Libros Autores hablando de otros autores

Jacques de Molay

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2 Nov 2003
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Esto del compañerismo y el hablar bien de la gente nunca ha sido algo extendido entre los literatos. En este hilo recordaremos batallas dialécticas entre hombres de genio.

Empiezo con un par de citas demoledoras de Baudelaire sobre George Sand:

Baudelaire rebuznó:
La mujer Sand es el Prudhomme de la inmoralidad.
Siempre ha sido moralista.
Aunque practicaba antes la contramoral.
Tampoco ha sido nunca artista. Tiene el famoso "estilo fácil", caro a los burgueses.
Es bestia, es pesada, es charlatana. En ideas morales, tiene la misma profundidad de juicio y lam isma delicadeza de sentimiento que las porteras y las prostitutas.
Lo que dice de su madre.
Lo que dice de la poesía.
Su amor por los obreros.
El que algunos hombres hayan podido enamoriscarse de semejante letrina es una prueba palpable de la bajeza de los hombres de este siglo. Ver el prefacio de "Mademoiselle La Quintinie", donde pretende que los verdaderos cristianos no creen en el Infierno.
La Sand está por el Dios de las buenas gentes, el Dios de las porteras y los criados ladrones.
Tiene sus buenas razones para querer suprimir el Infierno."
 
Baudelaire rebuznó:
El Diablo y George Sand:
No hay que creer que el diablo tiente sólo a los hombres de genio. Sin duda, desprecia a los imbéciles, pero no desdeña su concurso. Al contrario, funda en ellos sus grandes esperanzas.
Ved a George Sand. Es, sobre todo, y más que nada, una "gran idiota"; pero está poseída. El diablo es quien la ha persuadido de que se fíe de su buen corazón y su sentido común, a fin de que a su vez persuada a las demás idiotas para que se fíen de su buen corazón y sentido común.
No puedo pensar en esta estúpida criatura sin cierto estremecimiento de horror. Si la encontrara, me sería imposible evitar arrojarle una pila de agua bendita a la cabeza.

George Sand es una de esas viejas ingenuas que no se quieren retirar nunca de la escena.


¡¡¡Sublime!!!
 
Esto no creo que necesite presentación:



Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

Fabuloso.
 
En este hilo, Quevedo no necesita de presentación ninguna.
Luego pondremos sus rifirrafes con Góngora, que no son moco de pavo.
 
Baudelaire se ve que odiaba a bastantes escritores, otro ejemplo:

Baudelaire rebuznó:
Voltaire, o el antipoeta, el rey de los papanatas, el príncipe de los superficiales, el antiartista, el predicador de porteras, el Perogrullo de los redactores de La Siècle.

Voltaire, como todos los perezosos, odia el misterio.

Cómo las gastaba don Charles.

Baudelaire rebuznó:
Los otros literatos son, en su mayoría, jornaleros demasiado ignorantes.

Baudelaire rebuznó:
Molière: Mi opinión sobre "Tartufo" es que no es una comedia, sino un panfleto.
 
Fabulosos los ataques litararios Quevedo-Góngora. Qué grandes:

Primer asalto. Ataca Quevedo.



CONTRA DON LUIS DE GONGORA Y SU POESIA



Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;


este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.




Segundo asalto. Ataca Góngora.



Anacreonte español, no hay quien os tope.
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope

¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día.
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?

Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego



Tercer asalto. Ataca Quevedo.



Yo te untaré mis obras con tocino
Porque no me las muerdas, Gongorilla,
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino.

Apenas hombre, sacerdote indino,
Que aprendiste sin christus la cartilla;
Chocarrero de Córdoba y Sevilla,
Y en la Corte, bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
Aunque aquesto de escribas se te pega,
Por tener de sayón la rebeldía.



Cuarto asalto. Ataca Góngora.



A don Francisco de Quevedo (atribído)



Cierto poeta, en forma peregrina
cuanto devota, se metió a romero,
con quien pudiera bien todo barbero
lavar la más llagada disciplina.


Era su benditísima esclavina,
en cuanto suya, de un hermoso cuero,
su báculo timón del más zorrero
bajel, que desde el Faro de Cecina

a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque,
de una venera justamente vano,

que en oro engasta, santa insignia, aloque,
a San Trago camina, donde llega:
que tanto anda el cojo como el sano.
 
:D :D :D :D

Excelente.

MAAAAAAAAAAAAAAAAAS.

Todavía me stoy riendo con lo de

Apenas hombre...


