Friko rebuznó:
Mierda, que giró drásticamente el carácter del hilo, en las últimas 3 páginas he leído unos de los debates más interesantes de la historia del foro, y llevo bastante tiempo acá como para afirmar eso. Me muero de ganas por intervenir, porque aunque entiendo y comparto muchas de las opiniones, desafortunadamente mi conocimiento es casi meramente intuitivo y sucumbiría letalmente a la hora de sustentarlo académicamente de la manera en la que algunos han sabido hacerlo.
Me conformaré con decir que, viendo que citaís a Kant, Platón y otros grandes filósofos (echo de menos alguna mención a Schopenhauer, quien se ocupó bastante de estos temas y a mi muy humilde juicio, logró resolver con éxito y de manera axiomática muchas de éstas preguntas), ¿Qué pasó con la filosofía, que hoy día practicamente abandonó cobardemente la preocupación por la metafísica, la ontología y el individuo, y se mestizó con doctrinas tan vulgares como la sociología y la antropología, degenerando en una suerte de herramienta política, moral y cultural casi sin ningún interés en un conocimiento mas abstracto y estético?
Lo pregunto desde la total ignorancia y apelo a alguno de estos bastante informados interlocutores por un rayo de luz actual acerca de éste tema en particular.
No me he leído todavía los últimos debaneos del hilo, pero parece que se está poniendo más o menos interesante. Voy a intentar contestar a lo que preguntas.
Por un lado, Schopenhauer evitó tocar la cuestión de Dios directamente. Por si te interesa, para él existe una Voluntad metafísica que es el principio activo de todo ser, e incluso puede entenderse que los seres son participaciones de esta Voluntad. Para entendernos, la 'Voluntad' es lo Superior, pero si es cosa de Dios o no pues no lo sabemos.
Y la otra pregunta es más o menos sencilla. A partir de Descartes se pasa de preguntarse el ¿qué es? al ¿qué soy? Es decir,
la filosofía como estudio del Universo vira en dirección al Sujeto. Lo importante ahora no es tanto si existe un mundo de las ideas, sino de si podemos comprender o no la realidad externa.
Otro estocazo lo dará Kant diciendo que nanais, que nos movemos en un mundo de fenómenos (lo que percibimos con los sentidos) y el nóumeno (la cosa en sí) es otra cosa y nos queda lejos. Nietzsche ya se cagará en la perra con lo de que Dios ha muerto, es decir, que
es ya imposible creer en esa realidad metafísica de las filosofías anteriores. A principios de siglo, unos señores llamados neopositivistas lógicos dirán que todo aquello que no sea científico (empírico) no vale nada (es decir, de la filosofía entera solo salvarían la lógica), y aunque luego se comerían sus palabras, esto no impediría que ese pensamiento permeara en la sociedad.
Dado que la ciencia permite avances técnicos, ergo, dinero, se fomentaría como el único estudio válido (nunca habéis oído el '¿y eso para que vale?' aplicado a las humanidades en general y a la filosofía en particular). Este es un motivo por el que la filosofía intenta adaptarse a los tiempos y se centra más en realidades 'mundanas' que permitan generar beneficios objetivos. Por eso hoy se estudia tanta lógica, lingüística y, en menor medida, antropología comparada.
RESUMEN:
Por un lado la metafísica y la ontología se ven superadas por los tiempos, sobre todo por Descartes-Kant-Nietzsche. La Naturaleza hoy se estudia en facultades de Física y Química, no en Seminarios.
Por otro, se busca cada vez más una productividad material (beneficio económico) y el capital prima sobre lo humano. Las humanidades son vistas como para vagos. Sigue habiendo estudios de Ética y de Éstetica, etc., pero tienen poca difusión.
Por último,
la filosofía nunca ha tenido un objeto claro, sino que se centra en el conocimiento del Universo, de TODO cuanto podemos concebir. Es un saber holístico que no renuncia a nada, pero claro, según soplen los vientos de cada época pone la lupa en un sitio u otro. Hoy aún
no hemos superado la crisis del sujeto, y estamos en la que algunos llaman
postmodernidad, donde parece que no podemos tener nada claro y no sabemos qué sentido tiene nada ni si somos unos cerebros en un frasco. Los ideales de la Ilustración y la Revolución Francesa mueren en la IIGM y Auschwitz, y por eso somos niños perdidos entre el centeno.