a la mujer.
Finalmente he rellenado un formulario haciendo constar la entrega de la muestra, he intercambio algunas impresiones sobre los datos confusos de la primera muestra que le mandaron del centro de salud al laboratorio y que le extrañaba que los resultaos me los hubieran dado 4 días después de la pajilla, cuando se analizan el mismo día tras una hora como mucho después de eyacular. Y ahora que he llegado a casa, me doy cuenta que en el papel de la muestra anterior fue entregada el 20 de julio y el último resultado el 23, con lo cual, me parece que me colaron una muestra que no era mía. Veremos finalmente como sale, ya les contaré.