Excelso.
 
Impresionante hilo. ¿Y tú de quien eres, de Naranja o de Limón? Pues yo soy quevedista, porque me parece mucho más ingenioso. Pero ¡ojo!, Góngora era un crack que muchas veces no ha sido reconocido por ser contemporáneo de Quevedo. Su cultura clásica era impresionante. Eso sí, ppor lo que he leído era un hijoputa de los que quedan pocos, un personaje oscuro que parece salido de una novela negra. ¿Conocéis alguna biografía buena sobre ambos autores?
 
Quevedo no se limitó a Góngora, sinó que también aplicaba su genio cabrón en el amigo de éste, Ruiz de Alarcón.

El susodicho tenía de nacimiento dos hermosas chepas, una lumbar y la otra en el pecho, por lo cual Quevedo pasó a llamarle en sus escritos y en público "pechuga con pantorrilas".

Aquí un poema que le dedicó Lope de Vega.

Tanta de corcova atrás
Y adelante Alarcón tienes,
Que saber es por demás
De dónde te corcovienes
A dónde te corcovás.?
 
PEREZ REVERTE VS UMBRAL

Estimados foreros:

Ayer no pude la leer la columna del primero en El Semanal. Dada la ciencia que se respira aquí, asi como los excelsos conocimientos literarios de algunos, pido por favor expliquéis lo que paso y vuestro posicionamiento

NOS VEMOS EN CALCUTA
 
Tenía en mente abrir este hilo, y por tardón se me adelantaron, ahí va:



El muelle flojo de Umbral

ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal | 27 de noviembre de 2005

En capitanalatriste.com reproducimos las columnas publicadas por Arturo Pérez-Reverte en "El Semanal". En el nuevo número de la revista comenta: "Incultura camuflada bajo la brillante escaramuza del estilo. En realidad nunca tuvo nada que decir".

Hace años tuve una polémica con Francisco Umbral que acabó cuando escribí un artículo titulado Sobre Borges y sobre gilipollas, donde el gilipollas no era Borges. Desde entonces, en lo que a mí se refiere, Umbral ha permanecido mudo; cosa que en un teclista con su logorrea –«escribe como mea», dijo de él Miguel Delibes– supone un prodigio de continencia. Pero el tiempo pasa, la edad termina aflojándole a uno el muelle, y ahora vuelve a meterme los dedos en la boca. El estilo, o sea. Al maestro de columnistas no le gusta mi estilo literario, y le sorprende que se lean mis novelas. También, de paso, le parece inexplicable que nadie lea las suyas, ni aquí ni en el extranjero. Que fuera de España no sepan quién es Francisco Umbral, eso dice tenerlo asumido: su prosa es tan perfecta, asegura, que resulta intraducible a otras lenguas cultas. Pero no vender aquí un libro lo lleva peor. No se lo explica, el maestro. Con su estilo. Así que voy a intentar explicárselo. Con el mío.

Francisco Umbral tiene –y nos lo recuerda a cada instante– la mejor prosa de España. También cultiva una imagen, más social que literaria, inspirada en el malditismo narcisista y la soledad del escritor incomprendido y genial. Pero eso es cuanto tiene. Nunca pisó una universidad como alumno, ni leyó un clásico, ni tuvo una formación que trascendiera la cita, el plagio entreverado y el picoteo de lo ajeno. La lectura tranquila de sus libros y columnas sólo revela frivolidad superficial, incultura camuflada bajo la brillante escaramuza del estilo. En realidad, Umbral nunca tuvo nada que decir. La idea, el comentario o el libro citados en abundancia aquí y allá –a menudo de forma incorrecta, como ocurre con Borges y la Biblia, entre otros– casi nunca provienen de lecturas directas, sino que delatan la tercería de la revista, suplemento cultural, antología o texto ajeno donde fueron espigados. Sospecho, además, que Umbral anda muy flojo de lenguas, lo mismo vivas que muertas, aunque para el estilo le baste con la que tan bien maneja. Y en cuanto a la gran novela básica, la que forma los cimientos de todo novelista sólido, su ignorancia resulta asombrosa en un escritor de tales pretensiones. Por eso resulta esclarecedor que, en sus innumerables intentos frustrados de novelar, mencione siempre con desprecio a Cervantes, Galdós, Dickens, Tolstoi, Dostoievski o Baroja, y entre los contemporáneos, a Marsé, Mújica Lainez o Vargas Llosa; o que cometa la bajeza de situar al honrado José Luis Sampedro o al dignísimo e impecable Luis Mateo Díez a la misma altura que a Mañas, el chico del Kronen. En esa línea, las universidades sólo valen para algo cuando invitan a Umbral, y le pagan. Igual que los premios literarios, el Cervantes o la Real Academia: sólo tienen prestigio si él los consigue.

Y es que Umbral no escribe literatura: él es la literatura –«Borges y yo», afirmaba sin complejos hace unos años–. Y si la gente no lo lee, es porque a la gente no le interesa la literatura; no porque no le interese Umbral, ni porque repugne, por ejemplo, el sexo turbio que impregna sus novelas; más turbio aún cuando imaginamos al propio Umbral practicándolo. Un personaje de quien Jimmy Gimenez Arnau –que no se diría, en rigor, espejo de virtudes– ha escrito: «Padece cáncer de alma».

La cita no es casual, porque, además de ser un periodista que nunca dio una noticia, de que en sus novelas y columnas no haya una sola idea, y de alardear de una cultura que no tiene, lo que trufa toda la obra de Umbral, desde el principio, es su bajeza moral. La «infame avilantez» que, ya metidos en citas, le atribuyó la poetisa Blanca Andreu. Siempre estuvo dispuesto a despreciar a novelistas ancianos o fallecidos como Gironella, Aldecoa, o el Cela a cuya sombra en vida tanto medró –y a quien dedicó, caliente el cadáver, un librito oportunista e infame, escrito, eso sí, con estilo sublime–, o a insultar y señalar con el dedo a antiguas amantes y a mujeres que le negaron sus favores; aunque esto lo hace sólo cuando no pueden defenderse y sus maridos están muertos o en la cárcel. Tan miserable hábito no lo mencionaría aquí de limitarse a lo privado; pero es que Umbral tiene la bajunería de salpicar con él su literatura. Su bello estilo. A todo eso añade una proverbial cobardía física, que siempre le impidió sostener con hechos lo que desliza desde el cobijo de la tecla. Pero al detalle iremos otro día. Cuando me responda, si tiene huevos. A ver si esta vez no tarda otros cinco años. El maestro.
 
Grandioso. Me ha gustado el artículo de Reverte.
A ver si alguien pone el de Umbral que motivó esta respuesta.

De todas formas, para mí, Umbral, como columnista, es amo.

Lo que es cierto es que don Francisco ha cultivado un dandismo literario y personal, ha tratado de crearse una figura - tal vez sea un Montesquiou (ver otro hilo abierto hoy en este subforo), pero sin su prosapia y su sodomía. Vive del "odi profanum vulgus et arceo" horaciano, aunque no sé yo si ha leído al clásico.

A Reverte, coincido con Umbral, le considero un mal escritor, aunque con gran capacidad para novelar y con una logorrea importante (aunque él también considera que don Francisco padezca ese mal, no está libre de pecado). Y bastante pagado de sí mismo, hace años, antes de Alatriste, tuve el "inefable placer" de asistir a una conferencia que dio (éramos cuatro gatos) y en la que se pasó todo el tiempo autojutificándose porque ya vendía (menos que ahora, desde luego), y considerándose por ello superior a gente que en vida no vendió una mierda.

Total que uno va de maldito y el otro de figura mediática y en eso, uno y otro yerran, porque no son tal cosa y nadie los recordará dentro de un siglo.
 
Aplaudo a Reverte en todo lo que haga, tal vez se me tache de consumista o de poco conocedora de la literatura, pero los escritos de Arturo, tanto como columnista como en sus libros, me fascinan. Siempre he sido de su "lado". Me cautiva ese hombre, su facilidad para arrancarme la sonrisa cínica en las columnas y para enredarme en sus novelas.
Nunca había leído algo de él tan severo, realmente, como él mismo diría, le han tocado los cojones, y bien tocados. No se esconde y dice lo que le apetece, con las palabras que le apetece, sin rebuscar ni intentar ser "literariamente correcto", sin abusar de los tópicos, ni de los recursos que otros tanto necesitan para que se les considere buenos escritores. Al Señor Umbral, por mi, le podían, al menos, facilitar un asesor de imagen, coincido totalmente con Reverte cuando dice:

más turbio aún cuando imaginamos al propio Umbral practicándolo.
 
Prathe rebuznó:
Aplaudo a Reverte en todo lo que haga, tal vez se me tache de consumista o de poco conocedora de la literatura, pero los escritos de Arturo, tanto como columnista como en sus libros, me fascinan. Siempre he sido de su "lado". Me cautiva ese hombre, su facilidad para arrancarme la sonrisa cínica en las columnas y para enredarme en sus novelas.
Nunca había leído algo de él tan severo, realmente, como él mismo diría, le han tocado los cojones, y bien tocados. No se esconde y dice lo que le apetece, con las palabras que le apetece, sin rebuscar ni intentar ser "literariamente correcto", sin abusar de los tópicos, ni de los recursos que otros tanto necesitan para que se les considere buenos escritores. Al Señor Umbral, por mi, le podían, al menos, facilitar un asesor de imagen, coincido totalmente con Reverte cuando dice:

más turbio aún cuando imaginamos al propio Umbral practicándolo.
Salvo la cita turbia, coincido en todo contigo. 8)
 
Yo ya dije mi opinión sobre Reverte como novelista. No me gusta su estilo ni sus libros, y como columnista lanza dardos envenenados y muy certeros, pero su prepotencia a veces, sumado a su crítica contra todo lo que se menea, me muestra que no lleva muy bien eso de hacerse mayor.

Aunque este artículo y otros muchos me hicieron soltar más de una sonrisa, hay columnas del semanal que me ofenden. Vamos a ver: ¿PORQUÉ COJONES NO PUEDO IR AL CARREFUL EN CHANDAL?? ¿PORQUÉ COJONES NO PUEDO PONERME UNAS BERMUDAS EN UN AEROPUERTO?

Peca de clasista este corso
 
Jacques de Molay rebuznó:
Y bastante pagado de sí mismo, hace años, antes de Alatriste, tuve el "inefable placer" de asistir a una conferencia que dio (éramos cuatro gatos) y en la que se pasó todo el tiempo autojutificándose porque ya vendía (menos que ahora, desde luego), y considerándose por ello superior a gente que en vida no vendió una mierda.

:cry: me tumbas un mito tío,me encanta todo lo que escribe arturo...

pero bueno,es un debate bastante sobado ya,cuantos de nuestros heroes(del celuloide,de las letras o de la musica)son en realidad personas mezquinas,prepotentes y pagadas de sí mismas...

Doc Banner rebuznó:
¿PORQUÉ COJONES NO PUEDO IR AL CARREFUL EN CHANDAL?? ¿PORQUÉ COJONES NO PUEDO PONERME UNAS BERMUDAS EN UN AEROPUERTO?

Peca de clasista este corso

sí que puedes ir en chandal,pero no combinado con mocasines!! :137
 
Tengo visto gente de chandal, camisa y zapatos de punta, al lorito, eso es tener los cojones bien puestos. Así como mujeres de chándal y con pintura hasta en el labio vaginal.

Pero él no se refería a eso, sino al hecho de ponerse un chandal e ir a carrefour. Si se va a comprar no se va de armani, hombre
 
No nos vayamos por las ramas (yo el chandal no me lo pondría ni muerto, ni para hacer deporte, tron), que alguien reproduzca lo que dijo Umbral que motivó todo el follón éste.

Creo que Umbral se cagó en el premio planeta y en su ganadora (Mari Pau Janer, mallorquina, petable y pésima escritora), supongo yo que también recibiría Reverte.
 
Doc Banner rebuznó:
Vamos a ver: ¿PORQUÉ COJONES NO PUEDO IR AL CARREFUL EN CHANDAL?? ¿PORQUÉ COJONES NO PUEDO PONERME UNAS BERMUDAS EN UN AEROPUERTO?

Peca de clasista este corso


Esos artículos son crema.

Además tiene toda la razón.

Él lo explica en sus artículos.
 
Tiene razon molay, no nos desviemos del tema, pero igual que buena ropa hay buenos chandals

Creo que esa rivalidad fue fruto de unas declaraciones públicas de Umbral sobre el Premio Planeta, en el que ponía a caldo a la ganadora Maria de la Pau Janer y su libro "Pasiones romanas" del que dijo que carecía de estilo y añadió "Perez Reverte tampoco tiene estilo y ningún crítico se lo reprocha"
A raíz de ese comentario, REverte le contestó con esa réplica tan buena como temeraria
 
Llevo media mañana buscando el dichoso comentario de Umbral y tengo que pagar para leerlo. Voy a la biblioteca en un momento, a ver qué encuentro.
:)
 
Esto es lo que he encontrado, publicado en El Mundo el 9 de noviembre.

Francisco Umbral.
PASIONES ROMANAS
En mitad de la ruidosa vida literaria, me ha correspondido el otro día presentar el Planeta de este año, quiero decir la novela. Como la cosa ha empezado movida y uno anda de por medio, debo empezar por recordar que yo no soy crítico profesional, pero los lectores, los editores, los curiosos, los de las cartas al director y los canaperos, tampoco son profesionales de nada que no caiga hacia las ocho de la tarde, iluminado de los mejores vinos. Ninguno tenemos, pues, facultad para opinar.

Yo me limité a reglamentar la literatura femenina de hoy, tan abundante, como novela de mujeres, novela turística, novela costumbrista, n novela de visillos y en ese plan. Dentro de tales coordenadas todo puede ser bueno y malo, toda novela puede funcionar o no, aparte calidades. Pasiones romanas, de María de la Pau Janer, ha ganado este año el Planeta. He aquí otra escritora femenina, otra ganadora y otra mujer que hace novela de mujeres, pues las mujeres hablan más de hombres, escriben más, comentan más, critican más que a la inversa. Podemos decir que hoy, para la mujer, el hombre es un género literario. Quizá el más importante. La mujer, liberada o no, de viejos tabúes, sigue analizando, discutiendo y estudiando esa asignatura rara, lacónica, fugaz y enigmática que es el hombre. Y la literatura ha multiplicado el género hasta el infinito.

Ante la insistencia femenina en la introspección del otro sexo debemos admitir que ellas logran interpretaciones, sutilezas y verdades que el hombre no selecciona en la mujer, porque su género literario más visitado, como lector y como escritor, suele ser la Bolsa, la economía y los salmones.

La señorita Janer cultiva también, en su denso libro, las vidas sombrías, las historias de la vida vulgar y otras variantes de su entorno familiar y local. Ha montado una novela por bloques de construcción narrativa, alternando sabiamente unas vidas con otras y haciendo avanzar el crescendo de su novela hasta el desesperado y trágico final.

Como novela de viajes, esta narración ganadora acumula en Roma la experiencia internacional de la protagonista, trayendo hábilmente el pasado a su nueva vida y salvando con buen pulso el peligro de terminar el libro en otra ciudad y otra vida, lo que siempre puede resultar un añadido artificioso.

Pero María de la Pau resuelve esto implacablemente con su prosa deliberada y gris, pero segura, arquitectónica y pertinaz. Por que estamos, si, ante una novelista que construye rigurosamente sus argumentos. La severidad con que va nutriendo sus espacios narrativos nos llevan a sospechar en ella una grave, firme y poderosa novelista que supera con mucho las limitaciones feminoides del género que ha elegido. Con todo su sabor de novela clásica, Pasiones romanas es fruto e una actualidad bien captada y de una verdad bien observada.

María de la Pau, como los clásicos, no precisa inventar adjetivos para colorear su prosa y sus personajes, sino que se atiene ejemplarmente a una sobriedad que no es la nuestra, como advertí al principio, porque yo soy crítico que pierde los folios por el camino. De todos modos, quería completar con esta columna mi análisis modesto y minucioso de esta nueva e inesperada novelista, porque la novela, como el alpinismo, requiere salud y voluntad.
 
PUes de debió de retractar con este artículo. A mi el estilo de Umbral como columnista me fascina. Qué quieres que te diga? El de Reverte también, es más directo y agresivo, pero a fin de cuentas se hace un poco pesado cuando empieza a contar sus trolerías de taberna. Porque este señor debe ir a tabernas de piratas de antaño, o quizás tiende a exagerar las descripciones de los personajes que rodean sus artículos, entremezclando sus Alatristes con personajes de a pie

Nunca leí un libro de UMBRAL, lo conozco más bien de sus artículos en El Mundo, pero a raíz de esto voy a agenciarme algún libro, más bien para comprobar si lo aguanto entero, cosa que no me pasó con La piel del tambor
 
Ya he dado varias veces mi opinión sobre Reverte y no me apetece repetirme, también creo que sobre Umbral una vez hablando de "El Giocondo". A mí lo que me parece es que independientemente del talento que poseen, estos dos están muy bien pagados de sí mismos y probablemente Umbral haya aprovechado para intentar conseguir algo de atención social intentando evocar (con triste futuro supongo) un Góngora vs Quevedo contemporáneo.
Tendrían que volver a nacer los dos para recuperar el precedente dignamente.
Aún así puede resultar divertido así que disfrutemoslo.
 
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